Alexandra de Luxemburgo, cuarta hija de los Grandes Duques Enrique y María Teresa, ha elegido la Provenza francesa, destino de veraneo familiar, para celebrar este sábado su boda religiosa con Nicolas Bagory. La princesa, de 32 años, ha dado el 'sí, quiero' a este bretón de 34, formado académicamente en Estudios Clásicos y Ciencias Políticas en la Sorbona de París y que trabaja en la creación de proyectos sociales y culturales.
Ambos ya se casaron por lo civil en el Ayuntamiento de la Ciudad de Luxemburgo hace una semana. La ceremonia religiosa ha sido oficiada por el obispo de Frejus-Toulon, Dominique Rey en la Iglesia de Saint-Trophyme, cerca de la residencia privada de verano que los Grandes Duques Enrique y María Teresa tienen en Cabasson.
Nicolas Bagory llegaba junto a su madre, ataviada con un traje aguamarina de mangas transparentes y bordados florales en diferentes colores pastel. La madre de la novia, la Gran Duquesa, ha elegido un mono negro con flor de color verde en el hombro derecho a modo de chal sobre el brazo.
Los hermanos pequeños de la novia, el príncipe Luis y el príncipe Sebastián, fueron de los primeros invitados en llegar. Louis, acompañado de sus dos hijos, Gabriel, de 17 años, y Noah, de 15, que nacieron fruto de su relación con Tessy de Luxemburgo, de la que se separó en 2017.
Después llegaban Félix de Luxemburgo y la princesa Claire, deslumbrante con un vestido rojo de Zuhair Murad. El segundo hijo de los Grandes Duques y su esposa han posado con sus hijos: Amalia, que ya tiene nueve años, y Liam, de siete.
Posteriormente llegaban el príncipe Guillermo, futuro heredero del Gran Ducado, y su esposa, Stéphanie de Lannoy. Tienen dos niños, Charles, de dos años, que iba en brazos de su padre, y el pequeño François, de un mes, al que no llevaron al enlace.
La ceremonia estaba programada a las cuatro de la tarde y la novia hacía su aparición con 18 minutos de retraso. La única hija de Enrique y María Teresa de Luxemburgo caminaba del brazo de su padre vitoreada por los presentes.
Alexandra ha elegido un diseño con escote entrelazado y una larga cola redondeada, un velo con mini brillantes incrustados y zapatos de tacón de color blanco. La princesa ha optado por un recogido bajo de inspiración romántica y la Tiara Chaumet de diamantes, pieza que la Gran Duquesa ha lucido en ocasiones con perlas, pero no esta vez, porque son extraíbles. Sus otras joyas en la boda han sido unos pendientes y pulsera de perlas con cierre de brillantes.
Los recién casados han abandonado la Iglesia de Saint-Trophyme noventa minutos después de que diera comienzo la ceremonia y no se han besado a pesar de la insistencia del público de Bormes-les-Mimosas.
Después, el matrimonio se ha ido en un coche espectacular (un MG cabrio de 1962) para trasladarse a la fiesta. Al partir, Nicolás, muy nervioso, que conducía el roadster, ha ido marcha atrás sin querer y los gendarmes acabaron empujando para ayudarle a arrancara.
