Evasión

Adiós a la fotógrafa Anna Turbau: la mirada limpia que retrató el otro lado de la Transición en Galicia

  • La pionera del fotoperiodismo falleció este miércoles 19 de marzo a la edad de 76 años 
  • Nacida en Cataluña, capturó imágenes icónicas de la Galicia rural y el barrio chino de Barcelona. Son especialmente conocidas sus instantáneas en el hospital psiquiátrico de Conxo

Tenía una mirada limpia y su lenguaje era renovado, militante, siempre empuñando la cámara en busca de un encuadre honesto. Su obra, conformada por todas esas imágenes en blanco y negro, traspasaba lo físico y se instalaba en lo emocional. Era inquietante, misteriosa. Desgraciadamente, no continuará, pero nos queda su legado. Anna Turbau, pionera en el fotoperiodismo catalán, falleció este 19 de marzo a la edad de 76 años. Junto con otras fotógrafas de la Transición política española, como Isabel Steva -la inolvidable Colita-, fallecida en 2023, formó parte de una generación de autoras imprescindibles en el archivo fotográfico de nuestro país. Su labor fue necesaria por mostrar la vida desde los márgenes, desde el compromiso social y la denuncia.

Nacida en Barcelona en 1949, Turbau estudió diseño gráfico en las escuelas Massana y Elisava, donde se interesó por la fotografía como forma de expresión, y en 1974 presentó su primera exposición. Dos años después, en 1976, llegó a Galicia tras ser invitada por el Colexio de Arquitectos de Galicia para documentar un proyecto de viviendas diseñado por César Portela y Pascuala Campos en el poblado gitano de O Vao, en Pontevedra.

Hasta 1979, residió en Santiago de Compostela, donde trabajó para revistas como Primera Plana, Interviú o A Nosa Terra; y documentó las movilizaciones sociales y políticas surgidas a finales del franquismo. Su objetivo captó, así, desde las manifestaciones pro Estatuto de Autonomía a las luchas vecinales contra el diseño de la autopista AP-9 hasta los Días da Patria de la izquierda nacionalista. El contraste entre el discurso por aquel entonces dominante sobre una Galicia políticamente amansada y la realidad de su fotografía es más que evidente.

A finales de los 90, decidió abandonar el fotoperiodismo, aunque a partir de los 2000 retomó su actividad participando en proyectos documentales con TV3 y ejerciendo la docencia. En 2017, el Consello da Cultura Galega organizó una gran muestra en Santiago de Compostela que recorría los negativos de su larga temporada gallega. La institución alberga este fondo, más de 10.000 imágenes, "para su custodia y difusión".

La obra de Turbau, que definía sus propias fotografías como un tipo de "lenguaje silencioso", destaca especialmente por retratar la cara oscura de los 70, y una muestra de ello es su serie de fotografías en el hospital psiquiátrico de Conxo, en Santiago de Compostela. Parte de la misma se encuentra expuesta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid. Lo cierto es que la artista era catalana, pero su trabajo más reconocido se sitúa en la Galicia de aquellos años.

La fotógrafa fue una gran amiga de la catedrática de Ciencias de la Comunicación y cineasta Margarita Ledo Andión, quien dirigió el histórico semanario mencionado anteriormente, A Nosa Terra -de corte nacionalista, en los 70 era próximo a la izquierda radical soberanista-. La fotógrafa se había encargado de las imágenes de su libro de poemas Linguas Mortas (1989). "Te seguiremos queriendo cada vez que emerja la empatía entre lo real, quien lo fotografía y quien lo mira", expresó Ledo Andión en el obituario que publicó este mismo miércoles en Nós Diario.

Turbau estuvo casada con el cineasta Llorenç Soler, fallecido en 2022, y autor de documentales históricos también rodados en Galicia como O monte é noso (1977) o Autopista, unha navallada na nosa terra (1977).

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