
Los servicios de inteligencia de EEUU ya han dado la voz de alarma: el estatus del país como superpotencia mundial depende de que Washington sea capaz de conservar el liderazgo en cinco tecnologías clave en un momento en el que los principales rivales de EEUU están tratando de superarlo en cada una de ellas.
Estas cinco tecnologías identificadas por los funcionarios de inteligencia estadounidenses son la inteligencia artificial, la computación cuántica, la biociencia, los semiconductores y los sistemas autónomos. La preocupación en Washington no es solo que el robo de tecnologías estadounidenses por parte de otras potencias extranjeras le arrebate el liderazgo económico en los sectores clave, sino que esa dinámica podría incluso amenazar el músculo industrial del país.
El principal ejemplo lo ponen estos funcionarios en las actividades -legales e ilegales- llevadas a cabo por China que han mermado la competitividad en sectores como el acero y los paneles solares. También han señalado como ejemplo la eliminación de la industria ferroviaria australiana por parte de China.
"No queremos que lo que ocurrió en esas otras industrias ocurra aquí", expone Michael Orlando, director en funciones del Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad, que depende del Director de Inteligencia Nacional. Cuando se le pregunta cuál sería el impacto si EEUU pierde esta supremacía mundial, responde tajante: "Podría ser grave. Tenemos que centrarnos en estas industrias porque no podemos permitirnos perderlas".
Los funcionarios de inteligencia, que en los últimos meses han participado en un grupo de trabajo con académicos y ejecutivos para elaborar un informe que se ha hecho ahora público y que recoge CNBC, tienen claro que "estos sectores producen tecnologías que pueden determinar si EEUU sigue siendo la principal superpotencia mundial o es eclipsado por competidores estratégicos en los próximos años".
En cada área, según la investigación llevada a cabo, las potencias rivales han utilizado la citada mezcla de métodos legales e ilegales que van desde la contratación de talento hasta las fusiones y adquisiciones, pasando por la piratería informática y el espionaje a la antigua para robar y replicar la tecnología estadounidense.
Funcionarios e investigadores advierten de que muchos líderes empresariales del sector privado no se dan cuenta de que el acercamiento que reciben de entidades chinas y rusas para todo, desde empresas conjuntas y asociaciones hasta fusiones y adquisiciones, forma parte de una estrategia nacional de esos gobiernos para adquirir esas tecnologías y reemplazar a las empresas estadounidenses que las producen.
El principal temor es que las empresas estadounidenses no sólo pierdan su ventaja, sino que sean expulsadas por completo de los sectores tecnológicos cruciales para el siglo XXI. "No se trata sólo de la pérdida de la propiedad intelectual, sino de la pérdida de un modelo de negocio completo", avisa Edward You, responsable nacional de contrainteligencia del NCSC para Tecnologías Emergentes y Disruptivas. Según él, la vulnerabilidad es especialmente grave en la tecnología sanitaria. "Debido a nuestra falta de visión, podemos despertarnos un día y descubrir que nos hemos convertido en 'adictos al crack' de la sanidad y que China se ha convertido en nuestro impulsor".
En este sentido, un aspecto que preocupa especialmente es que EEUU pierda su capacidad de desarrollar y fabricar su propia cadena de suministro de productos biológicos y sanitarios, una vulnerabilidad que quedó muy clara durante la pandemia y que podría ser aún peor durante la próxima, según You.
Con todo, los funcionarios de inteligencia no llegan a recomendar la "disociación" de las economías de EEUU y China, ni a detener el flujo de estudiantes y empleados de China y Rusia, citando la conciencia de que la colaboración puede ser mutuamente beneficiosa. En su informe, pormenorizan los riegos y situación en cada una de estas tecnologías clave.
Riesgos en las cinco tecnologías
En inteligencia artificial, el informe concluye que China "posee el poder, el talento y la ambición para superar potencialmente a EEUU como líder mundial en IA en la próxima década si no cambian las tendencias actuales". Los funcionarios recuerdan la acusación de EEUU en 2020 contra dos piratas informáticos chinos que trabajaban con el Ministerio de Seguridad del Estado chino por su participación en una campaña de piratería informática de 10 años contra una amplia gama de objetivos occidentales, incluida una empresa de IA con sede en el Reino Unido. Los funcionarios también expresaron su preocupación por Rusia, citando el anuncio del MIT en 2019 de que ampliaría su asociación con el Instituto de Ciencia y Tecnología Skolkovo de Rusia.
En computación cuántica, el informe resalta que las computadoras cuánticas -que pueden, en principio, utilizar las propiedades únicas de los átomos y los fotones para resolver ciertos problemas mucho más rápido que las computadoras ordinarias- plantearán desafíos de seguridad nacional y económicos. "Un ordenador cuántico a gran escala podría permitir el descifrado de los protocolos de ciberseguridad más utilizados, poniendo en peligro la infraestructura que protege las comunicaciones económicas y de seguridad nacional actuales", alertan a la vez que constatan que que los competidores extranjeros están reclutando a expertos estadounidenses para avanzar en sus propios programas cuánticos.
En el terreno de la biociencia, este comité de funcionarios e investigadores ha sido especialmente crítico hacia la empresa china WuXi Biologics, que adquirió la planta de fabricación de Bayer en Alemania, la de Pfizer en China y la del grupo CMAB Biopharma en China. La empresa china también está construyendo plantas de fabricación en Delaware, Massachusetts e Irlanda. Las empresas estadounidenses de biociencia que producen vacunas y otros productos biotecnológicos pueden encontrarse utilizando plantas controladas por China por defecto.
En lo relativo a los semiconductores, la problemática es bien conocida. Sin embargo, el informe ha puesto de relieve que EEUU depende en gran medida de una sola empresa de Taiwán. También pone de manifiesto que los rivales extranjeros pueden alterar la cadena de suministro e introducir chips comprometidos en los sistemas comerciales y de defensa de EEUU.
Por último, el informe concluye que los sistemas autónomos también suponen una amenaza potencial para la seguridad, al ampliar el tipo de objetivo que podrán perseguir los hackers en el futuro y al recopilar una enorme cantidad de datos de EEUU. Los funcionarios citan un informe de septiembre que revelaba que China había comprado ilegalmente una empresa de drones militares con sede en Italia en un esfuerzo por aglutinar tecnología autónoma.