Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Wall Street se ha encontrado con un año realmente extraño. A pesar de que se han sucedido una cascada de palos en la rueda (DeepSeek, aranceles, medidas de Trump) el S&P 500 ha logrado una vigorosa remontada que lo ha devuelto a máximos históricos con una subida del 8% en lo que va de año. Entre tanto las grandes firmas tecnológicas han sumado de forma clara a este ascenso al mostrar unos números que resistían pese a que la tensión es cada vez mayor, disparando, en varios casos, un festival de euforia sin el que no se puede entender la remontada.

El mercado laboral de EEUU, bastión de su crecimiento económico, comienza a dar síntomas de clara fatiga. El último informe de empleo mensual publicado por el departamento de trabajo muestra una creación de empleos de solo 73.000 cuando el mercado esperaba unos 100.000. La tasa de desempleo avanza de este modo hasta el 4,3% desde el 4,1%.

La OPEP afronta su batalla final. El cártel se reúne el 3 de agosto en lo que hace unos meses parecía algo totalmente imposible. El grupo probablemente realizará otro gran aumento de producción (550.000 barriles más de golpe) que ponga fin al plan para devolver 2,2 millones de barriles diarios de recortes voluntarios. En sus estimaciones iniciales, antes de que Arabia Saudí apretase el acelerador y rompiese el último dique de contención del mercado, esperaban que este proceso se diera escalonadamente hasta mediados de 2026. Sin embargo, finalmente ha ocurrido en tiempo récord y, de darse el movimiento este domingo, ya estaría completo. Ahora la gran pregunta es qué ocurrirá a continuación y como se moverá el mercado. Los expertos creen que se dará una tregua en la que los precios caerán con fuerza a medida que los recortes se consolidan.

El mercado ha visto un cambio radical en cuestión de días en una de las mayores preocupaciones del BCE. Desde que se firmó el acuerdo EEUU-Europa, el euro ya cae un 2,65% en su cambio con el dólar y cotiza en los 1,1431. Si bien todavía está lejos de sus mínimos del año, muchos expertos están diciendo que no se trata de un susto, sino de un verdadero cambio de paradigma, un punto y aparte. La época de vigorosos ascensos de la moneda paneuropea estaría tocando a su fin para entrar en una nueva fase, o al menos entrando en proceso de hibernación.

El cobre vivía en una presión continua por los aranceles. El mercado daba por hecho que tarde o temprano el metal rojizo entrase en la batalla sin embargo cuando se ha anunciado que finalmente se impondrán gravámenes sobre la misma el mercado ha reaccionado con enormes caídas. Los futuros del cobre se desmoronan un 22% hasta los 4,3622 dólares. Después de que Trump haya impuesto gravámenes del 50% ¿Qué esta sucediendo?

Entre acuerdos comerciales y anuncios de todo tipo, una noticia ha pasado bajo el radar. Trump le ha quitado los 'grilletes petroleros' a Venezuela. Lo que era un rumor ha recibido la confirmación por parte del mismo Nicolás Maduro. El líder caribeño ha confirmado la semana pasada que Chevron ha recibido luz verde por parte de la Casa Blanca para seguir con sus operaciones en el país. De acuerdo con la agencia Reuters, Washington está preparando nuevas autorizaciones a socios clave de la estatal venezolana PDVSA, que incluyen también a empresas europeas, para permitirles operar con ciertas limitaciones en la nación sancionada.

El gigante farmacéutico propietario de Wegovy, Novo Nordisk, ha anunciado un cambio de rumbo drástico tras sus resultados. La empresa se hunde un 25% después de anunciar unas menores previsiones de ventas por la demanda en retirada de su medicamento para la obesidad en EEUU. Ante la crisis la firma ha anunciado un nuevo ceo, Mike Doustar, tras la destitución de Jorgensen en mayo por la actual crisis.

Probablemente uno de los puntos más sensibles del acuerdo EEUU-Europa es la compra de GNL y petróleo norteamericano por más de 680.000 millones de euros. Aún hay muchas incógnitas tras este compromiso pero los expertos coinciden en dos grandes cuestiones. La primera, que pese a la magnitud de las cifras no cambia el suministro a corto plazo y, por lo tanto, no altera los precios. Lo segundo, que si bien no supone la inundación de gas que esa cuantía puede parecer ahora mismo, sí hipoteca el futuro y la autonomía energética de Europa al comprometerse a tales cantidades que ahora pueden buscarse... pero que la dinámica del mercado no tiene por qué apoyar. Además explican que las cantidades tan astronómicas que marca el acuerdo no solo atan el futuro de Europa al gas y a Washington, sino que llevan al límite la realidad de mercado de ambas partes y que, para algunos roza el hecho de que no podrá cumplirse por pura capacidad.

El propio Banco Central Europeo (BCE) teme que un factor inesperado le quite sus poderes monetarios y trunque su sueño de que el euro gane peso ante la debilidad del dólar: el mercado cripto. Aunque las criptomonedas no compiten directamente con el dinero fiat, las stablecoins sí lo hacen. Y de momento, el liderazgo de la divisa americana en este terreno es arrollador. De hecho, las monedas estables respaldadas por el euro son solo el 1% del total del mercado. Y eso puede dejar fuera de juego al BCE y arrebatarle el control de la política monetaria, tal y como reconoce el propio organismo en un informe publicado este lunes. Incluso, el BCE señala que, aunque debería, no puede ser neutral en esta cuestión porque el dominio estadounidense de las stablecoins podría salirle muy caro al euro. Y no solo a la moneda o al propio banco central, sino también a los bancos.

Europa ha llegado a un acuerdo con EEUU para unos aranceles cercanos al 15% a cambio de compras masivas de energía y armas. Los expertos creen que este es solo un punto y aparte de la incertidumbre que limita el peor de los escenarios y que pueden surgir muchas más tensiones con aranceles al sector farmacéutico, al acero… o a múltiples frentes. Sin embargo los expertos insisten en que si bien los aranceles no le viene bien a la economía de ninguno de los dos, EEUU era el que iba a sufrir más con una guerra comercial y el que se va a llevar el peor golpe de un tipo que ha pasado del 1% al 16% en solo un año.