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El caviar ruso... viene ahora de Italia

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    <i>Imagen: Bloomberg</i>

    elEconomista.es

    Desde el veto a la importación de productos occidentales a la destrucción de toneladas de alimentos, el presidente ruso, Vladimir Putin, está decidido a hacer que los exportadores europeos paguen por la oposición de Occidente a su política en Ucrania. Eso sí, solo hasta cierto punto.

    Y es que, cuando Rusia impuso un embargo a los alimentos importados de ciertos países occidentales, hace más de un año, el caviar se salvó de la lista. El motivo, según Bloomberg, fue ayudar a una granja de esturión italiana para que se infiltrase en Rusia. Desde 2012, Agroittica Lombarda cuenta con la tierra natal de Putin como el país de destino más importante para su producto de lujo.

    Eso sí, hay truco. "Hemos tenido que poner un nombre comercial de Rusia en la lata. No ponemos 'Made in Italy'", explica Lelio Mondella, director general de Agroittica. "Los rusos quieren comer caviar ruso, lo entiendo". ¿Quién iba a querer comprar queso mozzarella hecho en Rusia?, se pregunta.

    Las sanciones adoptadas por la comunidad internacional por la crisis de Ucrania podrían costarle a Rusia hasta el 9% de su PIB durante los próximos años, según un cálculo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que en mayo analizó las posibles consecuencias de los castigos en vigor. Estos castigos ya han tenido un efecto inmediato sobre Rusia equivalente a entre el 1 y el 1,5% de su PIB. En los próximos años, el lastre podría subir hasta al 9% del PIB.

    La economía rusa se contrajo un 4,6% en el segundo trrimestre de este año, la mayor caída trimestral desde 2009, afectada además de por las sanciones, por la crisis del rublo y con el petróleo en mínimos. Cuando Putin estableció el veto a la importación y publicó su lista de productos prohibidos, el caviar quedó al margen, ya que Rusia tuvo que echar mano del extranjero después de que las bajas existencias llevaran a la prohibición de la pesca del esturión salvaje en el Mar Caspio.

    "Los rusos ricos y poderosos no pueden prescindir de él, por lo que han hecho una excepción", señala Mondella en declaraciones a Bloomberg. Su granja, inaugurada a finales de 1970 en el pequeño pueblo de Calvisano, al este de Milán, produce unas 25 toneladas de caviar al año. Su mayor oferta es una lata de caviar Beluga de alrededor de 1,8 kilogramos por unos 14.000 euros.

    Durante mucho tiempo, el caviar fue también un manjar italiano, no solo ruso o iraní. Aunque no hay cifras certificadas sobre la producción mundial de caviar, según la Federación Europea de Productores de Acuicultura (FEAP), Italia vendió en 2014 unas 42 toneladas, por detrás de China, con 54 toneladas.

    "La crisis financiera de 2008 golpeó al sector del caviar, pero el mercado se ha recuperado", explica Laurent Sabeau, uno de los directivos de FEAP. Hay incluso buenas previsiones para el sector ya que ciertos países se están convirtiendo en grandes consumidores. "Si la alta burguesía china empieza a comer caviar, el crecimiento va a ser enorme", concluye Sabeau.