Pam, la secretaria de Estado fan de Rociíto y escudera kamikace de Irene Montero

La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Ángela Rodríguez Pam tiene solo 34 años, tiempo suficiente para haber sido centro de atención y de críticas cada vez que manifiesta su opinión en público. Es mujer, joven, se reconoce bisexual, fan de Rocío Carrasco, por supuesto de izquierdas, no se modera al hablar y además toca poder; diga lo que diga, sabe que le van a criticar. Y no le importa.

Sí que es cierto que esta pontevedresa nacida en 1989 acaba de protagonizar las polémicas más destacadas del último 8M, en cuya manifestación grabó un vídeo de unas jóvenes gritando proclamas contra Santiago Abascal y a favor de aborto, debidamente mezcladas.

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También ha indignado diciendo que el Satisfyer es "una máquina de matar fascistas" y se ha metido con las mujeres por sus preferencias sexuales al decir que "el 75% prefieran la penetración a la autoestimulación". Opiniones que no deben hacer olvidar que Pam tiene la carrera de Filosofía y Letras por la Universidad de Santiago de Compostela, dos másteres y experiencia política desde el 15-M en adelante. Como cualquier otra joven de cualquier otro partido político.

Ella empezó en podemos cuando aún era universitaria. Fue segunda en las listas por En Marea (una coalición de Podemos, Izquierda Unida y Anova), por la que consiguió un escaño en el Congreso el 20 de diciembre de 2015. En el cisma de Podemos del año siguiente ella apoyó a Íñigo Errejón, pero se mantuvo en el partidó y fue ascendiendo hasta llegar al Ministerio de Igualdad, donde trabaja mano a mano con Irene Montero y cobra el mismo sueldo que el resto de secretarios y secretarias de Estado, 120.000 euros. 

Bisexual y con pareja estable

El mote de Pam viene de un cariñoso apodo de juventud que le pusieron sus amigas en Galicia. Acabaron llamándola así porque su madre siempre tenía en la puerta de la casa una maleta con una pamela encima. Todo comenzó con el mote de "Pamela", y acabó para siempre con el sonoro Pam, tal y como aseguran en el diario El Mundo.

Esa pandilla de amigas, de las que muchas aún mantiene, le ayudaron a superar trastornos alimenticios de adolescente, tal y como ha contado en alguna ocasión, "había comenzado a mantener una relación con la comida y con el cuerpo que aún estoy arreglando". También la apoyó entonces y ahora su familia. Ángela es hija de David Rodríguez Fraga y Lourdes Martínez Cabrera, ex procuradora que se graduó en Derecho mientras su hija era niña, y le dio un hermano seis años menor que Pam. Su madre no tiene ahora empleo. 

Su familia también le apoya en todo lo referente a su vida privada, que muestra con transparencia y sin complejos.  Se define como "Feminista, bisexual y galega" en los perfiles de sus redes sociales, donde se expone compartiendo fotografías junto a Allende Marina Palomo Jiménez, de 31 años de edad, su pareja y también compañera de partido.

Allende también está extraordinariamente formada. Es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un máster en Migraciones Internacionales por la Universidad de Comillas y está en podemos desde 2017. Trabajó 5 años como coordinadora de comunicación y desde 2021 es jefa de gabinete de la Portavocía del Grupo Parlamentariao de Unidas Podemos.

Tienen una consolidada relación sentimental y se han enfrentado a señalamietnos por su condición de lesbianas. Según ha contado Ángela en su redes, en 2021 fueron rechazadas para alquilar un piso en Madrid por su condición: "Ahora en cada llamada mido mis palabras, es mi pareja y no mi novia hasta que veo una señal y me relajo", contó la secretaria de Estado.  

Pam tiene un claro perfil activista público junto a otros nombres femeninos del partido, como Ione Belarra o su jefa, la ministra Montero. Le queda mucho fuelle de juventud combativa en Galicia, porque incluso se ha enfrentado a sus jefes al mostrarse implacable y a favor  de regular la prostitución y apoyar todo lo que tenga que ver con "los sexos, pornos, deseos y feminismos", por supuesto la Ley Trans y la del "Sí es sí", aunque técnicamente su implantación ha causado más problemas que soluciones.

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Todas las reivindicaciones feministas de Ángela Rodríguez se enfrentan a los postulados del feminismo de raíz, el que lleva trescientos años luchando por la igualdad real, por abolir la prostitución, el que no contemplaba reducción de penas en la Ley del "Sí es sí", y no comprende cómo a través de la Ley Trans no se ha salvaguardado que cualquier hombre con autoginefilia se pueda inscribir como mujer, tergiversando estadísticas por sexo real, y que menores se mutilen o mediquen con bloqueadores de la pubertad que les harán dependientes de los medicamentos toda su vida. Pero Pam no ve en estas cuestiones problema alguno.

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