El BCE pasa a la acción y pega un golpe encima de la mesa para intentar calmar el pesimismo de los mercados tras la epidemia de coronavirus. El Consejo de Gobierno del organismo ha aprobado el lanzamiento de un programa de emergencia para combatir la pandemia mediante la adquisición de deuda pública y privada con un alcance de 750.000 millones de euros y que estará en vigor hasta finales de 2020, según ha anunciado tras reunirse de emergencia. Además, deja la puerta abierta a cambiar los parámetros que rigen este programa para poder comprar más deuda si fuera necesario de los países con mayores problemas.
¿Será esta inyección de liquidez suficiente? "El BCE empieza a entender la situación. Tendrá que ampliar este programa, pero como cañonazo no está mal", asegura Juan Ignacio Crespo, analista financiero y asesor de Renta 4, en declaraciones a Radio Intereconomía. En su opinión, aún habrá que hacer más para que las aguas vuelvan a su cauce.
En este sentido, tal y como informa elEconomista, los líderes de la Eurozona cuentan con otra herramienta diferente que podría ayudar a cada país de forma individual: activar el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) junto al programa de compras OMT del BCE y así poner en marcha el plan de urgencia de 2012 que fue más importante que el famoso "haré lo que sea necesario" de Mario Draghi. Bajo este mecanismo se activaría la herramienta conocida como OMT que permite al banco central comprar deuda soberana en el mercado secundario de un solo país o varios sin necesidad de mantener las estrictas reglas del programa de estímulos. Esto quiere decir que si la prima de riesgo de Italia se dispara, el Gobierno puede acudir al MEDE y al BCE pidiendo ayuda para que compren más bonos soberanos italianos a cambio de cumplir ciertas reglas. De este modo se podrían reducir las primas de riesgo de una forma rápida.
A la espera de más decisiones, "hay un cambio histórico en la actitud del BCE, Lagarde ha decidido ir a por todas", dice Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance. "Envía una señal muy muy fuerte a los mercados", indica Torsten Slok, economista jefe de Deutsche Bank Securities en Nueva York. "Esta es la bazuca", apunta. De hecho en las primeras operaciones de la mañana, las bolsas frenan los desplomes de las últimas jornadas y la renta fija, sobre todo la italiana, encuentra alivio.
Philippe Waechter, de Natixis, destaca que "se esperaba una medida como ésta después de la torpeza de Lagarde con los spreads" y añade que con ella "aumentará considerablemente su déficit público para combatir la epidemia".
La emergencia llega tras una reunión tibia
No hay que echar demasiado la vista atrás para ver lo que hizo el BCE en la última reunión. En primer lugar, decidió mantener sin cambios los tipos de interés como respuesta al impacto del coronavirus, aunque decidió aprobar nuevas subastas de liquidez con condiciones ventajosas, mejoró por segunda vez las condiciones del tercer programa de operaciones de financiación a largo plazo con objetivo específico (TLTRO-III) y anunció que compraría activos por 120.000 millones de euros hasta final de año.
Sin embargo, el impacto del paquete quedó difuminado después de que la presidenta del organismo, Christine Lagarde, asegurara en la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria que no era labor del BCE reducir la primas de riesgo de los países. | Los errores de Lagarde.
Pero tras unos días la situación es diferente. El BCE anuncia ahora la puesta en marcha de un nuevo programa temporal de compra de activos de los sectores público y privado para contrarrestar los graves riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria y las perspectivas para la zona del euro que plantea el brote y la creciente difusión del coronavirus.
"Los tiempos extraordinarios requieren una acción extraordinaria. No hay límites a nuestro compromiso con el euro. Estamos decididos a utilizar todo el potencial de nuestras herramientas, dentro de nuestro mandato"
"Los tiempos extraordinarios requieren una acción extraordinaria. No hay límites a nuestro compromiso con el euro. Estamos decididos a utilizar todo el potencial de nuestras herramientas, dentro de nuestro mandato", ha subrayado Lagarde en su cuenta de Twitter.
Extraordinary times require extraordinary action. There are no limits to our commitment to the euro. We are determined to use the full potential of our tools, within our mandate. https://t.co/RhxuVYPeVR
— Christine Lagarde (@Lagarde) March 18, 2020
En el caso de las compras de activos del sector público, la asignación de referencia entre países seguirá siendo la clave de capital de los bancos centrales nacionales. Asimismo, señala que estas adquisiciones se llevarán a cabo de manera "flexible" de modo que se permita que haya "fluctuaciones en la distribución de los flujos de compra a lo largo del tiempo, entre las clases de activos y entre las jurisdicciones".
No obstante, el BCE abre la puerta a cambiar estas reglas para aumentar su capacidad de compra en el mercado secundario. Con las reglas actuales se corre el riesgo de que el BCE se quedara sin bonos alemanes, holandeses y de otros países con bajos niveles de deuda pública en comparación con los países del sur, como es el caso de España, Italia o Portugal. El BCE debe mantener equilibrada su cartera de bonos respetando la clave de capital (aportación de cada banco central al BCE en función de su PIB y población) y sin sobrepasar el 33% de todos los bonos en circulación de un solo país. De este modo, cuando el BCE compra una cantidad de bonos soberanos españoles se ve obligado a comprar una cantidad superior aún de bonos alemanes (Alemania tiene una clave de capital superior). Todas estas reglas quedan en el aire para que el BCE pueda actuar con total flexibilidad.
"En la medida en que algunos límites autoimpuestos puedan obstaculizar las medidas que el BCE debe adoptar para cumplir su mandato, el Consejo de Gobierno considerará la posibilidad de revisarlos en la medida necesaria para que su acción sea proporcional a los riesgos que enfrentamos. El BCE no tolerará ningún riesgo para la buena transmisión de su política monetaria en todas las jurisdicciones de la zona del euro", ha zanjado.
El BCE aclara, sobre este punto, que se concederá una exención de los requisitos de elegibilidad de los valores emitidos por el gobierno griego para las compras en el marco de este programa, que hasta ahora estaban fuera. Ha acordado además ampliar la gama de activos admisibles en el marco de este programa a los pagarés de empresa no financieros y facilitar los estándares de garantía ajustando los principales parámetros de riesgo y, en particular, el alcance de las reclamaciones de crédito adicionales (ACC) para incluir las relacionadas con la financiación del sector empresarial y garantizar así que las entidades de contrapartida puedan seguir utilizando plenamente las operaciones de refinanciación.
Apoyo a todos los ciudadanos
"El Consejo de Gobierno del BCE se compromete a desempeñar su papel de apoyo a todos los ciudadanos de la zona del euro en este momento tan difícil. Para ello, el BCE se asegurará de que todos los sectores de la economía puedan beneficiarse de condiciones de financiación favorables que les permitan absorber este impacto. Esto se aplica igualmente a las familias, las empresas, los bancos y los gobiernos", señala en el comunicado.
En la misma línea, el BCE ha subrayado que "hará todo lo necesario dentro de su mandato" y, en este sentido, ha recordado que "está plenamente preparado para aumentar el tamaño de sus programas de adquisición de activos y ajustar su composición, en la medida en que sea necesario y durante el tiempo que sea necesario" y "explorará todas las opciones y todas las contingencias" para apoyar la economía en este momento.