
¿Se imaginan qué dirían los chateaux de Burdeos si una autopista cruzara sus viñedos y destrozara algunas de sus mejores zepas? ¿Qué pensaría Robert Mondavi si al gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, se, le obligara a tirar sus uvas y asfaltar sus tierras? Posiblemente, todos ellos se podrían en pie de guerra.
En España, sin embargo, la situación parece distinta. El Ministerio de Fomento quiere construir una autovía a lo largo del Duero para unir Valladolid y Soria y no se le ha ocurrido mejor idea que hacerlo a través de los terrenos de Vega Sicilia, Viña Mayor, Protos, Emilio Moro, Matarromera, Montecastro, Arzuaga y Abadía Retuerta, algunas de las bodegas más prestigiosas de la región.
Si el plan sale adelante tal y como está previsto, se destruirán 46 hectáreas de viñedo y se pondrá en peligro lo que se conoce en el sector como La Milla de Oro del Vino, polo de atracción turística y uno de los mayores motores económicos de la zona.
Atentado ecológico
Las bodegas van a luchar contra lo que consideran un desprecio absoluto del Gobierno hacia la industria vinícola, pero la Denominación de Origen se ha desmarcado por completo y les ha dado la espalda. "¡Autovía ya!", reclama Francisco Uña, secretario general del consejo regulador de Ribera del Duero. "Sabemos que va a afectar a los viñedos, pero es imprescindible que la carretera se construya cuanto antes para mejorar las vías de comunicación de la zona".
Pero, ¿por qué no dejar la actual carretera, impulsar una ruta turística y sacar la vía rápida fuera de los viñedos? "Eso no tiene ningún sentido. La autovía debe servir para unir los pueblos y si va por fuera será un esfuerzo inútil", dice Uña.
Discrepancias
Inicialmente, el Gobierno del PP y la Junta de Castilla y León habían propuesto un trazado alternativo al norte de las bodegas, con un impacto mínimo sobre las mismas, pero tras su llegada al poder, el PSOE cambió de opinión. "Soy consciente del impulso que requiere la Autovía del Duero y quiero dejar claro que es una prioridad inequívoca de mi Gobierno", aseguró el pasado 28 de septiembre el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, durante una visita en Valladolid al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, que ofreció entonces 100 millones de euros para financiar el proyecto y acelerar la construcción.
Los propietarios de los viñedos están en contra y en la comarca se empieza a hablar ya de una batalla en las viñas. Si el consejo mantiene su posición actual es probable que más de uno acabe dándose de baja y la denominación de origen podría enfrentarse a una división sin precedentes.
José Moro, presidente de las Bodegas Emilio Moro, está tranquilo por sus viñedos - la autovía no pasará por sus terrenos-, pero no oculta su indignación por lo que considera un atentado ecológico y cultural. "El trazado actual es una locura. No pasa nada por construir la autovía a 10 o 15 kilómetros porque el desarrollo al final será el mismo".
Eje turístico
Según Moro, "lo que debería hacer Fomento es dejar la actual N-122 tal y como ésta, potenciándola como un eje turístico en torno al vino". Uno de los grandes problemas que se plantea es cómo puede afectar el hormigón a una tierra dedicada al cultivo de vides y, sobre todo, cómo perjudicará el aumento del tráfico, que puede llegar hasta más de 2.000 vehículos al día entre las localidades de Tudela , en Valladolid, y Aranda de Duero, en la provincia de Burgos.
Y en la misma línea que la bodega Emilio Moro se pronuncia también Bodegas y Viñedos Montecastro. "Van a destruir un entorno paisajístico inigualable, que se podría aprovechar para potenciar el turismo en la región", aseguran los dueños de la empresa.
Pero si entre los afectados hay uno que sale especialmente perjudicado por los planes del Gobierno es Abadía Retuerta, otra de las bodegas más conocidas de la zona, que no pertenece además a la denominación de origen de Ribera del duero.
Donald Cusimano, director general de esta compañía, aseguraba ya la semana pasada que "se va a herir de muerte a la Ribera del Duero y a sus vinos. La calidad del producto se obtiene gracias a la erosión registrada durante millones de años y si el proyecto sale adelante todo eso se vendrá abajo. Es una locura". Abadía Retuera podría perder hasta el 70 por ciento de sus mejores viñedos.