La caja de cambios es uno de los elementos de mayor importancia de todo el mecanismo que incorpora un vehículo de combustión. Esta pieza es la encargada de adaptar la potencia que el motor transmite a las ruedas a la velocidad que el conductor desea mediante las marchas. Dentro de ella se escoge la relación de engranajes pertinente para transmitir la fuerza demandada por el piloto en cada momento.
Para que todo eso ocurra, la caja de cambios se constituye de varios elementos: el embrague, el sincronizador, el selector de marchas, el eje, los engranajes... En definituva, un elevado número de piezas específicas no precisamente baratas.
El precio de una caja de cambios nueva, incluyendo el coste de mano de obra por sustitución, oscila los 1.500 euros, aunque dependiendo del modelo puede aumentar considerablemente, hasta 3.000 o 4.000 euros. Además, en el caso de los coches automáticos el coste es más elevado, pudiendo llegar hasta los 8.000 euros. Por suerte, no son elementos que suelan romperse con facilidad.
Del mismo modo, puede que no sea necesario un reemplazo completo, sino que la sustitución o reparación de alguna pieza puede arreglar el problema sin mayores costes.
Cómo saber si se ha roto
Cuando una caja de cambios se rompe, puede que no deje cambiar de marcha, impedir que el coche acelere o que las marchas deslicen entre unas y otras. Sin embargo, las cajas de cambios, casi como cualquier otro mecanismo de un vehículo, suele dar señales previas antes de romperse definitivamente. Algunos indicadores son:
- dificultades para cambiar de marcha;
- ruidos rasgados o inusuales al cambiar de marcha;
- bloqueo al introducir una marcha.
