Este martes llega a las librerías un libro sobre Gwyneth Paltrow, su biografía no autorizada, escrita por la periodista Amy Odell. Tras su retrato de Anna Wintour en Anna (2022), Odell fija ahora su mirada en una figura muy mediática aunque quizás no tan influyente como la editora de Vogue.

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— Kate Casey (@KateCasey) July 16, 2025
Empresaria, gurú del bienestar, y coleccionista de amantes envidiables
El libro, basado en más de 220 entrevistas —aunque ninguna con la propia protagonista—, recorre con detalle la vida y los excesos de esta pionera nepo baby de manual, hija de la actriz Blythe Danner y del productor Bruce Paltrow. Desde su debut en el teatro a los ocho años junto a su madre, hasta su Oscar a los 26 por Shakespeare in Love, pasando por su transformación en marca global con Goop, el retrato que ofrece Odell revela una Gwyneth mucho más compleja y contradictoria que su imagen pública.

Sexo, dietas y una vida (muy) expuesta
Odell no se anda con rodeos. La biografía está llena de episodios íntimos, algunos sorprendentemente explícitos, especialmente en lo referente a la vida sexual de la actriz. Según la autora, uno de los amores más intensos y carnalmente satisfactorios de Gwyneth fue Ben Affleck, con quien mantuvo una relación desde finales de 1997 hasta el año 2000. "Me atraía su intelecto", habría dicho la actriz en su entorno cercano, aunque en el libro se detalla que el actor también destacaba por sus habilidades en el dormitorio. No obstante, las adicciones de Affleck al alcohol y al juego acabaron por arruinar la relación.

Antes de Affleck, Paltrow tuvo otro romance de alto voltaje con Brad Pitt. Se conocieron en una audición y coincidieron de nuevo en el rodaje de Seven, donde se encendió la chispa. Llegaron a comprometerse, pero rompieron en 1997. Según Odell, fue una relación desigual: Gwyneth, educada entre la élite cultural de Nueva York y Los Ángeles, trataba de "educa"" a Pitt en los matices del lujo. "Cuando vamos a restaurantes y pedimos caviar, tengo que explicarle: esto es beluga, esto es osetra", llegó a declarar la actriz. Pitt, originario de Misuri e hijo de un camionero y una consejera escolar, no siempre encajaba en ese universo.

La tensión entre ellos se intensificó en 1996, cuando Gwyneth se sintió atraída por Hugh Grant. A sus amigos les confesó que Brad se mostraba celoso y amenazado por su éxito. Años después, al enterarse de la boda de Pitt con Jennifer Aniston, lanzó un dardo venenoso: "Tiene un pésimo gusto en mujeres", y lo llamó directamente "un saco de…".
Goop, Chris Martin y una vida con marca propia
Paltrow ha sabido reinventarse como pocas estrellas de su generación. Fundadora de Goop, su controvertida compañía de bienestar de lujo —con productos tan comentados como las velas con aroma de vagina—, se ha posicionado como una autoridad en temas de salud alternativa, espiritualidad y gastronomía poco ortodoxa. También ha publicado cuatro libros de cocina que combinan recetas con consejos de vida dignos de una gurú zen con tarjeta Black.

En lo personal, tras su sonada ruptura con Pitt y su idilio con Affleck, la actriz se casó con Chris Martin, líder de Coldplay, con quien tiene dos hijos: Apple y Moses. Se separaron en 2016 en lo que definieron como un "desacoplamiento consciente", una forma eufemística y muy Goop de hablar de divorcio amistoso. Hoy está casada con el productor Brad Falchuk, su compañero desde hace casi una década.
Martin, por su parte, ha vuelto a ser noticia recientemente por la viral kiss cam que captó un supuesto escarceo entre el CEO y la jefa de RR.HH. de la empresa tecnológica Astronomer, donde Gwyneth ha sido contratada recientemente para limpiar con mucho humor la imagen de la compañía tras el escándalo.
La biografía que calla y la que insinúa
A pesar del nivel de detalle en sus más de 400 páginas, Gwyneth deja fuera algunas cuestiones que podrían haber dado aún más juego. Por ejemplo, no hay mención alguna a su supuesto romance adolescente con Felipe de Borbón, cuando la joven pasó por Talavera de la Reina para perfeccionar su español. Según rumores nunca confirmados, ambos vivieron una breve historia veraniega durante aquellas semanas en España. Noches toledanas o no, no nos consta que Odell haya incluido esa etapa en su libro.
La autora reconoce que su trabajo es necesariamente incompleto: Paltrow tiene solo 52 años y aún mucho camino por delante. Su figura sigue evolucionando y generando titulares. Pero si algo demuestra esta biografía es que, detrás del rostro sereno, las dietas detox y los humos vaginales hay una mujer con muchas más capas —y sombras— de las que sugiere su estilizada imagen en portadas como las de Vogue.
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