La noche del lunes, el Teatro Real de Madrid fue escenario de uno de los eventos culturales más esperados del año: la entrega de los Premios BMW de Pintura. Este acto, presidido por la reina Sofía, estuvo marcado por el arte, la música y una notable representación de figuras más importantes del panorama cultural y social español. Entre los asistentes, destacó la presencia de Carmen Cervera, su hijo Borja Thyssen y su nuera Blanca Cuesta, quienes coincidieron en público después de un largo tiempo sin ser vistos juntos. Durante el evento compartieron algunas palabras y hay quien señala que incluso posaron para alguna foto juntos. El tiempo pasa y calma las aguas, llevándose consigo esos altibajos que tantos titulares han copado durante años.
Aunque las relaciones familiares entre Carmen Cervera y Borja Thyssen han sido tensas, todo apunta a que este malestar ha quedado atrás. La baronesa Thyssen llegó a cruzar alguna que otra sonrisa con su nuera e incluso posó con ella y Borja durante la ceremonia. No obstante, midieron considerablemente las distancias. Su reencuentro, aunque discreto, no pasó desapercibido.

Una velada cargada de simbolismo
La gala, que se ha consolidado como una tradición anual desde hace 39 años, contó con la presencia de la emérita, quien, como de costumbre, fue recibida con un caluroso aplauso que se prolongó por más de diez minutos. La madre del Jefe del Estado, acompañada por representantes de la diplomacia europea y personalidades del ámbito cultural, destacó el carácter solidario del evento, dedicado este año a los afectados por la DANA que ha azotado diversas regiones de España.

La ceremonia incluyó la interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven a cargo de la Orquesta Sinfónica de RTVE, dirigida por Christoph König, con un coro de 160 voces que llenó el recinto de esperanza y fraternidad. Los galardones principales recayeron en Damaris Pan, en la categoría de pintura, y en Serafín Álvarez Prieto, en arte digital.

Entre los asistentes al evento también se encontraban nombres reconocidos como la soprano Ainhoa Arteta, Marta Sánchez, Cayetano Martínez de Irujo y la periodista Anne Igartiburu, entre otros. El acto se cerró con la entrega de 500.000 euros por parte de BMW a la Fundación Reina Sofía, destinados a proyectos solidarios.



Una reunión familiar poco habitual

Borja Thyssen, acompañado por Blanca, mostró un perfil bajo, evitando el protagonismo mediático. Por su parte, Carmen Cervera, elegante como siempre, exhibió más cercanía con otros asistentes y se la vio charlando animadamente con figuras como Antonio López, uno de los artistas que más admira. Su reencuentro con su hijo y su nuera, como decíamos, fue muy cordial y calculado. Este tipo de situaciones, lejos de ser inéditas, reflejan el tono de las reuniones familiares en los últimos años, en las que prima la cordialidad pero sin excesos de cercanía pública.
La conexión entre arte y familia
La relación de los Thyssen con el arte volvió a quedar patente durante la gala. Carmen Cervera, como impulsora del Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid, tiene un vínculo indiscutible con el mundo cultural, un legado que Borja también ha defendido en ocasiones, pese a las disputas legales que en el pasado marcaron su relación. Este acto en el Teatro Real fue una nueva oportunidad para mostrar que, al menos en público, la familia sigue unida en torno a aquello que siempre les ha definido: su amor por el arte.
Aunque sin grandes gestos que indicaran una reconciliación absoluta, el ambiente entre ellos ha sido relajado, lejos de los tensos enfrentamientos que en otras épocas acapararon los titulares. Para muchos, esta coincidencia ha supuesto aparentemente al menos una señal de que las aguas han vuelto a su cauce, y aunque prefieren mantener las distancias mediáticas, su convivencia parece haberse estabilizado.
Invitados ilustres y un mensaje de esperanza
La gala de los Premios BMW, más allá del interés que ha despertado el encuentro entre los Thyssen, fue una velada marcada por la solidaridad y el compromiso con los más afectados. La presencia de personalidades como el alcalde José Luis Martínez-Almeida, el juez Santiago Pedraz o la influencer María Pombo, subrayó la relevancia del evento, que se ha convertido en un referente dentro del panorama cultural y social español.


El Teatro Real no solo fue testigo de una noche de celebración artística, sino también de una imagen renovada de la familia Thyssen, donde, pese a las diferencias, predomina una calma estratégica que permite mirar hacia el futuro con cierta serenidad. Un mensaje de unidad, aunque sea silenciosa, que encaja perfectamente en el espíritu de esperanza que perfumó toda la gala.



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