Así maniobra la hija menor de Putin contra las sanciones internacionales

Katerina Tikhonova, la hija menor del presidente ruso, Vladimir Putin, tiene una nueva misión en el lobby empresarial más poderoso de Rusia: ayudar a superar el impacto de las sanciones internacionales por la guerra generada en Ucrania, según informó el periódico RBC.

Tikhonova, quien fue sancionada por Estados Unidos y sus aliados, ha sido nombrada copresidenta de un comité para coordinar los esfuerzos de sustitución de importaciones de la Unión Rusa de Industriales y Empresarios, conocida como RSPP, informó el miércoles el periódico con sede en Moscú, y recogido por Fortune.

En este contexto, el dirigente ruso ha enfatizado la importancia de que las empresas rusas reemplacen los bienes y servicios extranjeros con alternativas nacionales desde que Estados Unidos y Europa impusieron sanciones después de su anexión de Crimea en 2014, publica Fortune.

La invasión rusa a Ucrania ha generado una gran cantidad de sanciones y un éxodo masivo de inversores extranjeros, lo que amenaza con una caída drástica de la producción en muchos sectores de la economía. A ello, se suma que ha habido pocos avances reales y la economía sigue "dependiendo" en gran medida de los productos importados que ya no están disponibles gratuitamente, señala el medio.

Proyectos de Tikhonova

Tikhonova, de 35 años, estaba vinculada a un proyecto de 1.600 millones de euros para desarrollar un centro científico y una incubadora de empresas emergentes junto a la Universidad Estatal de Moscú, declara Forune.

También dirigió el centro de inteligencia artificial de la escuela de élite y su fondo hermano, la fundación para el desarrollo. Ambos son administrados por Innopraktika, que cuenta con asociados de Putin, incluido el director ejecutivo de Rosneft, Igor Sechin, y el director ejecutivo de Gazprombank, Andrei Akimov, como fideicomisarios de la junta, detalla la publicación.

Familia en el poder

El documento también refiere a que la hija mayor del presidente, María Vorontsova, también fue sancionada en abril por la Unión Europea, el Reino Unido y los EE.UU., ya que establecieron que ella "dirige programas financiados por el estado que han recibido miles de millones de dólares del Kremlin para la investigación genética y son supervisados personalmente por Putin".

Al respecto, Putin mantiene su línea hermética y protege estrictamente su vida privada. Sobre este y otros nombramientos, ha dicho muy poco públicamente.

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