Laura Matamoros pega el gran pelotazo: embarazada del cocinero Benji, empresario y de familia rica

Martín Alegre
Además de la exclusiva donde este miércoles cuenta los detalles de su embarazo, Laura Matamoros tiene asegurado su futuro y el del hijo/a que espera de su novio, el cocinero Benji Aparicio. "Estoy segura de que Benji va a ser el padre ideal", declara previo pago en un semanario.
Este joven de 28 años es un empresario de éxito y no sólo por estar al frente de su restaurante Noname (sin nombre), en la calle Alberto Aguilera de Madrid, especializado en cocina de fusión asiática y americana, y en el que trabajan casi 20 empleados. Con planes de abrir otro local en el barrio de Salamanca, Benji tiene estudios empresariales en universidades norteamericanas, cuenta con ideas y empuje, es trabajador y también es miembro de una estirpe con mucho dinero, "pero que mucho", desvela a Informalia alguien de la familia.
.sssmarty-2422990 { position: relative; padding-bottom: 56.25%; height: 0; overflow: hidden; max-width: 100%; height: auto; } .sssmarty-2422990 iframe, .sssmarty-2422990 object, .sssmarty-2422990 embed { position: absolute; top: 0; left: 0; width: 100%; height: 100%; }
"Y este no es un romance cualquiera y pasajero, ni siquiera se puede hablar de un pelotazo de Laura con un rico cualquiera, tipo Javier Hidalgo, muy amigo de Benji y heredero del imperio de Air Europa y Globalia. Laura, de solo 24 años, y Benji están muy enamorados y muy contentos de ser padres, aunque no buscaran el niño que fruto de su amor. Esto seguramente acabará en boda y sin duda bendecida por la familia Aparicio, que aprecia a Laura", cuenta alguien cercano a la hija de Kiko.
La reconciliación pública de Laura con su padre hace unos meses se añade a otras novedades de la familia. Como el abandono la pasada semana del plató de Sálvame de Kiko Matamoros en su enésimo enfrentamiento con Mila Ximénez.
El contertulio estaría decidido a dejar definitivamente el plató de Telecinco y emprender nuevos caminos, ajenos al estrés que provoca tener enfrente a una maquinaria de insultos y descalificaciones constantes.