Al volante del BMW X2 sDrive 18i: cuestión de carácter y sensaciones
Jorge Arenas
A BMW le gusta exprimir al máximo cada segmento. Es por ello que a pesar de tener el BMW X1 como representante de la categoría C-SUV, hace poco decidieron añadir el BMW X2 como complemento. No es que el X1 sea un coche incompleto, para nada, sino que la firma alemana vio el camino abierto hacia un nicho que habría de despertar el deseo en un cliente con distintas aspiraciones.
El BMW X2 se asienta sobre la plataforma del X1, pero tiene otro enfoque. Es ligeramente más pequeño, con unas proporciones más achatadas, que le dan un aire más deportivo a la carrocería, pero que al mismo tiempo le hacen perder puntos en habitabilidad. Lo suyo es la puesta en escena, la exclusividad y la agresividad en sus líneas. También lo es la dinámica. Todo lo demás pasa a un segundo plano… porque para práctico y equilibrado ya está su hermano de gama, que encima es algo más barato.
Lo que diferencia a un X2 de un X1
El X2 que sometemos hoy a prueba mide 4,36 metros de longitud y tiene un maletero de 470 litros. Unas cifras que no están nada mal para un coche de su tamaño. Perfectamente puede cumplir con el papel de SUV 'para todo' siempre y cuando la familia no sea muy grande o la cantidad de equipaje a llevar en los desplazamientos no sea excesiva. Por el contrario, el X1 mide 8 centímetros más y ofrece un maletero de 505 litros. Lo segundo permite una carga superior a la del X2; lo primero, unido a que su altura es 8 centímetros mayor, se traduce en un habitáculo más desahogado, especialmente en las plazas traseras.

En este punto, algunos usuarios ya habrán hecho sus descartes. Y más aún lo harán cuando manejen este otro dato: el X2 es unos 2.600 euros más caro que el X1 a igualdad de condiciones (motor, equipamiento, etcétera). Además, el X1 ofrece un motor, el 16d (116 CV), que el X2 no tiene y que sitúa el escalón de partida más abajo todavía para ofrecer un mejor acceso a la gama. Así que va quedando claro que el X1 es el más completo desde muchos puntos de vista. ¿Cuál es entonces el sentido real del X2?
Como decíamos, el X2 da menos por más. Algo que, a priori, no le gusta a nadie. Pero no nos llevemos a engaño: este coche apela directamente a las emociones. Aquí no hay que sacar la calculadora sino dejarse llevar por lo que transmite su diseño. Contemplarlo desde fuera, cada línea, cada curva, cada elemento aerodinámico. Y también desde dentro, descubriendo esos detalles que marcan la diferencia, como los que incluye el paquete M de la unidad que hoy tenemos entre manos.
Y más allá de todo esto, este modelo invita a experimentar sensaciones a sus mandos. Tras esa estética relativamente SUV, se esconde en realidad un coche con maneras de turismo bien asentado. De hecho, esta es la gran diferencia que plantea, no solo frente al X1, sino frente a casi cualquier modelo con el que rivalice. El Mercedes-Benz GLA, el Audi Q3, el Range Rover Evoque o el Jaguar E-Pace son todos ilustres representantes de esta vertiente premium y pueden ser recomendables en gran medida, pero ninguno de ellos ofrece el aplomo del BMW X2. De alguna manera, el equipo de desarrollo de chasis de la marca ha logrado una pisada plana, ágil y muy bien afinada, que hace que la experiencia de conducción en este coche sea otra historia. Tanto es así, que solo la postura de conducción algo elevada se encarga de recordar que vamos a los mandos de un un modelo de aspiración SUV.
Aquí está, pues, el sentido del X2. Eso sí, el hecho de tener ese buen comportamiento dinámico en asfalto le quita puntos a la hora de rodar en pistas y demás entornos offroad. Que quede claro que, de todocamino, solo tiene la estética.
¿Quién me ha robado un cilindro?
Y yo que pensaba que toda la oferta mecánica del BMW X2 era de cuatro cilindros, tanto en diésel como en gasolina… Pero no. Este modelo, igual que otros tantos de la gama BMW, también ha sucumbido a esas mecánicas modulares tricilíndricas propias de la era 'downsizing'. En el caso del X2 solo hay un motor de este tipo, el de la versión de gasolina 18i, que es justo la que hoy probamos.
La denominación completa es sDrive 18i, es decir, con tracción a un solo eje (delantera) y con cambio manual. Quien quiera cambio automático puede asociarlo a este motor, pero quien quiera la tracción total xDrive, no. Las cuatro ruedas motrices solo están disponibles para este coche en las versiones 18d, 20d y M 35i.
Lo bueno que tiene la configuración de nuestra unidad de pruebas es que tiene un precio contenido. Es, de hecho, la segunda variante más barata de toda la gama X2 (sigue de cerca al sDrive 18d). La pregunta es: ¿qué tal es el motor? ¿Merece la pena como una opción seria a tener en cuenta?
Lo cierto es que sus virtudes son muchas. Este tricilíndrico de 1,5 litros y 140 CV ofrece una respuesta sorprendente desde varios puntos de vista: es suave, apenas vibra ni se escucha, y tiene una forma de entregar la potencia muy al estilo diésel, es decir, da lo mejor de si en la parte baja-media del cuentavueltas. Esto hace que la conducción normal del día a día sea cómoda, porque el motor se encuentra a gusto girando a regímenes poco elevados, lo que aporta una respuesta inmediata, poca sonoridad y ayuda a reducir el consumo en los desplazamientos cotidianos. Hasta aquí todo bien.
Sin embargo, al salir de su zona de confort, es decir, cuando se le exige algo más, es cuando sale a relucir su falta de carácter. Curiosamente, es capaz de estirar hasta casi las 7.000 rpm, pero por allí arriba se mueve con poca fuerza. Entre esto, que los desarrollos del cambio manual son largos y que la aceleración es tan lineal como carente de buen sonido, el resultado es un motor más bien soso.
No negaremos que cumple con su papel y que es un buen punto de partida en gasolina por sus cualidades. Pero si alguien busca una cierta emoción al volante y/o unas aceleraciones más contundentes y resolutivas, que apunte al 18d o al 20i. Otra opción podría ser montar el cambio automático al 18i, que aunque no lo hemos probado en esta versión, seguramente sea capaz de aprovechar mejor las posibilidades de la mecánica, entre otras cosas porque tiene 8 velocidades en lugar de 6, con un escalonamiento más cerrado.
En definitiva, el BMW X2 sDrive 18i es un coche muy pintón, relativamente práctico, con muy buenas maneras sobre el asfalto y con un motor algo descafeinado pero más que correcto. Un modelo con un claro enfoque desenfadado y a la caza del cliente que busca un punto marcado de calidad y deportividad en la rodadura.
Lo más destacable
- insonorización del habitáculo
- calidad de rodadura y comportamiento en curva
- puesta en escena llamativa
Lo mejorable
- carácter y consumo del motor 18i
- habitabilidad correcta
- precio elevado
Ficha técnica
Motor: gasolina, 3 cil, turbo 1.499 cc
Potencia: 140 CV a 4.600 – 6.500 rpm
Par motor: 220 Nm a 1.480 – 4.200 rpm
Consumo mixto oficial: 5,6 l/100 km
Transmisión: manual, 6 velocidades
Maletero: 470 litros
Velocidad máxima: 205 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 9,6 segundos
Precio: 35.080 euros