
La operación sobre la que se sustenta gran parte del plan de reducción de deuda de Grifols está a un paso de culminar con éxito. La firma de hemoderivados ha confirmado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que la venta del 20% de Shanghai Raas a la multinacional Haier por 1.629 millones de euros ha superado todos los trámites gubernamentales que exige China. "Informamos que ambas compañías han completado los habituales trámites de aprobación gubernamentales, tanto nacionales como extranjeros", explica la empresa catalana.
Con todo, aún queda un último paso para que Grifols tenga en su mano el montante de la operación. La transacción aún está sujeta a la confirmación de cumplimiento que emitirá la Bolsa de Shenzhen y que será el paso previo al registro de transferencia de acciones en China Securities Depository and Clearing. La propia firma de hemoderivados avanza que la autorización la recibirán el mes que viene.
Hace algo más de un año, este periódico avanzó en exclusiva que la empresa catalana ponía a la venta la mayor parte de su participación en Shanghai Raas. Los directivos de la compañía se pusieron de límite para cerrar la operación el 31 de diciembre de 2023 y pocas horas antes lo consiguieron, no sin antes haber cambiado de pretendiente.
Posteriormente llegó el ataque a la compañía por parte de Gotham City, donde se llegó a poner en duda la venta que entonces solo se había anunciado. De hecho, Grifols aprovechó unas declaraciones de la cúpula de Haier para comunicar a la CNMV que la operación seguía en marcha.
Y es que esta operación es vital para los planes de reducción de deuda de la compañía, su principal talón de Aquiles. El próximo año Grifols tiene que afrontar vencimientos por valor de 2.900 millones de euros, cifra a la que no podría hacer frente si la desinversión en Shanghai Raas se hubiera truncado.
Una vez se cierre por completo la operación, Grifols se quedará con el 6.2% de las acciones en la empresa asiática, pero es cierto que el acuerdo con Haier tiene letra pequeña. Grifols mantendrá un consejero en la compañía, siempre que no reduzca su participación por debajo del 5% (actualmente queda en el 6,58%), aunque las decisiones sean lideradas por el nuevo accionista de referencia de la organización. Y aunque la firma familiar catalana se compromete a no vender más acciones en los próximos tres años, sí otorga a Haier un derecho de tanteo una vez pasado el plazo si desease proseguir con la desinversión.