
La subgobernadora del Banco de España (BdE), Margarita Delgado, ha pedido a la banca "prudencia" ante el deterioro de las condiciones macroeconómicas y que se aseguren de que sus niveles de provisiones se calculen en base a los escenarios "más adversos". Avisa de que algunas de las consecuencias de la actual situación no se verán todavía, sino que tardarán un tiempo en aparecer. Es el caso de las insolvencias, que se materializarán en uno o dos años.
Delgado ha subrayado la elevada incertidumbre y ha anticipado un debilitamiento de las condiciones económicas, que van a afectar, entre otras cuestiones, a la capacidad de hacer frente a las deudas de las empresas y familias. En ese sentido, ha apuntado que el deterioro de los flujos de efectivo es todavía bajo, pero la tendencia va a cambiar debido a la ralentización económica y a la caída de los ingresos de los hogares por la inflación. Por eso, las insolvencias están en el horizonte a uno o dos años vista, que es cuando el deterioro impactará en el sistema financiero.
"Es posible que la banca europea ya sea plenamente consciente de los retos que la pandemia y la guerra han puesto sobre la mesa. Sin embargo, como parte de una autoridad de supervisión, debo llamar a la prudencia", ha señalado durante su discurso en un evento organizado por la consultora KPMG.
La subgobernadora del BdE pide esa cautela porque las condiciones de financiación van a ser más duras y ello ya lo está notando el tejido empresarial y también presiona a las familias. Además, las expectativas son que las subidas de los tipos de interés se sigan transmitiendo en el tiempo, ya que el ciclo de ajuste monetario no ha finalizado.
Una de las peores consecuencias para los prestatarios, señala Delgado, es el ascenso del euríbor, que se ha incrementado en 290 puntos básicos en los últimos 12 meses. En España, esa referencia se sitúa en septiembre en el 2,233%. En cuando a la tasa europea a diez años (tasa OIS), el alza es de 250 puntos básicos.
En todo caso, Delgado ve una consecuencia positiva en el aumento de los costes de financiación: mayores márgenes para la entidades financieras. De hecho, los ingresos por intereses de los bancos han incrementado un 5% en el segundo trimestre del año respecto al primero, una variación tan elevada que no se registra desde hace años. Delgado también ha destacado que el sector se encuentra en niveles positivos de rentabilidad.
Pese a ello, el conjunto de todas esas circunstancias desfavorables hace que la segunda a bordo del banco central vea más posibilidades de recesión, algo que descartaba en agosto, cuando rechazaba la idea de que España estuviera asomándose a esa situación.
El escenario más adverso
Delgado pide a los bancos que se pongan en lo peor y hace una fotografía de cuál sería ese escenario: "un corte total del gas y del petróleo ruso". Si eso ocurre, el impacto para el Producto Interior Bruto (PIB) español sería de entre el 0,8% y el 1,4%. En Francia, estaría entre el 1,2% y el 2%. Alemania sería el país que más sufriría, con un golpe de hasta el 3,4% para su economía y, en el mejor de los casos, del 1,9%.
En el caso más adverso, también habría que tener en cuenta una mayor dificultad a la hora de reemplazar los suministros rusos y menores temperaturas durante el invierno. Eso provocaría una mayor incertidumbre, un debilitamiento del comercio y peores condiciones financieras.
"Todos estos elementos hacen un cóctel difícil de digerir. Las consecuencias económicas del shock energético son dispares en Europa debido a sus diferentes niveles de dependencia de Rusia y a la ausencia de un mercado energético integrado", explica.
Fuera ydel escenario más pesimista, lo que ha empeorado ya el BdE son las previsiones de inflación, que en el escenario actual ya descuenta unos precios al alza. En Europa, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) medio de 2022 será del 8,1% y del 5,5% para 2023. Se trata de una revisión al alza "sustancial", en palabras de Delgado, de 1,3 y 2 puntos, respectivamente.
"Esto no es una crisis financiera, sino más bien una mezcla de geopolítica, energía, comercio y, por encima de todo, de carácter humanitario, que va a requerir de decisiones firmes para evitar mayores tragedias", concluía su discurso.