Economía

El nuevo 'Govern' recibe una Cataluña 23.300 millones más pobre que en 2017

  • La debilidad causada por el 'procés' y el Covid, los desafíos de la nueva Generalitat
Comercio cerrado en Barcelona. LUIS MORENO
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Hace una legislatura, Cataluña era la locomotora de España, pero desde el referéndum de independencia del 1 de octubre de 2017 perdió su primer puesto tradicional como motor de España, y la comunidad es ahora 23.300 millones de euros más pobre que entonces, teniendo en cuenta los datos de evolución del PIB entre 2017 y 2020. Así, el nuevo Govern que salga de las urnas este domingo se enfrenta al doble reto. Toda España y todo el planeta debe luchar contra los efectos de la pandemia en la salud, la economía y el bienestar social, pero el Ejecutivo catalán saliente ha recibido múltiples reproches desde el sector productivo por considerar excesivas e ineficaces muchas de las restricciones aplicadas desde la administración autonómica desde el verano. Asimismo, el próximo Govern se encontrará el lastre añadido provocado por el procés, con consecuencias todavía hoy vigentes, y una deuda disparada que limita su margen de maniobra.

En 2017, la comunidad de Madrid igualó a Cataluña en contribución al PIB estatal, y desde entonces ha ido ahondando distancias (ver gráfico), al crecer mucho más rápido. Y las diferencias entre Cataluña y Madrid también se reflejan en los datos de inversión extranjera.

Además, la llegada del nuevo golpe a la economía que ha supuesto el Covid-19 está perjudicando de manera importante a sectores que ya se vieron afectados por la inestabilidad de 2017, como son el comercio y el turismo, ahora limitados por las restricciones impuestas por la Generalitat para controlar la evolución de la pandemia mientras no llega la tan ansiada inmunización que se persigue con la vacunación masiva de la población.

Los datos de ventas del comercio minorista, que se consideran un indicador que muestra el pulso de la economía, mostraban a cierre de 2020 una caída tres veces más acusada en Cataluña que en Madrid, y superior a la media nacional.

Hay que tener en cuenta que, desde que las autonomías asumieron las competencias para gestionar la pandemia tras el primer estado de alarma, la Generalitat de Cataluña ha sido muy restrictiva en las limitaciones a la actividad económica para intentar frenar la elevada tasa de contagios de la segunda y tercera ola. De hecho, desde el 7 de enero en Cataluña no puede abrir ninguna tienda no esencial de más de 400 metros cuadrados ni los centros comerciales, y el cierre se extiende a todos los comercios no esenciales durante los fines de semana.

El Aeropuerto de Barcelona-El Prat retrocedió el año pasado a niveles de pasajeros de 1995

Asimismo, desde Navidades la restauración solo puede servir, con limitaciones de aforo, en franjas acotadas de desayunos y comidas, lo que deja a los hosteleros sin la franja horaria más rentable, que es la de las cenas.

Por otro lado, hay que señalar el elevado peso del turismo en la economía catalana -con más del 12% del PIB-, tanto de ocio como de negocios, y que la pandemia ha fulminado. El Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat cerró 2020 con 12,7 millones de pasajeros, lo que supone retroceder a niveles de 1995, tras un descenso del 75% de pasajeros respecto al año anterior, y el número de compañías aéreas operativas se redujo un 50%, según el Observatorio de Tráfico Aéreo de Barcelona de la Cámara de Comercio de Barcelona.

Y este descenso del tráfico aeroportuario se refleja también en el gasto de los turistas, dato muy relevante al ser Cataluña la comunidad autónoma que atrae a más visitantes internacionales. En 2020 se quedó a las puertas de los 3,3 millones de turistas extranjeros, un 80% menos respecto al ejercicio anterior, y el gasto turístico de los viajeros internacionales se hundió un 82,9% en términos interanuales, hasta los 3.640 millones de euros, según las encuestas de movimientos turísticos en las fronteras (Frontur) y de gasto turístico (Egatur), publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Estos datos son peores que los del conjunto del Estado, donde el número de turistas internacionales cayó un 77,3%, hasta los 83,5 millones de visitantes, mientras que sus gastos se redujeron un 78,5%, hasta los 19.740 millones de euros.

A ello hay que sumar que el turismo doméstico tampoco ha sido una alternativa, dado que la mayoría de autonomías han restringido la movilidad interterritorial, y en Cataluña el cierre perimetral ha llegado a ser comarcal e incluso municipal.

La Cámara de Barcelona ha realizado una estimación de las pérdidas de los sectores más afectados desde el inicio de las restricciones de la segunda y tercera olas -comprende del 16 de octubre hasta el 31 de marzo-, que indican que el comercio habrá perdido el 40% de ganancias, la hostelería un 70%, las actividades de ocio y deporte un 60% y las ferias y convenciones un 90%.

Pero la industria catalana tampoco se salva. En el año 2020, la media anual del índice de producción industrial disminuyó un 9,3%, según datos provisionales. Por grandes sectores industriales, todos registraron decrementos: los bienes de equipo (-17,6%), los bienes intermedios (-7,4%), la energía (-7,3%) y los bienes de consumo (-6,1%). Por secciones, destacó la disminución de la producción industrial en el sector de la fabricación de material de transporte (-26,0%), el de las industrias textiles, de la confección, cuero y calzado (-20,5%) y el de otras industrias manufactureras (-19,6%).

Pacto industrial

Patronales y sindicatos afirman que un nuevo Pacte Nacional per a la Indústria (PNI) y afrontar los expedientes de regulación de empleo (ERE) son los principales retos que debe abordar el próximo Govern para apuntalar la transformación de la industria catalana.

Así lo declaran las patronales Foment del Treball y Pimec y los sindicatos UGT y CC.OO. de Cataluña, que urgen medidas a corto plazo para mitigar el impacto de la pandemia en la industria y un plan a largo plazo, a través de un nuevo PNI, que permita afrontar de forma transversal su transformación.

La Associació d'Enginyers Industrials de Catalunya ha reclamado al Govern desplegar con celeridad y ambición la transformación del modelo productivo y ha advertido de que esto requiere generar, atraer y retener talento, así como liderazgo, para que haya una cultura empresarial que favorezca la creatividad, informó Europa Press.

"Pedimos al Govern que nos pongamos de acuerdo en el 'cómo', tenemos el análisis, sabemos qué debemos hacer".

Su presidente, Jordi Renom, considera que ya hay un consenso sobre qué se debe hacer, pero no el cómo: "Pedimos al Govern que nos pongamos de acuerdo en el 'cómo', tenemos el análisis, sabemos qué debemos hacer".

El director de Economía y secretario general adjunto de Foment del Treball, Salvador Guillermo, considera que la renovación del PNI debe convertirse en una "política prioritaria" para el Ejecutivo resultante de las elecciones de este domingo.

"Es la hoja de ruta de la estrategia industrial de Catalunya que se conforma conjuntamente ente gobiernos, sindicatos y patronales. Si antes de la crisis era necesario, esta política consensuada resulta imprescindible hoy, con la crisis del Covid-19 y con los retos disruptivos en el ámbito industrial", ha defendido.

Caída del empleo

Todo ello tiene su reflejo en los datos del paro. El cuarto trimestre de 2020, el empleo se redujo al mismo ritmo que el tercero (4%), con un descenso absoluto de 137.600 personas ocupadas respecto al mismo periodo de 2019. La afiliación a la Seguridad Social cayó un 2,2 % interanual durante el cuarto trimestre, aunque hay que tener en cuenta que el empleo EPA y la afiliación computan como ocupados las personas afectadas por un ERTE.

El deterioro de la actividad queda recogido por la evolución del número de horas trabajadas procedente de la EPA, que retrocedieron durante el cuarto trimestre un 7,3% interanual, un registro más moderado que el -29,8 % y el -9,6% interanuales del segundo y tercer trimestre, respectivamente. La tasa de paro subió en Cataluña desde un 13,2% en el tercer trimestre hasta un 13,9% en el cuarto, mientras que hace un año era de un 10,4%.

El empleo cayó un 3% de promedio el año pasado, la mayor disminución desde 2012

En promedio de 2020, el empleo disminuyó un 3%, el retroceso más fuerte desde el año 2012, pero menor de lo esperado y muy inferior a las caídas del empleo registradas en otras recesiones, en buena medida gracias al uso de los ERTE. La tasa de desempleo promedio de 2020 fue de un 12,6%, frente al 11,0% en 2019.

En este contexto, la Cámara de Barcelona ha revisado a la baja la recuperación del PIB catalán en 2021 al 6,1% por la tercera ola de la pandemia. Para el empleo del 2021, prevé una recuperación del 2,3% y una "ligera reducción" de la tasa de paro, que se quedaría sobre el 13%.

Oxígeno

Este viernes, el secretario general de Salud de la Generalitat, Marc Ramentol, explicó que si "se mantiene la bajada progresiva" de los indicadores epidemiológicos de la pandemia de coronavirus estudiarán retirar algunas de las restricciones, y avanzó que pondrán sobre la mesa la reapertura de centros comerciales. "Tenemos margen para estudiar medidas en el ámbito del comercio", dijo en declaraciones a RAC1 recogidas por Europa Press.

Asimismo, también llegó un mensaje de esperanza desde la organización del que desde hace años es el principal evento anual en Barcelona, el Mobile World Congress. Su cancelación en el último momento en 2020 fue la chispa que marcó el inicio de las repercusiones económicas de la pandemia a nivel planetario, y la edición de este año será muy distinta a las masivas citas que se sucedían anualmente en la capital catalana con cifras récord de participantes e impacto económico año tras año, hasta 473 millones de euros y 109.000 visitantes de 2019.

El consejero delegado del Mobile World Congress (MWC) y director de la GSMA, John Hoffman, confirmó este viernes en un comunicado que la edición de 2021 del mayor evento mundial de la industria móvil se celebrará entre el 28 de junio y el 1 de julio en Barcelona, y aseguró que será un encuentro "seguro, híbrido y vibrante", aunque reconoció que "las continuas restricciones de viaje significarán menos visitantes que en el pasado".

Mientras no llega la normalidad, y para favorecer que llegue, Pimec reclamó este viernes acelerar la vacunación por el Covid-19, así como la entrega de compensaciones económicas suficientes y sostenidas en el tiempo para las empresas más afectadas por la crisis.

Oriol Amat, decano del Colegio de Economistas de Cataluña y catedrático de Economía de la UPF, explicó a elEconomista que la velocidad de vacunación está yendo lenta en todos los países en general todavía, y eso tiene impacto directo en la recuperación económica, por lo que será muy importante que los gobiernos sigan ayudando al tejido empresarial para que las empresas puedan sobrevivir.

"Las primeras empresas que cerraron, seguramente antes del coronavirus ya tenían problemas de viabilidad. El riesgo ahora es que puedan cerrar empresas viables, que no pueden trabajar, como hoteles, restaurantes o autónomos. Nos hemos de fiar de los expertos sanitarios, pero los sectores obligados a cerrar deben ser ayudados para mantenerse", sostiene.

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