El portugués BIG (Banco de Inversión Global) aterriza en España en un primer paso para lanzarse a otros mercados europeos. Lo hace en plena pandemia y consciente de los desafíos que plantea la recesión económica, pero con la intención de aprovechar las oportunidades que ofrecen los cambios en el sistema financiero que se están produciendo por el auge de la tecnología.
BIG centrará su estrategia en el ahorro y la inversión y su objetivo es convertirse en "la hucha" de los ciudadanos. Para ello inicia su andadura con un depósito 100% digital con una remuneración trimestral del 1% TAE, un interés de los más atractivos que ofrece el sector en un momento de tipos negativos a largo plazo. Se puede contratar desde 500 euros hasta 50.000 euros.
La operativa de la entidad será totalmente online y se centrará en los segmentos cuentas corrientes y fondos, además de banca corporativa, según han explicado el presidente de la matriz, Carlos Rodrigues, y el director general en nuestro país, Arturo Perera.
Rodrigues ha explicado que el desembarco en España era un "paso natural" e "imprescindible" para el grupo en su estrategia de crecimiento. Y ha señalado que éste es un momento adecuado, no solo por los cambios que está experimentando el sector, sino porque buena parte de las entidades estarán pendientes de los créditos morosos y las moratorias y, por tanto, dejarán un espacio para atraer usuarios. Además, hay que tener en cuenta que un parte importante está distraída con la oleada de fusiones.
El modelo es prácticamente similar al que hizo ING en nuestro país en la década de los noventa y el que muchas firmas nativas digitales están ahora impulsando. En la presentación, sus directivos no han avanzado ningún objetivo de captación de clientes, pero han asegurado que su intención es "hacerse un hueco" en el sistema bancario español.
