
Los bancos han retomado sus planes de cierres temporales de oficinas por la segunda ola de rebrotes del Covid cuando la red había recuperado la práctica normalidad. Esta iniciativa, que ya fue adoptada la pasada primavera, tras el estallido de la pandemia y las limitaciones a la movilidad, vuelve a estar sobre las mesa de las entidades.
Algunos grupos ya han ejecutado estas clausuras a lo largo de la segunda mitad de octubre, de manera total o parcial en las sucursales afectadas por el descenso de la actividad, que están ubicadas principalmente en las zonas con mayores restricciones.
El Santander, BBVA y Bankia ya han puesto en marcha estos cierres. El banco cántabro ha decidido que sus empleados de unas 134 oficinas teletrabajen de maneras exclusiva en todo el territorio nacional y que la plantilla de otro centenar de ellas (situadas en el ámbito rural) tan solo acudan de manera presencial dos días a la semana.
BBVA y Bankia, por ahora, no son tan drásticos en su decisión y se limitan de momento a cerrar por la tarde el horario de atención al público en las sucursales de las ciudades o barrios con limitaciones. En concreto, el banco azul ha ofrecido a todos los trabajadores en estos territorios, que cada vez son más y cambian semana a semana, a que teletrabajen por las tardes de manera voluntaria, realicen o no sus funciones en la red.
Por su parte, Bankia ha comunicado a los representantes de los trabajadores a que no se trabajará presencialmente en las zonas donde se cierren los servicios de restauración.
Medidas más profundas
Los empleados del sector están reclamando que este tipo de medidas se extiendan al resto de entidades e, incluso, que sean más profundas. Así se lo han pedido a las direcciones de CaixaBank y Sadadell en las últimas reuniones, con el objetivo de preservar la salud y evitar al máximo posible los contagios.
En marzo, abril y mayo, los bancos tuvieron que clausurar una parte de la red y física y ofrecer la operativa a través de los canales digitales. Según los datos recopilados por el Banco de España, durante el confinamiento el porcentaje medio de oficinas que estuvieron cerradas al público se situó en torno al 20% del total en todo el territorio nacional, y el de cajeros automáticos no operativos alrededor alcanzó el 10%. Asimismo, los empleados bancarios que teletrabajaron llegó al 60%, aunque la capacidad de trabajo en remoto fue superior, del 80%.
Con estas cifras, el supervisor destaca que el sistema financiero es uno de los mejor adaptados a la nueva modalidad que se está implantando de manera acelerada.
Ajustes
Este cierre temporal de oficinas se produce en un momento en que los bancos están llevando ajustes de red para elevar la rentabilidad. Las clausuras temporales de oficinas finalmente se han convertido en definitivos. En los próximos meses los recortes serán aún mayores y las entidades ya han anunciado proyectos para reducir cerca de 14.000 empleados, tanto de las sucursales como de los servicios centrales, en el marco del proceso de fusiones y de las entidades que apuestan por mantenerse en solitario pese a la presión del BCE.