Motor

En el Audi A8 y en el Mercedes Clase S. Lujo y confort desde las plazas traseras

  • Pantallas instaladas en los respaldos de los asientos traseros para controlar las funciones del vehículo
  • El espacio para las plazas traseras está pensado solo para dos ocupantes que viajarán como si estuvieran en un salón rodante
  • Todo un mundo de ajustes para masajes y regulación de asientos

Viajar en las plazas traseras del Audi A8 y del Mercedes Clase S es toda una experiencia. En esta ocasión nos dejamos sorprender por el lujo y confort que desprenden estas dos grandes berlinas de representación por todos los rincones. Solo hay que pagar 122.000 euros por el Audi y 115.000 por el Mercedes.

Los dos modelos, Audi A8L 60 TFSIe y Mercedes Clase S 580 e Largo, son referencia en el segmento de las berlinas de lujo, coches con los que disfrutar al volante  (ambos con tecnología híbrida enchufable y etiqueta CERO de la DGT, con 462 CV en el A8 y con 510 CV en el Clase S), pero desde donde la vida se ve realmente diferente, acomodados en sus plazas traseras.

Y ese es el exclusivo espacio que vamos a disfrutar en esta ocasión. Una longitud de unos 5,30 metros y más de 100.000 euros a nuestra disposición, donde el extraordinario confort ayuda a programar reuniones, aclarar la mente y a relajarse.

En el Audi A8L se respira aire de salón

Mi chófer Javier me abre amablemente la larga e imponente puerta trasera. Lo primero que hago nada más sentarme en la plaza trasera derecha es ajustar el asiento o, mejor dicho, butaca, de las mil formas que me ofrece el A8. Dedo índice y presiono las teclas de la puerta derecha que me colocan en la posición vertical (hay otra que te reclina el asiento, pero, esa, para otro momento).

Hoy hace calor y no tardo ni dos minutos en accionar la ventilación de los asientos (tiene 3 intensidades). La consola central de las plazas traseras esconde innumerables opciones de confort. Al instante ya noto como refrigera respaldo y banqueta. Ahora es el momento de acomodar mis riñones.

En la consola central, cuatro pulsadores con flechas van acoplando la espalda a mi gusto. En ese mismo espacio de regulación de asientos cuento con un pulsador para mover la plaza del copiloto, por si necesitara elevar el asiento delantero, inclinar su respaldo, subir el reposacabezas o desplazar la banqueta trasera longitudinalmente.

Abro la tapa del apoyabrazos central y dejo cargando el móvil, ya vinculado con el A8. Mi café, en uno de los dos portavasos con los que cuento entre los asientos traseros. La consola esconde dos mesitas plegables, una para cada asiento. Abro la mía y coloco el ordenador. A trabajar un poco.

Javier va tranquilo. El A8 no invita a correr. Las ventanillas traseras tintadas dan ese aire de privacidad que necesito para concentrarme a la hora de trabajar. Termino. Hora de relajarme.

En la consola central dispongo de una pantalla, en posición algo elevada para manejarla con mayor comodidad, desde las que controlar las funciones del coche. También puedo acceder a toda la información a través de las pantallas instaladas en los respaldos de los asientos traseros. Bajo el volumen de la música y cambio de canción, reclino el asiento, acciono uno de los masajes que me ofrece y...

Un mundo de sensaciones en el Mercedes Clase S

Momento de cambiar de coche. Javier llega con el flamante Mercedes Clase S 580 e Largo. Elegancia, empaque y lujo son las sensaciones que me trasmite esta criatura de 5,29 metros nada más verla aparecer. Accedo al interior y la tapicería de cuero en color rojo carmín que luce esta unidad no pasa inadvertida.

Javier cierra la puerta, con mucha suavidad, sin esfuerzos. El cierre de puertas servoasistido lo hace todo, como en el Audi. Me acomodo y apoyo la cabeza en el apetecible y mullido cojín que incorporan los reposacabezas.

Comienzo a reglar el asiento a través de los pulsadores característicos de Mercedes (algo incómodos para mi gusto). Reclinada, más reclinada... El asiento trasero derecho puede regularse como una butaca de máximo confort con reposapiés incluido. Una vez en marcha, el cinturón de seguridad se activa y se acerca a mí para que pueda acceder a él sin girar el cuerpo.

La consola central trasera cuenta con una pantalla integrada desde la que acceder a diferentes funciones del vehículo: Media, Apps, Confort, Hybrid... Pero me resulta más cómodo hacerlo desde la tablet táctil de 7 pulgadas que tengo justo enfrente, pegada al respaldo del copiloto, con sistema de recepción de televisión incluido.

Sigue haciendo calor. Ajusto los laterales de mi banqueta y respaldo, acciono el ventilador del asiento. Una maravilla. Y selecciono la luz ambiental especial para intentar ponerme a trabajar.

La función Confort me ofrece la posibilidad de decantarme por 8 de sus agradables masajes, pero me quedo con el apartado "Energizing Comfort", donde encuentras un mundo de sensaciones que no imaginabas a bordo de un coche. Música y masaje al mismo tiempo. Diferentes melodías que te transportan a parajes naturales, días de lluvia, al otoño o al mar. Con todo esto a mi alcance, ¿quién puede trabajar?

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