Qué leer de Álvaro Pombo: un viaje literario al Premio Cervantes 2024, poeta, novelista, ensayista y académico
- "El asunto divertido es que Cervantes no tuvo ningún premio. Le plagiaron la segunda parte del Quijote y estuvo en la cárcel. Cervantes era un pringado genial. Un pobrecillo. Solo tenía el talento, la gracia y esa especie de humor", resaltó el escritor tras conocer su galardón

Ana Gómez Viñas
"Un mundo literario propio imperecedero e imprescindible que conmueve". Es la producción literaria del nuevo Premio Cervantes, Álvaro Pombo, cántabro de nacimiento y filósofo de formación. El santanderino, en su encuentro con los medios tras conocer su distinción, tiró de humor e ironía cuando dijo: "El asunto divertido es que Cervantes no tuvo ningún premio. Le plagiaron la segunda parte del Quijote y estuvo en la cárcel. Cervantes era un pringado genial. Un pobrecillo. Solo tenía el talento, la gracia y esa especie de humor".
El Cervantes lleva una dotación de 125.000 euros, cantidad que gastará "con parsimonia". "Mi madre decía que sería un manirroto de viejo, pero no es verdad", recordó. E incidió en que el dinero no llega para todo el mes, "no cunde". "Espero que este premio cunda porque es lo último que voy a ganar", resaltó.
El jurado del galardón más importante de las letras españolas destacó del escritor "su extraordinaria personalidad creadora, su lírica singular y su original narración". Y añadió: "A su notabilísimo nivel como poeta y ensayista, se une el ser uno de los grandes novelistas de nuestra lengua que indaga en la condición humana desde las perspectivas afectivas de unos sentimientos profundos y contradictorios".
El 'escribo como hablo' valdesiano
Pombo nos muestra el mundo a través de un lenguaje "en el que las deformaciones de la realidad aparecen reflejadas bajo el disfraz de la ironía y del humor". Los miembros del jurado subrayaron de su prosa la oralidad, que "se refleja en la voluntad de un estilo que aspira al 'escribo como hablo' valdesiano" (del escritor Juan de Valdés, del siglo XVI).
Licenciado en Filosofía por la Universidad de Madrid, es Bachellor of Arts por el Birberk College en Londres. Durante once años, de 1966 a 1977, trabaja en un banco de la City donde comienza a empaparse de la tradición literaria británica. Desde 2004 ocupa el sillón j en la RAE.
Su producción ha recibido múltiples reconocimientos. Unas distinciones que nos sirven de guía para aproximarnos a su trayectoria. Comenzamos este camino por El exclaustrado (Anagrama), que acaba de llegar a las librerías. Un hombre que pasa los 70, Juan Cabrera, vive encerrado con sus libros en su piso de Argüelles, en Madrid. Una exploración del alma con autoengaños y deseos inconfesables. En 2023 lanzó Santander 1936, galardonado con el Francisco Umbral al mejor libro del año. El joven Alvarín Pombo Caller, tío carnal del autor, protagoniza este relato. En 1936, la capital cántabra, como toda España, arde por la confrontación política que desencadenará la Guerra Civil. El joven se afilia a Falange, frente a su padre, republicano y admirador de Azaña. Pese a sus diferencias, padre e hijo se quieren mucho.
Recibió el Premio Nadal por El temblor del héroe en 2012. Un relato sobre la confianza y la traición, sobre el arrepentimiento y el sentido de culpa. La fortuna de Matilda Turpin le valió el Planeta en 2006. Una mujer de clase acomodada, casada y madre, emprende una carrera fulgurante en el mundo de las finanzas. También en 2006, el premio Salambó, por Contra natura, obra por la que se hizo con el Ciudad de Barcelona en 2005; el Fastenrath, por La cuadratura del círculo, en 2001, mismo año en el que se le otorgó el Premio Fundación José Manuel Lara por El cielo raso. Se alzó con el galardón Ciudad de Barcelona y el Nacional de Narrativa por Donde las mujeres (1997), una historia de familia a través de la voz de la narradora, la hija mayor. La revelación de un secreto le abrirá los ojos para descubrir la realidad más fría y tiránica. Pombo recibió la distinción de la Crítica por El metro de platino iridiado (1991). Además, obtuvo el Herralde, por El héroe de las mansardas de Mansard en 1983.