Economía

Victor Owen Schwartz, el pequeño importador de vinos que logró bloquear los aranceles de Trump

Dreamstime.

Victor Owen Schwartz estaba preparando la cena el miércoles por la noche cuando recibió un correo electrónico de sus abogados con buenas noticias. "No me sorprendió", dijo Schwartz. "Pensé que teníamos razón, pero sé que el mundo no siempre funciona así". Este empresario de 66 años es el líder de la demanda que bloqueó -casi por un día- los aranceles de Trump y un artículo de The Wall Street Journal relata esta batalla similar a la de David contra Goliat. Está por ver si después de que el tribunal de apelaciones reinstaurase provisionalmente los aranceles qué pasa con la demanda de este pequeño importador.

Schwartz, un distribuidor de vinos, es el principal responsable de una demanda interpuesta en abril por la organización Liberty Justice Center para impugnar los aranceles del presidente de EEUU. El correo electrónico le informaba que un tribunal federal había fallado a su favor e invalidado casi todos los aranceles de Trump. "Es una victoria para las pequeñas empresas en EEUU y para el derecho al libre comercio", indica Schwartz. Este empresario de los vinos es una de las cinco pequeñas empresas que decidieron enfrentarse al gobierno estadounidense.

Schwartz, un banquero descontento con las finanzas, fundó su empresa, VOS Selections, hace 39 años, tras cinco años trabajando como prestamista. Su empresa neoyorquina importa vinos, sakes y licores de pequeños productores de 16 países. Los vinos europeos representan la mayor parte de sus ventas.

"Somos importadores. Somos los canarios en la mina de carbón"

Un familiar suyo le presentó a Ilya Somin, profesor de derecho constitucional de la Universidad George Mason y abogado adjunto en el caso. El profesor había publicado una entrada en febrero en el blog Volokh Conspiracy, donde calificaba los aranceles de inconstitucionales. Abogados del Liberty Justice Center se pusieron en contacto con él para que les ayudara a presentar un caso. "Somos importadores. Somos los canarios en la mina de carbón, en la primera línea de este problema", detalla Schwartz, quien comenzó como una empresa de dos personas y ahora tiene unos 20 empleados. Su empresa vende a restaurantes, pequeñas licorerías y grandes cadenas como Total Wine.

Schwartz asegura que le preocupan las repercusiones políticas de desafiar a la administración Trump, pero seguirá adelante de todos modos. "Si no lo hago yo, ¿quién lo hará?", clama. "No fue una decisión política. Fue una decisión empresarial".

Liberty Justice Center, con sede en Texas, ha presentado más de 135 demandas desde su nacimiento en 2011. El bufete de abogados, sin ánimo de lucro y especializado en litigios de interés público, es conocido por un caso que llegó a la Corte Suprema en 2018 que permitía a los empleados del gobierno optar por no pagar cuotas sindicales.

El grupo inicialmente habló con una docena de propietarios de pequeñas empresas para que se unieran a la demanda por los aranceles, pero tuvo poco éxito encontrando posibles demandantes. "Muchas de las personas con las que contactamos dudaban en desafiar a la administración", declaró Jeffrey Schwab, asesor principal del Liberty Justice Center y asesor principal de la demanda por los aranceles.

A principios de abril, Somin escribió en una publicación que él y Liberty Justice Center estaban buscando demandantes para una demanda que impugnara los aranceles. "Creo que el cliente ideal sería una empresa privada afectada por los aranceles que importe materiales directamente de uno de los países sujetos a los mismos", detallaba Somin. "No es necesario que sea una pequeña empresa, pero como sospecho que muchas de ellas se verán desproporcionadamente perjudicadas por los aranceles, podría ser un demandante ideal".

La publicación generó mucho interés. El grupo habló con tres docenas de empresas antes de elegir al menos diez que les gustaron. Algunas decidieron finalmente no participar. Somin dijo que ser abogado en un caso era nuevo para él, ya que dedica la mayor parte de su tiempo a redactar escritos amicus curiae (algo como tercero ajeno al litigio) y no a litigar casos. Sin embargo, el académico se representó a sí mismo hace unos 30 años en una audiencia ante un tribunal de Massachusetts para luchar contra la acumulación de puntos en su seguro de coche. "Tuve éxito en ese caso", dijo.

Pesca, ciclismo, tubos... las otras valientes

Además de VOS, otras cuatro pequeñas empresas se unieron al caso: una minorista de artículos de pesca de Pensilvania, una marca de ropa de ciclismo femenina de Vermont, un fabricante de tubos de plástico de Utah y MicroKits, un fabricante de kits electrónicos educativos con sede en Virginia.

Los cinco demandantes, en conjunto, importan productos a tres docenas de países, afirmó Schwab, y representan a diversas industrias. VOS fue seleccionado como demandante principal en parte porque "el vino ilustra por qué los aranceles generalizados no tienen sentido", afirmó Schwab.

David Levi, propietario de MicroKits, que vende kits electrónicos para estudiantes y aficionados, obtiene aproximadamente el 60% de sus piezas de China. "O no se encuentran en EEUU o son entre cinco y diez veces más caras", afirmó. Levi abrió su negocio en 2020 y tiene un empleado a tiempo parcial. Cuando entraron en vigor los aranceles, dejó de hacer pedidos de piezas. "Estaba aterrorizado", dijo. "Aterrado significa que estás tan asustado que no haces nada".

Con menos piezas disponibles, tuvo que reducir la producción y reducir la jornada laboral de su empleado a tiempo parcial de 25 a 15 horas semanales. También subió los precios. Un equipo que produce sonidos ahora se vende por 49,95 dólares, en comparación con los 39,95 dólares antes de los aranceles.

"La palabra simple es contracción", indica Schwartz. "Tenemos que comprar menos"

VOS también tuvo que revisar cada uno de sus productos para cuantificar el impacto de los aranceles. Schwartz y su hija Chloë Syrah Schwartz, quien ayuda a dirigir el negocio, decidieron posponer la compra de algunos artículos nuevos y productos de menor venta.

Los aranceles son particularmente onerosos, dijo Schwartz, porque deben pagarse cuando las mercancías llegan a EEUU, no cuando se venden. La empresa ha pagado unos 20.000 dólares en nuevos aranceles este año. "La palabra simple es contracción", dijo Schwartz. "Tenemos que comprar menos. Tenemos que comprar con más cuidado. No podemos correr los mismos riesgos que normalmente".

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