
Las sociedades médico-científicas españolas se han adherido este viernes al artículo firmado por una veintena autores, investigadores y científicos en la revista The Lancet criticando la gestión de la pandemia y reclamando "una auditoría externa independiente para detectar oportunidades de mejora en la respuesta frente a posibles nuevas olas epidémicas".
Juan González Armengol, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), explica que uno de los problemas fundamentales "es que se infravaloró el riesgo y se tardó en actuar, pero tanto en España como en China y el resto de países occidentales".
González Armengol señala ahora que el principal problema es que "la falta de datos homogéneos tanto en España como a nivel internacional dificultan la gestión de la pandemia, especialmente ahora que está habiendo un fuerte incremento de los casos". En ese sentido, no oculta su preocupación y advierte de que "hay ya transimisión comunitaria" y que "si estamos así en agosto, en otoño puede ser mucho peor".
El comunicado de adhesión a los científicos emitido este viernes para pedir una auditoría externa está firmado por Ricardo Gómez Huelgas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (Semi); Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC); González Armengol, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes); Antonio Fernández-Pro, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG); José Luis Llisterri, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y Alfonso Apellániz, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad en el Trabajo (Semst).
Hace tan solo unos días las sociedades médicas y el Foro Nacional de Pacientes, que critican ahora la forma en la que se gestionó la pandemia en la primera oleada a partir de marzo, alertaron ya de que la situación puede ser incluso más preocupante que entonces debido a la coexistencia del coronavirus con la gripe, "con el consiguiente riesgo de saturación de nuestro sistema sanitario". El número de nuevos positivos sigue creciendo, mientras tanto, día a día. Sanidad ha notificado así este viernes 1.895 casos en las últimas 24 horas, con la que poco a poco nos acercamos a los 2.000 diarios.
Vacunas contra la gripe
Por ello, reclamaron tanto al ministerio de Sanidad como a las CCAA, "el desarrollo y recomendación de guías y protocolos de diagnóstico y triaje para el dignóstico diferencial del Covid-19 y la gripe, una estrategia clara de vacunación y prever la infraestructura y el suministro cuanto antes, para asegurar su disposición cuando la época de la gripe llegue".
En el artículo en The Lancet, al que se han adherido ahora las sociedades médicas, los científicos reclaman, además, una "evaluación independiente e imparcial" por parte de un grupo de expertos internacionales y nacionales sobre la actuación del Gobierno y de las 17 comunidades autónomas en la gestión de la pandemia de COVID-19.
"España ha sido golpeada duramente por el COVID-19, con más de 300.000 casos, 28.498 muertes confirmadas, y alrededor de 44.000 muertes en exceso, hasta el 4 de agosto. Más de 50.000 sanitarios han sido infectados, y casi 20.000 muertes fueron en residencias de ancianos. Estos datos sitúan a España entre los países más afectados. España tiene uno de los sistemas de salud con mejor desempeño en el mundo. Entonces, ¿cómo es posible que España se encuentre ahora en esta posición?", se preguntan los autores en la revista científica.
Según esgrimen, las "posibles explicaciones" a la mala situación de España frente al Covid-19 pese a la fortaleza de su sistema sanitario es "la falta de preparación para la pandemia (es decir, sistemas de vigilancia deficientes, escasa capacidad para realizar pruebas de PCR y escasez de equipo de protección personal y de cuidados críticos)".
Reacción tardía
Todo ello, además, de "una reacción tardía de las autoridades centrales y regionales, lentitud en los procesos de adopción de decisiones, altos niveles de movilidad y migración de la población, escasa coordinación entre las autoridades centrales y regionales, escasa dependencia del asesoramiento científico, envejecimiento de la población, grupos vulnerables que sufren desigualdades sanitarias y sociales y falta de preparación en los asilos".