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Un ex-sargento legionario cuenta cómo la batalla no termina en el campo, sino en la cabeza: "Sin militares nuestro país no sería España"

Militar volviendo a casa | iStock

Tal y como explica el Ministerio de Defensa, "las Fuerzas Armadas españolas están presentes en 16 misiones en el exterior con hasta 3.000 militares y guardias civiles desplegados en cuatro continentes. España participa de una forma muy significativa en el refuerzo del flanco este de la OTAN con el despliegue de efectivos terrestres en Letonia, Eslovaquia y Rumanía; en la operación Persistent Effort, que agrupa las misiones de Policía Aérea y defensa del espacio aéreo, y en las Agrupaciones Navales Permanentes de la Alianza."

Los militares y legionarios son parte fundamental de nuestro país. Aunque no los vemos a diario, miles de ellos trabajan sin descanso para prepararse ante la llegada de una posible guerra o amenaza y colaboran con otros destinos en la protección de sus ciudadanos. Muchos jóvenes se forman en bases españolas para servir al país y procurar su seguridad y estabilidad en caso de ser necesario.

Vivir una guerra es algo muy complicado y duro de asimilar, por mucho que se preparen duramente para ello, las secuelas psicológicas pueden ser devastadoras para algunos. Según el medio SciELO, los militares pueden llegar a presentar "pérdida del sentido de la vida, sentimientos de odio, desesperación, desprecio, ira, trastorno por estrés postraumático, transformaciones persistentes de la personalidad tras experiencias catastróficas, angustia y trastornos depresivos."

De todo ello habló Juan Astray, un ex-combatiente legionario nacido en Barcelona, que realizó el servicio militar obligatorio y tras convertirse en soldado marchó a la guerra de Bosnia. También se unió a la Legión Española y trabajó como escolta privado. Astray visitó el podcast de Ventura Psicólogo para tratar estos temas que mucha gente desconoce pero que afectan a numerosos militares en todo el mundo.

La verdadera guerra es volver a casa

Para Astray, volver a casa es más duro que la guerra, "nadie te entiende, porque todo el mundo te dice que estás loco, que por qué vas a una guerra que no es la tuya. (...) Y yo les contesto con naturalidad, si entramos en guerra con Marruecos o Francia o con quien sea, y vienen unos ucranianos a ayudarnos no les vas a decir que se vayan". El ex-sargento de la Legión asegura también haber visto cosas muy duras que refuerzan su opinión sobre el tema.

Militares | iStock

"Si eres abogado o tienes una carrera, yo te diría que no te vayas a una guerra, hay otras muchas formas de ayudar. Pero no me critique a mi porque militares hay en el mundo entero, y sin militares nuestro país no sería España", explica. A lo largo de toda la conversación se aborda el tema de la dificultad de volver a casa tras una guerra y tener que lidiar con los problemas psicológicos que eso conlleva.

"Dentro tienes una rutina que sigues a diario y a mis 45 años sigo cumpliéndola". Muchos combatientes tienen dificultades para adaptarse a una vida "normal" cuando vuelven de un conflicto bélico, y ese es otro de los muchos problemas a los que tienen que enfrentarse. En ocasiones, algunos llegan a necesitar ayuda psicológica para superar estas situaciones. El desprecio por parte de algunos de los sectores de la sociedad es un factor que también complica la guerra mental de los militares.

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