Energía

El rey del crudo quiere ser el epicentro del renacimiento nuclear: Texas y su industria petrolera se lanzan a levantar reactores

  • Dow abandona el gas natural en su fábrica de Texas y se pasa a la fisión
  • El Estado ha demandado a la comisión de reactores por no dejarles construir más plantas...
  • .... y ha anunciado un plan de incentivos para la nuclear con ayudas públicas

Petróleo y Texas son dos conceptos indisociables. El estado dentro de EEUU produce 5,5 millones de barriles diarios, es decir, la mitad que toda la producción de titanes petroleros como Arabia Saudí y Rusia. El descubrimiento de yacimientos en la región sureña y el 'boom' del shale oil han provocado que se convierta en una de las capitales mundiales del oro negro y en el pulmón energético de la mayor economía del planeta. Sin embargo hay algo que está sucediendo en el estado de la estrella solitaria que habla a las claras de una tendencia a nivel mundial: el corazón de los combustibles fósiles se está posicionando para convertirse en el epicentro nacional y uno de los grandes exponentes globales de la energía nuclear.

Uno de los últimos en dar buena cuenta de ello han sido diversas empresas privadas, siendo Dow la más reciente. El gigante productor de químicos y plásticos ha dado un giro radical y ha desconectado sus fábricas en la región (en Seadrift) del gas natural, que fluye a raudales de los pozos de fracking, para cambiarlas por el poder del átomo La firma solicitó este mismo lunes ante la Comisión Reguladora Nuclear de EEUU un permiso de construcción de reactores nucleares de alta generación para nutrir energéticamente su planta. Concretando un poco más, la firma ha anunciado que contratará a X-Energy para levantar cuatro reactores modulares pequeños (SMR) que generen 320 megavatios de electricidad.

La transición estaría totalmente terminada y ya viviría de estos reactores en 2030. Esta fecha no es una casualidad pues diversos expertos apuntan a que Texas podría dar un giro radical y pasar de ser la capital mundial del esquisto a la del átomo para ese año, pues decenas de empresas están siguiendo su ejemplo y eligiendo la región como el destino para ponerlo en práctica.

Desde S&P Global publicaron este lunes un informe en el que afirmaban que, dados los precios estructuralmente más altos del gas y los proyectos en marcha, la nuclear podría imponerse, aunque enfrenta grandes obstáculos. Según la Administración de Información Energética de EEUU (EIA) la nuclear ya supone cerca de un 10% de la generación energética de Texas.

Todo esto gracias a cuatro reactores que generan cerca de 5.000 megavatios. Sin embargo ahora parece llenarse de proyectos de pequeños reactores como los de Dow que prometen un cambio paradigmático. El gobernador Greg Abbott fue contundente alegando que "es hora de que texas lidere el renacimiento nuclear en Estados Unidos". Esto ocurrió después de que Last Energy anunciara la instalación de 30 microrreactores nucleares para centros de datos en Texas.

Desde S&P Global explican que "Texas se está posicionando como líder en tecnología nuclear avanzada, con un enfoque en pequeños reactores modulares (SMR) y soluciones nucleares innovadoras para satisfacer las necesidades energéticas futuras". Texas tiene grandes ventajas de base como una potente minería de uranio que permite abastecer los reactores mientras que décadas de reinado energético le han dejado una infraestructura bien cuidada. De las siete instalaciones que producen uranio en EEUU cuatro son de Wyoming y dos de texas, siendo una de las dos zonas clave.

Dallas se pone en marcha

Por otra parte la política se ha puesto manos a la obra pues que desde Dallas quieren aprovechar su potencial para atraer las grandes inversiones de centros de datos del mundo y de EEUU y la energía juega un papel clave para conseguirlo. Según CBRE "Austin, Dallas, Houston y San Antonio, se han convertido en uno de los lugares más demandados del mundo para centros de datos". El motivo es "la gran desregulación energética y la gran innovación". Esta situación ha permitido "que este estado tenga seis veces más bajos sus precios la energía que California" y "estructuralmente menos que la media nacional". Esto está siendo clave para captar estas enormes inversiones, pero para lograrlo deben seguir siendo líderes en producción de energía y regulación favorable, algo para lo que la nuclear tiene un peso determinante.

Según American Nuclear Society (ANS) el "frenesí regulatorio pronuclear" se ve después de que Texas y Utah estén participando en una alianza para llevar a los tribunales a la Comisión Reguladora Nuclear por, tan y como rezaba su escrito conjunto a finales de diciembre "asegurarse de que no se lleven a cabo reactores nucleares". ANS comenta que esto supone un mensaje claro para los inversores y es por ello "tan solo 38 días después Last Energy presentó su proyecto de levantar decenas de microrreactores ante esta Comisión.

La misma página web del estado de Texas comenta que "la energía nuclear es buena para Texas y ayudará a proteger la producción energética frente a los intereses extranjeros al tiempo que impulsará nuestra actividad económica". La Cámara de Representantes del estado votó este mismo mes presentar un programa de incentivos fiscales valorado en 2.000 millones de dólares . El representante estatal Cody Harris comentaba que "Esto envía un mensaje claro al resto del país. Texas liderará el renacimiento nuclear". Y remarcó que, "para reactivar la industria nuclear, se necesitará inversión pública para que estas tecnologías superen el umbral de rentabilidad (que ahorra ofrece el gas y el petróleo)".

"Creemos que el gas natural se volverá más caro en los próximos años y la energía nuclear puede volverse realmente competitiva".

En ese sentido desde S&P Global comentan que aun quedaría un largo camino. Si no hay cambios en la tecnología creen que la inversión de capital solo sería competitiva realmente si los precios del gas suben 2,5 veces y los costes de financiación cane un 84% desde los niveles actuales. La explicación a esto es que levantar un proyecto nuclear es un proceso realmente caro que necesita una buena parte de crédito para ponerse en marcha, algo que afecta a los proyectos y a los precios.

Como ejemplo concreto, S&P Global Market Intelligence estima que los costes de capital combinados de la planta nuclear Alvin W. Vogtle de Georgia Power son de 4.523 dólares el kilovatio para lograr una capacidad total de la planta de 4,5 GW. En cualquier caso esperan un gas natural que se vuelva más caro ante una demanda desatada. "Creemos que el gas natural se volverá más caro en los próximos años y la energía nuclear puede volverse realmente competitiva".

Desde ExxonMobil por su parte si creen que si bien no cabría esperar que Texas se volviese en 2030 un titán de la energía nuclear por delante de su potencial petrolero, sí que creen que las mismas petroleras usarán la energía de fisión en la región para las plantas petroquímicas. "Recortar el coste de los productos químicos especializados es uno de los mayores desafíos y la energía nuclear es un factor a considerar". Especialmente si, tal y como se está planteando en el sector, se logran préstamos con intereses cero durante los 10 primeros años y si se logra poner en marcha el reactor ya entran en escena.

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