
Una semana después de que la riada inundase una zona densamente poblada a menos de 10 kilómetros del centro de Valencia, la tercera mayor ciudad de España, los habitantes de muchas de esas poblaciones siguen en una situación que recuerda a grandes catástrofes humanitarias difíciles de imaginar en plena Europa. Un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) revela que para más de un tercio de la población afectada su principal problema es la falta de transporte y otro 23% aún no tiene conectividad o acceso a Internet.
La normalidad sigue sin llegar a las calles de muchos municipios de L'Horta Sud, donde aún se amontonan los coches destrozados y los enseres acumulados por el agua que inundó esas poblaciones hace ahora siete días. Mientras se suceden la búsqueda de personas desaparecidas y los trabajos para intentar recuperar la actividad mínima, muchos vecinos siguen viviendo una odisea diaria.
De hecho, hasta la noche de este martes no se ha hecho pública una cifra de personas desaparecidas y las propias autoridades se muestran cautas sobre los datos. En concreto hasta esa noche se habían denunciado 89 desaparecidos en las oficinas abiertas para este fin, según las cifras del Centro de Integración de Datos (CID). "Esos casos activos corresponden exclusivamente las denuncias donde los familiares han aportado diferentes datos y facilitado muestras biológicas que permitan la identificación posterior de sus familiares.
Según las autoridades judiciales "las denuncias de desaparecidos con expediente activo en las oficinas ante mortem no equivalen al número total de desaparecidos que podría haber generado la tragedia, pues puede haber casos de desaparición que no se hayan denunciado todavía". Además, explican que entre los cuerpos que analizan los equipos forenses hay 62 que aún no se habían identificado y 133 plenamente identificados.
Según el Servicio de Gestión de Emergencias Copernicus de la Unión Europea (UE) más de 4.100 hectáreas y un total de 3.906 edificios se han visto afectados por la DANA en Valencia, a partir de las imágenes tomadas por satélite.
La UPV explica que ha contactado con más de un millar de personas afectadas directamente por la riada y localizadas en la zona cero para tratar de establecer las principales necesidades ante la situación de catástrofe actual.
Transporte y conectividad
Según los datos recabados, la necesidad más mencionada es la de transporte, representando el 35% del total. En estas poblaciones, como Paiporta, Sedaví o Picanya, muchas personas han perdido sus coches y vehículos, con lo que se enfrentan dificultades para desplazarse, afectando su acceso a servicios básicos, trabajo, y actividades académicas.
Otro de las necesidades básicas sin las que muchos llevan una semana en sus hogares es el acceso a Internet y la conectividad, representando el 23% de las necesidades. Se da la circunstancia de que las telecomunicaciones son la principal alternativa para paliar el problema del transporte, especialmente quienes necesitan acceso estable para el teletrabajo o estudios en línea ante la emergencia.
Agua y luz
Pese al tiempo transcurrido, los servicios mínimos básicos tampoco están garantizados aún, fundamentalmente agua, debido a los problemas en las conexiones y redes de muchas de estas poblaciones y las roturas, al igual que la electricidad, donde pese a recuperarse la mayoría de la red de distribución aún sigue habiendo problemas en muchos edificios. Un 20% de las respuestas mencionaron la falta de agua y electricidad en sus domicilios, lo que impacta su vida diaria y las labores de limpieza y recuperación tras la riada.
También destaca la imposibilidad de acceder a material de limpieza y protección, para un 12% de los afectados, ante la necesidad de utilizar botas, guantes y mascarillas para poder trabajar con seguridad y evitar la posible extensión de enfermedades en la recuperación de sus hogares y calles. Sigue siendo imposible la apertura de los comercios en esas zonas y en municipios como Paiporta aún no ha podido abrir ninguna farmacia.
Otro 9% de los damnificados reclaman apoyo psicológico debido a las traumáticas experiencias vividas estos días, con pérdida de bienes, traumas o la presión de las labores de recuperación.
El apoyo económico es prioritario para un 6% de los encuestados, que requiere ayuda económica para cubrir daños materiales, especialmente quienes perdieron vehículos, maquinaria, o mobiliario en sus viviendas o negocios.
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