Lo de Leire Martínez y Amaia Montero con La Oreja de Van Gogh es lo más parecido a una relación tóxica llevado al panorama musical. Es como aquella amiga que te cuenta que sospecha -y vive atemorizada por ello- que su pareja no ha olvidado a su ex y, finalmente, la vida le da la razón con esa foto en el peor momento. Y es justo esa sensación de no ser nunca suficiente y la comparación continua la que, seguro, ha perseguido a la de San Sebastián desde el ya lejano 2008, que fue el año que empezó como vocalista de uno de los grupos de pop más exitosos del momento tras la salida de Amaia Montero.
La primera, Amaia, formó parte de la banda durante 11 años (de 1996 a 2007), y Leire lo hizo durante 17. Pese a que la segunda cantante fue la voz del grupo vasco durante más tiempo, ha tenido que luchar en esas casi dos décadas contra el síndrome de la impostora (tan de moda últimamente). Y razones no le faltaban.
Para remontarnos a los hechos, fue en el pasado octubre cuando España vivía un auténtico revuelo con el anuncio de la salida de Leire de LODVG. Se supo tras un comunicado anunciado por Pablo Benegas, Álvaro Fuentes, Xabi San Martín y Haritz Garde, los otros componentes de la banda, que la propia Leire no había firmado, por lo que la polémica ya estaba más que servida y los rumores del posible regreso de Amaia Montero sonaban cada vez más fuerte. En este punto, ambas se esforzaron en explicar que esa posibilidad era falsa y que la salida de Leire no tenía nada que ver con el regreso de la cantante de temas tan conocidos como Rosas o 20 de enero.
Pero esta actitud políticamente correcta no duró demasiado. Amaia compartía en sus redes sociales imágenes antiguas con los hombres de La Oreja de Van Gogh y Leire no dudó en admitir públicamente que, si eso significaba su regreso a la banda, "le revolvería". También contó que no tenía ningún tipo de relación ni comunicación con sus ex compañeros y que el último mensaje que se escribió en el chat de teléfono que comparten -que sigue activo y se llama LODVG- fue en octubre de 2024.
Termina el silencio
Ahora, la era del silencio ha terminado. O así lo dice alto y claro la cantante de Inmortal, que publicaba en su red social hace unos días el lanzamiento de su primer tema en solitario con un título que deja poco a la imaginación: Mi nombre. Y que verá la luz este viernes 11 de abril. "Es una canción reivindicativa sobre mi persona. Es un disco en general de catarsis, de empoderamiento, de reivindicarme un poco. Pero la de guerra yo creo que es esta. Que la escuchen y a partir de aquí hablaremos ya de otras cosas", explicaba la propia Leire en su reciente visita a Estirando el chicle, el podcast de Carolina Iglesias y Victoria Martín.
"Durante mucho tiempo me he callado mucho, pero el ser prudente no implica que no tengas opinión o no te corra sangre por las venas. Pero no me gustan las guerras, entonces decido cuáles batallo y cuáles no", contestaba la cantante cuando las presentadoras hacían hincapié en la moderación que siempre la ha definido. Y no se quedaba ahí: "Estoy ahora mismo en un momento de catarsis, me gusta ser positiva pero a veces ves que todo es mentira y que todo el mundo te vende la moto. Filtros por aquí, no digas esto… Sí que encantaría formar parte de esa generación que se la suda todo".
Leire contó que su silencio durante todo este tiempo tiene razón de ser en una mezcla de motivos. Uno, su forma de ser y de afrontar las cosas para que le afecten lo menos posible. Otro, el más evidente, su intención de ser respetuosa con las personas con las que había compartido tantos años de su vida. Pero ahora estaba en otra fase, en la de "enfado", en esa que tanto engancha y que significa haber avanzado una casilla más en este proceso tan tortuoso que es la ruptura. "Sería ridículo decir que he cerrado esta etapa. Parece que hay que olvidar para no sufrir y no, no quiero olvidar porque evidentemente ha sido duro, pero ha habido cosas maravillosas. Entonces, no quiero olvidarme de nada de lo vivido".
La cantante ya ha pasado la etapa de drama, la de no parar de llorar y de no querer leer la prensa para encontrar infinidad de descripciones de sí misma de gente que no la conoce en un momento que ni ella sabía bien quién era. Pero eso ya acabó, y ahora simplemente está cabreada. "Está yendo todo super rápido, es extraño. Es muy guay, sorprendente, me ilusiona. Por otro lado me acojona que flipas. Es general, es todo muy guay, no hay peros. Pero aún así, me acojona".
Pese a este cabreo latente y confeso, Leire no tuvo miedo en decir, igual de alto, que iba a querer siempre a sus ex compañeros de la banda pese a que está muy enfadada con ellos, haciendo una vez más el paralelismo más claro con una relación sentimental: "A veces no hace falta estar de acuerdo con alguien para quererle, y yo he podido no estar de acuerdo con mis compañeros en muchos momentos pero les voy a querer toda la vida". Y aquí también destacó lo complicado de romper dinámicas que ya están creadas desde hace tiempo, que es un muro con el que ha tenido que lidiar desde que empezó en el grupo. Un muro que ya saltó y dejá atrás para levantar otros donde sea ella la que ponga la primera piedra.
