General Growth Properties, el segundo mayor propietario de centros comerciales de Estados Unidos, se ha declarado en bancarrota tras no ser capaz de refinanciar su deuda. La compañía, que posee más de 200 centros comerciales, declaró que tenía activos por valor de 29.500 millones de dólares frente a unas deudas de 27.300 millones, y se convierte en la mayor bancarrota de la historia inmobiliaria del país.
Según su declaración, el banco alemán Commerzbank sería el mayor acreedor sin asegurar de la compañía, con dos créditos que suman 2.600 millones de dólares. La mayor parte de la deuda de General Growth proviene de la compra de Rouse Co., por la que desembolsó 11.300 millones de dólares en 2004.
"Mientras que hemos trabajado sin descanso en los últimos meses para ajustar nuestra deuda, el colapso de los mercados de crédito ha hecho imposible para nosotros refinanciar la deuda sin recurrir al Capítulo 11 (Ley de Bancarrotas)", señaló Adam Metz, consejero delegado de la compañía.
La compañía, con sede en Chicago, ha perdido un 81% de su valor bursátil en seis meses, en los que ha repetido que podría tener que declararse en bancarrota. Los títulos de la compañía cerraron ayer en 1,05 dólares, valorando la compañía en 329 millones. Las acciones llegaron a valer 67 dólares en marzo de 2007.
General Growth dijo el pasado 30 de marzo que la fecha límite para que los tenedores de bonos aceptaran las nuevas condiciones de los 2.250 millones de dólares en deuda expiraron sin que el número mínimo de bonistas aceptaran el acuerdo. Ese mismo día dijo que continuaba negociando con sus acreedores.
Las operaciones diarias de la compañía continuarán y todos los centros comerciales permanecerán abiertos y operando con normalidad, según ha anunciado la compañía. General Growth quiere llevar a cabo un plan de reorganización para extender el periodo de vencimiento de sus deudas y reducir el conjunto de la misma.
"Nuestro negocio principal permanece sólido y tiene un cash flow estable. Creemos el Capítulo 11 es el mejor proceso para reestructurar los créditos, reducir la deuda corporativa y establecer una estructura de capital sostenible a largo plazo para la compañía", según Metz.