
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se ha mostrado poco optimista de cara a que los socios de la eurozona puedan llegar hoy a algún acuerdo sobre la deuda de Grecia en la reunión que celebrarán en Bruselas y ha tachado de "irresponsable" la elección de Syriza para el Gobierno del país heleno. Poco han tardado en responder desde Atenas a estas declaraciones. El portavoz del Gobierno griego señaló que el comportamiento de Alemania "también" podría ser calificado en los mismos términos. El Eurogrupo inicia hoy una nueva cuenta atrás para negociar con Grecia.
"De lo que he oído este fin de semana sobre los aspectos técnicos, soy muy escéptico, pero hoy tendremos un informe y después veremos", manifestó Schäuble al ser cuestionado en la emisora Deutschlandfunk sobre si los ministros de Finanzas de la zona euro encontrarían una solución a los problemas de deuda de Grecia.
En este sentido, el ministro germano subrayó que Alemania no desea que Grecia abandone la zona euro y que Atenas tiene que cumplir las condiciones básicas del plan de rescate.
"El problema es que Grecia ha vivido por encima de sus posibilidades durante un largo periodo de tiempo y nadie quiere volver a prestar dinero a Grecia sin garantías", añadió. Y es que, según explicó Schäuble, Grecia estaba en un buen camino para resolver la crisis hasta que llegó el nuevo Gobierno presidido por Alexis Tsipras. "Lo siento por los griegos. Han elegido un Gobierno que de momento se comporta de manera bastante irresponsable", afirmó.
Atenas responde
El Ejecutivo heleno no ha tardado en responder a las declaraciones del alemán. Poco después de que hayan sido difundidas, el portavoz del Gobierno de Tsipras, Gavriil Sakellaridis, ha comentado que el comportamiento de Berlín puede ser descrito en los mismos términos que hoy ha utilizado Schauble.
"Quién es irresponsable y quién es responsable es subjetivo", afirmó Sakellaridis en declaraciones recogidas por el diario griego Kathimerini. El portavoz griego ha añadido que "yo podría decir también que el comportamiento de Alemania es irresponsable. Pero no quiero intercambiar palabras difamatorias".
Con respecto a las expectativas de que se alcance un acuerdo en la reunión de hoy, Sakellaridis no se ha mostrado convencido del resultado y se ha limitado a reiterar que el objetivo de Syriza es encontrar una solución que sea aceptable para todas las partes implicadas.
Grecia y el Eurogrupo están bajo presión para llegar a un acuerdo, pues el programa de ayuda vigente vence la medianoche del 28 de febrero, después de lo cual los griegos podrían quedar en situación de insolvencia.
Pocas expectativas
En este contexto, hoy se inicia una nueva reunión de la que no se espera un resultado definitivo. Las discrepancias verbalizadas por Schauble son patentes y hasta el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, se ha mostrado "muy pesimista".
Y es que hoy se cumpliría el plazo máximo que se había marcado Bruselas para lograr algún acuerdo con Grecia, con la fecha de expiración del actual programa de rescate en mente. Cualquier extensión debe ser ratificada por varios parlamentos nacionales, entre ellos el alemán o el irlandés.
Tras el fiasco del anterior Eurogrupo del 11 de febrero, el día siguiente Tsipras acabó aceptando reanudar el diálogo técnico con la troika, que ha sido rebautizada como "las instituciones" porque los griegos no la quieren como interlocutor de las negociaciones.
Representantes del Gobierno heleno se reunieron el viernes con la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para determinar el "terreno común" entre el actual rescate y el plan de Atenas.
El asunto de la finaciación
Si no hay acuerdo, a partir del 28 de febrero Grecia dejará de tener financiación de la UE, de la que le quedaba por recibir 1.800 millones de euros del rescate y 1.900 millones de beneficios de la deuda helena que compró el BCE, así como una reserva de 11.000 millones para la banca que no se ha utilizado. Pero todavía contaría con fondos del FMI, cuyo rescate continúa hasta el primer trimestre de 2016, siempre eso sí que cumpla las condiciones. Por su parte, Atenas ha descartado una crisis de liquidez.
El Eurogrupo asegura no conocer en detalle las necesidades de financiación de Grecia para este año porque no tiene datos de los ingresos tributarios de diciembre y enero, que según apuntan los analistas han caído considerablemente por la incertidumbre de las elecciones. El ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó hace unas semanas que Atenas necesita al menos 10.000 millones de aquí a agosto y que sólo la UE está dispuesta a concederle financiación. La cifra que podría haber aumentado considerablemente por el enfrentamiento entre Bruselas y Atenas. Otras fuentes señalan que Grecia sólo tiene dinero para financiarse hasta marzo.
El tira y afloja entre el nuevo Gobierno griego y sus socios europeos podría prolongarse hasta que Atenas encuentre problemas de financiación. La otra clave está en la actitud que adopte el Banco Central Europeo (BCE), que ya ha decidido dejar de aceptar la deuda griega como garantía en sus operaciones de liquidez y ha abocado a las entidades helenas a financiarse con la línea de liquidez de emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) facilitada por su banco central nacional.
Esta línea de liquidez de emergencia no está supeditada a que Grecia siga en un programa de rescate, según han explicado fuentes del BCE. Sin embargo, el consejo de gobierno del BCE la revisa cada semana y puede revocarla en cualquier momento por una mayoría de dos tercios, como ya hizo con Irlanda y con Chipre para obligar a los dos países a pedir el rescate.