
En 2008, Islandia recibió un rescate internacional que le obligó a acometer importantes ajustes económicos. Hoy, esta pequeña isla nórdica ha logrado algo que otros países rescatados no tienen: el acceso a los mercados internacionales de deuda. La semana pasada, el país vendió 1.000 millones en bonos, principalmente a inversores estadounidenses. Una muestra de la confianza recuperada en la economía y las finanzas del país nórdico.
Cuando las cosas empezaron a ponerse negras, el país escogió su propia estrategia anticrisis y hoy empieza a recoger los frutos de su apuesta.
Que Islandia sea capaz de emitir con éxito es una señal de que el país está ahora en la senda de la recuperación, señala en un artículo The Wall Street Journal. Especialmente, en un contexto en que la crisis de deuda soberana en Europa ha cerrado la puerta a los mercados internacionales a otros países periféricos como Irlanda o Portugal.
Eso sí, han pasado muchas cosas desde los días más críticos de 2008, cuando todo el sistema financiero de Islandia quebró, a lo que siguió una grave crisis crediticia, la decisión de nacionalizar a la banca y reestructurar la deuda extranjera.
Política bancaria diferente
"Tanto Islandia como Irlanda, también bajo un programa de rescate internacional, entraron en la crisis con problemas similares en el sector bancario", explica Jamie Stuttard, responsable de gestión de cartera de bonos internacionales en Fidelity Investments. "Ambos tenían bancos enormes y, en el caso de Islandia, se habían expandido en el extranjero". Pero cada uno gestionó la crisis a su manera.
En 2008, mientras el gobiero irlandés permaneció detrás de todos los depósitos bancarios, Islandia decidió que sus tres principales bancos, Kaupthing, Landsbanki y Glitnir, se fueran a la quiebra. La opción islandesa de no salvar a la banca ni proteger a sus acreedores, ha terminado por dar mejores resultados que la irlandesa.
Irlanda decidió garantizar todas las deudas de sus bancos cuando comenzaron sus problemas y se ha visto obligada a inyectar enormes cantidades de capital para intentar mantenerlos a flote.
En cambio, Islandia decidió nacionalizar los tres grandes bancos y posteriormente crear otros saneados con los restos de ellos. Una vez nacionalizados los bancos, el Gobierno decidió negociar con los acreedores prácticamente todos extranjeros una reestructuración de la deuda. Según cálculos de Bloomberg, los acreedores de estos bancos asumieron una quita del 70% en la deuda.
Claro que sí tuvo que recapitalizar a sus nuevos bancos. Un paso que exigió pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), que a finales de 2008 aprobó un préstamo de 2.100 millones de dólares para un país de 320.000 habitantes.
Ahí los contribuyentes si tuvieron que pagar un precio: el programa del FMI que acompañó los créditos exigió un programa de austeridad que incluyó subir el impuesto de Sociedades, el IVA y el IRPF, además de reintroducir el Impuesto de Patrimonio.
Las ventajas de tener moneda propia
En marzo de 2012, Islandia devolvió una quinta parte de su rescate. Ahora queda pendiente de pago alrededor de 1.600 millones de dólares, una cantidad que se debe devolver antes de 2016.
Desde entonces, Grecia, Irlanda y Portugal también han recibido un rescate internacional a fin de evitar el default. Pero para ellos la crisis está siendo muy diferente, y los inversores no están dispuestos a prestarles dinero.
Claro que a diferencia de ellos, Islandia mantiene el control monetario sobre su propia economía. No está en la Eurozona y usa su propia moneda, ajena a las maquinaciones que ocurren con los países del sur.
En declaraciones al WSJ Suttard señala: "Ellos tienen su propia moneda y eso significa que fueron capaces de hacer una devaluación, al estilo de las vistas en los mercados emergentes en Asia en 1997, en América Latina a lo largo de la década de 1980 y, en cierta media, a principios de la década del 2000".
En este contexto, la corona islandesa se ha debilitado considerablemente frente al dólar. A principios de 2008 estaba en las 61,17 coronas por dólar. Hoy, el cambio es de 123,17 coronas por dólar.
Eso sí, gracias a tener esa flexibilidad, Islandia consiguió, por ejemplo, que sus exportaciones fueran más competitivas, explica Cosimo Marasciulo, jefe de renta fija soberana europea en Pioneer Investments. "Así que cuando la demanda interna estaba sufriendo por la alta tasa de desempleo aún tenía el control de sus exportaciones y fue capaz de ofrecer productos y servicios más baratos".
Eso ayudó a eliminar los efectos negativos de la crisis financiera, pero es algo que no está ocurriendo en Europa en este momento, agrega Marasciulo.
La devaluación de la moneda trajo como consecuencia una fuerte inflación, que llegó al 19% en enero de 2009. Asimismo, su PIB cayó un 7% en 2009. Pero, tras dos años de duro ajuste la economía islandesa empieza a crecer de forma sólida. Las últimas previsiones del FMI muestran una expansión del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,4% en 2012, impulsado en gran medida por el turismo y la industria pesquera.
La confianza de los inversores hacia Islandia, también se puede medir si se atiende al precio de los CDS, empleados por los inversores como un seguro contra un impago. Los CDS de Islandia a cinco años se sitúan en los 260 puntos básicos, en niveles de los de Bélgica, un país del euro no perteneciente a la periferia. Los de Irlanda, por ejemplo, rondan los 601 puntos.
Incluso las agencias de calificación apoyan a Islandia. En febrero, Fitch elevó el rating de Islandia en un escalón, de BB+ a BBB-, por lo que abandona el status de bono basura y vuelve al grado de inversión. Además, mantiene una perspectiva "estable", por lo que no hay riesgo de rebajas en un futuro próximo.