
La última gran ruta ferroviaria de alta velocidad por definir en España ya tiene proyecto. El Ministerio de Transportes sacó ayer a información pública el estudio informativo del último tramo que quedaba por concretar en la línea de alta velocidad que unirá Madrid con Extremadura y Portugal. Se trata del trámite necesario para que los trenes rápidos circulen por Castilla-La Mancha, más concretamente por su capital, Toledo, y por la ciudad de Talavera de la Reina, una iniciativa que ha estado bloqueada durante años por la negativa del gobierno regional de Emiliano García Page a levantar un puente sobre el río Tajo para el nuevo trazado ferroviario.

El gabinete de Óscar Puente decide así pasar por encima de las discrepancias del Ejecutivo castellanomanchego, de su mismo color político, que inicialmente abogó por llevarse la estación actual —situada muy cerca del casco histórico y protegida por su carácter histórico— al polígono industrial de Santa María de Benquerencia, a 7 kilómetros del centro, donde ahora se construirá un apeadero para los trenes Avant que hoy ya conectan Toledo con Madrid, y que se espera que aumenten en el futuro.
De esta forma, Transportes mantendrá la estación en su ubicación actual y la ampliará con nuevas vías. Esta, que hasta ahora era terminal por la proximidad del río Tajo y la dificultad de salvar su diferencia de cota, pasará a ser pasante.
Para ello, se levantará un viaducto a baja altura que respete la visión de la ciudad, salvando uno de los argumentos esgrimidos por el PSOE castellanomanchego para negarse a este viaducto alegando que incumplía las condiciones que permitieron declarar a Toledo como ciudad Patrimonio Mundial. Moncloa, por el contrario, asegura que el proyecto cumple con ese requisito.
Además, se reformulará urbanísticamente la zona del Salto del Caballo y el parque del Crucero con un semisoterramiento que garantice el paso del tren por la única zona urbana afectada, donde se sitúa el estadio municipal.

El Ministerio partió en cuatro tramos el diseño la línea de alta velocidad a su paso por Castilla-La Mancha, que contará con doble vía electrificada y ancho de vía estándar. El primer tramo contempla una inversión de 1.000 millones entre Toledo y Torrijos, donde se construirá una variante a la línea convencional que hoy parte el municipio. En esa variante se situará un puesto de adelantamiento y estacionamiento técnico (PAET) que, en caso de ser necesario, puede ser reconvertido a apeadero en un futuro si el crecimiento demográfico lo requiere.
Del segundo, que une Torrijos con Talavera de la Reina; y del cuarto, que une esta ciudad con los municipios de Oropesa y Talayuela, no se esperan grandes alegaciones ni complicaciones, al discurrir mayoritariamente por suelos rústicos. A partir de ahí, el tramo que conectará Talayuela con Plasencia (Cáceres) ya está en obras por parte de Adif. Ya en suelo extremeño, el trazado ya está en servicio y acoge los trenes que actualmente circulan por la línea convencional y en ancho ibérico entre Madrid y Plasencia.
Talavera, el segundo 'melón' resuelto
Sin embargo, sí existía otro conflicto político en Talavera de la Reina, que acoge el tercer tramo del proyecto y cuyo ayuntamiento condicionó su apoyo al proyecto si se soterraba la línea ferroviaria de alta velocidad, pese a que la línea convencional por la que actualmente circulan los trenes se sitúa en el extrarradio norte de la ciudad, que ha crecido hacia el sur, este y oeste.

El pasado 16 de diciembre, el Secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, se reunió con el alcalde de la localidad de la cerámica para anunciarle que el futuro tren no irá bajo tierra, sino que se ejecutará una integración urbana. Se suma así a la lista de ciudades cuyos soterramientos han sido rechazados por Óscar Puente, que se negó a llevar a cabo más intervenciones del estilo por su alto coste económico.
Así, se mantendrá la estación en su ubicación actual, ampliando la playa de vías y el edificio de viajeros para dar cabida a los nuevos servicios. Para minimizar el impacto visual, se reducirá la cota del ferrocarril progresivamente, en sintonía con la prolongación de la estación. El Ministerio trata así de acelerar los plazos del proyecto, tratando de conectar Madrid y Lisboa por alta velocidad para el año 2030, coincidiendo con el Mundial de Fútbol que celebrarán ambos países.
Además, se extenderán los servicios Avant actualmente prestados por Renfe para conectar Talavera con Madrid en una hora. El Ministerio estima que los viajeros crecerán un 30%, pasando de 1,5 a 2 millones al año una vez se ejecute el tramo por la provincia de Toledo. La aprobación definitiva de la línea está pendiente del 'ok' del Ministerio de Transición Ecológica, que deberá otorgar su visto bueno al proyecto con una Declaración positiva de Impacto Ambiental