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Stormy Daniels, la actriz porno que puede impedir el regreso de Trump a la Casa Blanca

Lunes negro para Donald Trump. Arranca en Nueva York es primer proceso judicial penal de la historia contra un expresidente de Estados Unidos por presunto soborno a la ex actriz de cine porno Stephanie Clifford, 'Stormy Daniels', con el fin de comprar su silencio sobre una presunta relación entre ellos. Comienza el juicio este lunes 15 de abril con la selección del jurado.

Trump se enfrenta a 34 cargos de fraude por falsificar documentos para ocultar unos pagos realizados en 2016, durante su campaña presidencial, a la mencionada actriz. El ex presidente lo niega todo.

El juez Juan Merchan, que lidera el caso contra Trump, anunció hace dos semanas una ampliación de la orden de silencio en el contexto del juicio. El magistrado criticó con dureza al magnate por unas publicaciones en su red social, Truth Social, en las que atacaba a su hija con la que mantiene un conflicto de intereses ya que es consultora del partido demócrata.

Cada uno de los 34 cargos a los que se enfrenta están tipificados con cuatro años de prisión como pena máxima. En caso de que el fallo de la sentencia sea culpable, la pena máxima que podría caerle es de 20 años, que es el límite establecido que marca la ley en Nueva York para estos delitos.

El republicano fue imputado por falsificar registros comerciales para el pago secreto de 130.000 dólares (más de 120.000 euros) a Clifford no revelara ni una palabra sobre la supuesta relación sexual que ambos habrían mantenido en el pasado y que el magnate siempre ha negado. Estos pagos en sí no suponen una ilegalidad, pero sí la forma en que los habría efectuado Trump, que habría requerido de la mediación de su entonces abogado Michael Cohen para ocultar los desembolsos a través del conglomerado empresarial liderado por el expresidente estadounidense.

Excepto el caso de Daniels, que empieza hoy, es muy difícil que el magnate sea juzgado de los 34 casos antes de que llegue el 5 de noviembre, fecha en la que los estadounidenses están llamados a votar en las presidenciales. Por lo que este proceso no le inhabilita para ejercer cargo público, pero sí le hace mucho daño reputacional a su imagen pública y, por lo tanto, a su campaña.
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