
El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, esbozaba esta semana un camino que espera que permita finalmente al país abandonar la crisis económica que vive desde hace siete años, extendiendo la posibilidad de un crecimiento positivo este año y de un retorno parcial a los mercados de bonos en 2017. El BCE reduce los créditos de emergencia a la banca griega.
Tsipras, en una inusual entrevista concedida a la agencia Reuters, ha indicado que los ingresos del país y los flujos de turismo han sido fuertes y que el país podría crecer entre un 0,2% y un 0,4% este año, muy por encima de la contracción del 0,3% que pronostica Eurostat.
Al preguntarle si creía que el país heleno podría cumplir o exceder el pronóstico de Eurostat del 2,7% de crecimiento para el próximo año, Tsipras ha señalado que hasta el momento ya se han sobrepasado este año y que espera que ocurra "lo mismo" en 2017. Sin embargo, ha indicado que eso dependerá de los mensajes que se envíen a los mercados financieros, y de si hay un retorno de la inversión extranjera.
El primer ministro griego también afirmó que espera que el país pueda, en los próximos seis meses, volver a incluirse en el programa de compra de deuda pública del Banco Central Europeo -el programa de flexibilización cuantitativa-, del que quedó excluido por su baja calificación crediticia.
Si esto ocurre, entonces Atenas podría probar el apetito de los mercados por la deuda griega el próximo año. "Creo que sería un mensaje fuerte de que estamos listos para preparar el procedimiento de emisión de bonos", indicaba Tsipras.
El primer ministro cree que la capacidad del país para emitir algunos bonos el próximo año y para regresar de forma completa al mercado de bonos en 2019 depende de varios aspectos, entre ellos de su alivio de la deuda, de su mejora en el crecimiento y de su obtención de un análisis de deuda del BCE que muestre si su deuda es sostenible y cómo el país podría vivir con sus medios.
Grecia, que ha recibido tres rescates internacionales desde 2010 y que estuvo cerca de ser obligado a salirse de la Eurozona el año pasado, se enfrenta a enormes obstáculos para superar la crisis financiera en la que se encuentra.
El país más endeudado de la zona euro, Grecia cuenta con una deuda superior al 175% de su producto interior bruto (PIB). El menor de sus obstáculos es si el alivio de su deuda se materializará antes de las elecciones en Alemania en 2017.