
El Banco Sabadell recuperó en 2019 la normalidad tras la crisis tecnológica de su filial británica (TSB) de 2018 que golpeó las cuentas. El grupo ganó el año pasado 768 millones de euros, un 134% más que un año antes. No obstante, no alcanzó aún el beneficio de 2017, que se situó en 801,5 millones de euros.
Los beneficios del grupo financiero se vieron impulsados por las menores provisiones que tuvieron que dotar el año pasado frente al anterior para superar los problemas de TSB, pero también por las plusvalías de 170 millones de euros, generadas en su mayor parte por la venta de la gestora de activos inmobiliarios, Solvia. Concretamente, esta operación le reportó un beneficio de 135 millones de euros. A esta cifra se suma los 34 millones de euros que recibió de comisiones por la venta de la aseguradora de Mediterránea Vida, en 2016, cuya operación estaba ligada al cobro de una comisión al final del acuerdo.
Sin embargo, cabe destacar que el grupo, trimestre frente a trimestre, ha elevado las provisiones un 53,5% más para afrontar la venta de la cartera de la cartera Rex, de activos inmobiliarios (103 millones) y el pago del Impuesto sobre Depósitos de Entidades de Crédito y del Fondo de Garantía de Depósitos (144 millones). Estas mayores dotaciones trimestrales se han traducido en que el beneficio a final de año es menor que a septiembre de 2019, cuando el banco ganó 783 millones.
El banco centró gran parte de su estrategia de 2019 en reforzar su ratio de capital CET1 fully loaded para acercarlo lo más pronto posible al 12%. Bajo este objetivo, inició la desinversión de varios activos como el de Solvia Servicios Inmobiliarios, la promotora Solvia Desarrollos Inmobiliarios (vendida a Oaktree por 800 millones y a falta del cierre de la operación) o la gestora de fondos Sabadell Asset Management a Amundi por 430 millones (también a falta de cierre oficial). El banco cerró el año con ratio de solvencia del 11,7%, aunque una vez cierre las operaciones que tiene pendientes ascenderá al 12,1%, posicionándose así como la entidad con la solvencia más alta de sus comparables del sector, tan solo por detrás de Bankia.
Los ingresos del negocio bancario crecieron un 1%, especialmente, impulsados por las comisiones. El margen intereses cayó un 1,4%, hasta los 3.622 millones de euros, mientras que las comisiones crecieron un 7,7%, hasta los 1.439 millones de euros, tras volver a la operativa normal después de que el banco redujera comisiones en la filial británica el año pasado para retener a los clientes tras los problemas con el cambio de la plataforma tecnológica.
Los gastos de explotación cayeron un 6,1%, hasta los 2.743 millones de euros. El grupo ya anunció hace tres meses que su objetivo es cerrar este año en España 200 oficinas, lo que supone un recorte del 11% de la red, lo que las situaría en unas 1.600. Asimismo, también planea prescindir de 400 empleados este año de su filial británica y cerrar el 15% de las oficinas (82) para ahorrar 116 millones de euros.
Hipotecas y préstamos
En lo que se refiere a la actividad del negocio en nuevas hipotecas y préstamos al consumo, suben un 11% superando los 6.300 millones de euros. La contratación de la 'Cuenta Expansión' crece un 8%, con 3,2 millones de cuentas. Por otro lado, los activos problemáticos descendieron un 11,5%, hasta los 7.326 millones.
Por mercados geográficos, el banco ganó 794 millones de euros en España a cierre de 2019, hasta 41,7% más que un año antes. En Reino Unido siguió en números negativos, perdió 45 millones de euros, pero refleja una mejora frente a los números rojos de 240 millones de euros del ejercicio previo. Finalmente, el negocio en México obtuvo unas ganancias de 19 millones de euros, frente a los 8 millones que ganó en 2018.