Energía

WindRunner, el avión más grande del mundo para transportar palas eólicas de más de 100 metros

  • Propiedad de la energética Radia, tendrá un volumen doce veces superior a un boeing 747
  • Podrá aterrizar en pistas de tierra y grava de 1.800 metros de longitud dentro del propio parque eólico 
WindRunner, la aeronave que construirá la empresa energética Radia

La empresa energética Radia, fundada en 2016, está inmersa en un innovador proyecto que podría cambiar el alcance y la escala de la industria eólica terrestre en un futuro no muy lejano.

La compañía, con sede en Colorado (EEUU), está desarrollando WindRunner, la aeronave más grande del mundo diseñada para transportar palas de turbinas eólicas marinas de gran tamaño -algunas de longitud equivalente a campos de fútbol- y otros componentes directamente a los terrenos donde se construirán los futuros parques eólicos, muchos de ellos ubicados en lugares de difícil acceso.

Actualmente, el transporte por carretera de algunos modelos de palas eólicas en Estados Unidos se torna extremadamente complicado. Las turbinas eólicas se vuelven más eficaces y eficientes cuanto más grandes son, pero el tamaño de las palas, muchas de las cuales ya superan los 70-80 metros de longitud, son extremadamente difíciles y costosas de mover por carretera debido a que la infraestructura terrestre, con obstáculos como puentes, túneles y curvas, se interponen en el camino. WindRunner permitirá superar estos obstáculos, ayudando así al despliegue de las actuales turbinas eólicas terrestres y las futuras: lo que Radia llama GigaWind.

El resultado será energía disponible más limpia y de bajo costo, en más ubicaciones y a escala industrial para la red eléctrica y para usuarios comerciales de energía como centros de datos y empresas de hiperescalado, así como la producción de combustibles verdes, incluyendo combustible de aviación sostenible (SAF).

Con turbinas más altas y palas más largas, GigaWind maximizará la producción energética con hasta un 30% menos de costo con un menor número de turbinas, lo que reduce el impacto ambiental y visual, además de minimizar los niveles de ruido. Se estima que el mercado de eólica terrestre alcanzará los 10 billones de dólares para 2050, lo que equivale a un millón de aerogeneradores.

Estas turbinas más grandes también pueden operar con vientos mucho más bajos. Una turbina típica requiere una velocidad promedio de viento de siete metros por segundo para ser económicamente viable, pero con turbinas más grandes se puede reducir a cerca de cinco metros por segundo, liberando mucho espacio de terreno, un aspecto muy importante en algunas zonas de Estados Unidos, limitadas por la transmisión y las interconexiones.

Características y funcionamiento del avión

WindRunner tendrá 108 metros de longitud, una altura máxima de 24 metros y un volumen de 7.703 metros cúbicos, es decir, 12 veces superior al de un boeing 747. Asimismo, el peso máximo de carga útil será de 72.575 kilos.

El ala del avión será más grande, lo que le permitirá volar y aterrizar a menor velocidad, y la cabina estará prácticamente al mismo nivel que un edificio de cinco pisos. Debido a su envergadura -prácticamente idéntica a la de Airbus 380-, se utilizarán motores a reacción estándar, los mismos que se usan en los aviones comerciales, solo que en lugar de los dos tradicionales, se usarán cuatro motores.

Las palas serán introducidas por la puerta de carga delantera de la aeronave, utilizando un sistema patentado por la compañía, lo que reducirá los tiempos de carga y garantizará una colocación adecuada. Una vez en el aire, el avión tendrá una autonomía de 2.000 kilómetros de distancia y podrá volar a una altura de hasta 12.500 metros.

Gracias a su innovador diseño, la aeronave solo necesitará una pista de aterrizaje de tierra o grava semipreparada de 1.824 metros en el propio parque eólico para depositar su carga, una circunstancia que también le permitirá aterrizar en prácticamente cualquier aeropuerto comercial del mundo.

Para la construcción del WindRunner, la compañía fundada por Mark Lundstrom, emprendedor e ingeniero aeroespacial del MIT y titular de 25 patentes, utilizará tecnología ya existente, empleando materiales, componentes y técnicas de fabricación probadas en la industria aeronáutica, lo que garantizará una flota de aviones eficiente y segura.

Aunque aún faltan algunos años para realizar el primer vuelo, la compañía ya ha superado la primera mitad del proceso para la construcción de la aeronave. Actualmente, han completado todas las etapas principales del diseño y están entrando gradualmente en la fase de fabricación.

Para avanzar en el desarrollo del proyecto, Radia se ha asociado con empresas aeroespaciales para diseñar y construir estas aeronaves movilizadas con combustible sostenible. Es el caso de la italiana MAGROUP Magnaghi Aerospace, que desarrollará el sistema de aterrizaje del WindRunner.

Esta empresa se une a la lista de proveedores que desarrollarán diversos sistemas de a bordo para el WindRunner, como la española Aernnova, que colaborará con Radia en el desarrollo de los pilones de ala y motor de la aeronave; la italiana Leonardo, que desarrollará el fuselaje; y AFuzion, que brindará servicios de consultoría de seguridad y certificación.

Radia también se ha asociado con fabricantes de aerogeneradores para desplegar grandes turbinas terrestres y apoyarles en sus planes de transición energética. Asimismo, colaborará con promotores de parques eólicos para construir nuevos emplazamientos, ayudándoles a expandir su mercado a nuevas regiones ubicadas en zonas innacesibles o económicamente inviables y con poco viento, mejorando así la rentabilidad de los proyectos.

Certificar una aeronave de estas características requiere de una inversión de capital milmillonaria. A lo largo de estos ocho años de operaciones, la compañía ha logrado recaudar dinero gracias al apoyo de una combinación de oficinas de alto patrimonio neto, capitalistas de riesgo, grandes socios estratégicos en el mundo de la energía y también de fondos de cobertura.

No obstante, la empresa confía en que la mayor parte del capital necesario para el proyecto pueda obtenerlo de fuentes de financiación de proyectos de diversos gobiernos. Además, para lograr capital de inversión pura y capital para acuerdos estratégicos, la compañía está trabajando con algunos de los principales bancos de inversión para obtener la próxima ronda de financiación significativa.

Radia será propietaria y operadora de esta flota de aviones, que también podrá utilizarse para otras aplicaciones además del transporte de turbinas eólicas. Dentro de la empresa, también cuentan con una organización de desarrollo eólico.

Operativamente, la compañía se centra en dos aspectos: entregar grandes turbinas y desarrollar grandes parques eólicos. Su intención es preparar los proyectos para su ejecución, pero no poseer ni operar las instalaciones eólicas; simplemente se encargarán del desarrollo en fase inicial y de preparar la cartera de pedidos para GigaWind.

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