Carolina de Mónaco cumple 60 años: los peores y mejores momentos de la princesa de Europa
- Tres matrimonios, tres hijos y tres grandes pérdidas

Informalia
La 'princesa de Europa' cumple este lunes 60 maravillosos años. Desde su nacimiento, en la misma biblioteca del palacio de Mónaco, decorada de verde para la ocasión, hasta su actual vida, centrada en su familia, la princesa monegasca ha sido protagonista de una vida que tuvo su punto de inflexión con la muerte de su madre, Grace Kelly. Desde Informalia repasamos el cambio que experimentó, rememorando sus mejores y peores momentos, todos ellos claves a la hora de formar una de las personalidades más admiradas del mundo.
Corría el 23 de enero de 1957 cuando llegaba al mundo la princesa Grimaldi, fruto del matrimonio entre el monarca Rainiero III y la princesa y actriz Grace Kelly. Carolina recibió una educación conforme a la realeza, estudió cinco idiomas y acudió en sus veranos a Estados Unidos. Pero, durante la adolescencia, la princesa fue tomando las riendas de su vida al margen de la opinión de sus progenitores.
1. Su primer gran amor.
Durante unas vacaciones veraniegas en la Costa Azul, Carolina se enamoró de un playboy conocido en el mundo de la noche parisina, Philippe Junot, 17 años mayor que ella, quien le pidió matrimonio en 1977. Tres años más tarde, una vez consiguió el consentimiento de su padre para contraer matrimonio con Junot, la princesa se se subió al altar radiante, luciendo un vestido de Dior. Dos años después se separó de su amado francés.

Pese a salirse con la suya, su primer matrimonio trajo varios disgustos a sus padres por las fotografías que divulgaban los medios, entre ellas, sus toples en un yate con su novio playboy. Muy a su pesar, el ansiado divorcio no fue reconocido por la Santa Sede, algo por lo que la princesa lucharía años más tarde.
"Me casé con mi primer marido muy enamorada. Pero un buen día me desperté en el lecho conyugal, vacío, diciéndome: '¿Cómo has podido hacer una cosa así, una locura de ese tipo?'. Comencé a pensar en cambiar de vida durante nuestra luna de miel. (...) Yo era joven... Esperaba que mi matrimonio funcionara, tuve la ingenuidad de creer que podía cambiarlo. Esta experiencia me hizo entender que uno no puede cambiar a nadie", reveló la hija de Grace Kelly a la revista Paris Match.
2. Nueva etapa, nuevo país, nuevos romances.
Tras su divorcio, la princesa Grimaldi emprendió rumbo a Inglaterra a principios de los 80 para continuar sus estudios. Fue allí donde conoció al tenista argentino Guillermo Vilas, con quien mantuvo una relación. Roberto Rosellini fue su otro novio y gran amigo durante su temporada británica.
La princesa siguió su propia filosofía de vida y se dejó llevar por sus propios instintos, al margen de los deseos de sus padres de seguir un camino más acorde con la realeza. Durante su etapa de estudiante, Carolina fue considerada un gran referente de estilo a nivel europeo. "Es alta, 1,69, con unos rasgos bonitos y un cuerpo espigado. Posee menos delicadeza que su madre, pero más carácter. Lo que se nota más: un porte real, un porte de reina", comentaba el monarca Rainiero III cuando su hija cumplía dieciocho. Además, el diseñador Karl Lagerfeld se fijó en ella y la fichó como modelo en alguna ocasión.
3. Uno de los momentos más tristes, la muerte de su madre.
Grace Kelly falleció el 13 de septiembre de 1982, la fecha más dolorosas para la princesa Grimaldi y también en la que ocupó el trono como Primera Dama. Este suceso marcó la vida de Carolina de Mónaco, quien dejó a un lado las 'locuras' adolescentes y empezó una nueva filosofía. "Tras la muerte de Gracia, ha sucedido un milagro. Carolina se ha puesto los zapatos de su madre. Tiene el mismo espíritu", afirmaba Rainiero III por aquel entonces.
4. Tres grandes alegrías fruto de su amor con Stéfano.
Cuando aún se encontraba superando la muerte de su madre, la princesa se enamoró de Stéfano Casiraghi. Era el verano del 83. Medio año después se casaron, para alegría del padre de Carolina, quien consideraba que su nuevo marido, empresario multimillonario de buena familia, era el más adecuado para ella. El 29 de diciembre de 1983 llegó la boda. "Tuve que cortejarla probablemente como mi padre hizo con mi madre: flores, cartas de amor, invitaciones a cenar...", aseguraba el nuevo miembro de la Casa Real de Mónaco.
La princesa Grimaldi disfrutó de su nueva relación de una forma diferente a como lo había hecho antes. "Fue amor a primera vista. Tuve mi cuento de hadas. Nos conocimos y lo sabíamos", ´señaló la princesa. Y, aunque este amor no terminó con un "vivieron felices y comieron perdices", dio lugar a los tres primeros hijos de la princesa: Andrea Alberto Pierre, Carlota María Pomelina y Pierre Rainiero Stéfano. "La primera vez que tuve la impresión de haber hecho algo importante en la vida fue cuando di a luz a Andrea", contaba la princesa en una entrevista para la revista Hola.
5. Repentina muerte de su segundo marido
Sin embargo, el destino le tenía guardado a Carolina una tragedia. Stéfano falleció en un gris 4 de octubre de 1990 durante una competición mundial de 'off-shore' (motonáutica) a la que la misma princesa le había suplicado que no asistiese. El marido de la princesa sufrió un accidente al chocar contra un muro de agua cuando corría a 150 kilómetros.
6. Una nueva vida campestre
La princesa, entonces, se vio sumergida en una complicada situación que le hizo emprender otro camino. En aquel momento decidió cumplir uno de los sueños de su difunto marido y se mudó con sus hijos a Saint-Rémy, La Provenze. Allí empezó una nueva vida alejada de los lujos reales, con un estilo campestre que también se dejó ver es su aspecto más casual, eso sí, sin perder nunca el glamour.
7. Su tercer y, hasta la fecha, último amor.
Aunque le conocía desde niña, en 1997 retomó relación con el aristócrata alemán y amante de la agricultura Ernesto Hannover, quien por entonces estaba casado con Chantal Hochuli. Tras divorciarse de su mujer, pidió matrimonio a la hija de Rainiero III y el 23 de enero de 1999, cuando la princesa tenía cuarenta y dos años y estaba embarazada, se celebró el enlace.
8. Última gran tragedia, la muerte de su padre.
Vuelven momentos difíciles para la "princesa de Europa". El 6 de abril de 2005, a los ochenta años de edad, fallece Rainiero III, justo cuando el por entonces marido de la princesa - Ernesto Hannover, tras el fallecimiento se Stéfano- ingresaba en el Hospital por una enfermedad del páncreas. "La pancreatitis es lo más siniestro que puede sucederle a uno. No se lo desearía ni a mi peor enemigo", aseguró Ernesto a la revista Elle.
9. Separación con título
En 2009 se separa de Ernesto de Hannover. La princesa alegó "conducta inapropiada" de su marido. A pesar de todo, nunca se llegaron a divorciar oficialmente y Carolina sigue ostentando el título de princesa de Hannover.
10. Felicidad a los 60 años.
La hija de Grace Kelly volvió a cambiar de vida después de diez años de matrimonio con Ernesto. Se mudó al palacio Clos Saint-Pierre en Mónaco, desde Fontainbleau y su hija Alexandra se matriculó en el colegio Ecole de la Fontaine. Desde entonces, Carolina disfruta de una vida en solitario dedicada a sus hijos y nietos. Y parece que, después de sus polémicos romances con tantos altibajos, la heredera ha encontrado una vida le hace sentirse en su nueva juventud, como siempre ha querido, relegada de los medios.
11. Palabra de princesa
"Estaba completamente convencida de que todo el mundo me destetaba. Y a me decía a mi misma: 'si tanto me odian, que me dejen en paz de una vez'. Si solo van a decir cosas horribles o crueles sobre mí, que me dejen tranquila. ¡No le he pedido nada a nadie! Reconozco que podía llegar a ser bastante agresiva, pero ahora esa etapa se ha convertido en un vago recuerdo", afirmaba recientemente la princesa de Mónaco a Vogue.