Día de agenda non-stop para los Reyes. Felipe VI y Letizia han acudido este martes 22 de abril por la mañana a la Nunciatura Apostólica de Madrid para firmar en el libro de condolencias que se ha abierto por la muerte del Papa Francisco. Han llegado acompañados por la reina Sofía. Poco después, Sus Majestades ofrecían un almuerzo a escritores, editores y académicos con motivo del Premio Cervantes, que entregan mañana a Álvaro Pombo, quien se ha ausentado a este evento. La comida se ha servido en el Palacio Real. Minutos antes, en la recepción a los invitados, los Reyes nos dejaban estos gestos tan románticos.


Miradas y sonrisas entre Felipe VI y Letizia que han captado las cámaras de los fotógrafos. Ha sido justo en la recepción previa al almuerzo, al que ha asistido el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha escogido un vestido midi asimétrico de inspiración griega en color burdeos.

Hemos visto el cariñoso saludo del Rey a su preceptora de sus años de estudiante, Carmen Iglesias, historiadora, profesora y académica española. También muy sonriente y afectuoso el monarca con la escritora Soledad Puértolas. Entre los invitados, el académico Luis María Anson y el director Instituto Cervantes, Luis García Montero.
En la comida, el jefe del Estado ha compartido una charla con el ministro Urtasun. Con el brindis, don Felipe ha pronunciado un discurso que ha arrancado con unas palabras en memoria del Papa Francisco: "Enorme faro ético de nuestro mundo, de nuestro tiempo. Nos quedan su coherencia vital e intelectual, su compromiso con los más pobres, su denuncia de las desigualdades". En un día como este martes de la Semana Cervantina, donde confluyen los mundos literario, editorial y académico, el Rey ha citado a Jorge Luis Borges y su poema Everness: "Solo una cosa no hay. Es el olvido" y ha recordado también a Vargas Llosa, gigante universal de las letras, "hispano-peruano universal, ciudadano del mundo, pensador valiente y comprometido". Y a Antonio Machado y Miguel de Unamuno. En el centro de su discurso, la fuerza de la palabra y el Premio Cervantes, que este año recogerá Álvaro Pombo de manos de los Reyes. "Querido Álvaro, con este premio no solo te damos las gracias por lo mucho que aprendemos y disfrutamos con tu literatura; sino que reconocemos –y nos reconocemos- en una voz y en una mirada singular", ha subrayado el monarca. "En un mundo marcado por la incertidumbre y por la inmediatez, hay quien alerta de que todo parece diluirse, de manera trepidante y desmemoriada, en una suerte de indiferencia fatalista: nuestra capacidad de discernir lo bueno de lo malo (...) La lengua puede desempeñar un papel fundamental en que eso no sea así", ha recalcado.
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