
Si tu coche es relativamente nuevo seguro que lo llevas a bordo, nunca lo has utilizado y no conoces las ventajas de su uso regular.
La sustitución de los neumáticos es uno de los gastos más "dolorosos" cuando llega la hora del reemplazo, en algunos casos más prematuramente de lo que sería necesario. La mayoría de las veces los culpables de tener que cambiarlos antes de tiempo somos nosotros mismos, los conductores. Mantener la presión de los neumáticos es primordial para la conducción ya que mejora no solo la estabilidad y la seguridad, también reduce el consumo y alarga su vida útil, porque se evita un desgaste irregular y prematuro con lo que también ahorramos dinero.
Realizar la comprobación de las presiones de una forma regular es una recomendación casi tan antigua como el automóvil moderno pero ¿cuántos hacemos ese gesto de comprobar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes? Ir a la gasolinera, tener un euro suelto, ensuciarse las manos con un medidor de presión que está tirado en el suelo y que posiblemente no es todo lo fiable que debería no es algo agradable pero seguro que la solución está en tu propio coche.
El compresor de aire te puede ahorrar dinero y sustos
La mayoría de los coches más modernos ya no llevan rueda repuesto, ni siquiera de emergencia. Suelen montar neumáticos run flat capaces de rodar durante un tiempo a una velocidad limitada sin aire y/o llevan un compresor de aire con un líquido reparador de pinchazos. Ese compresor que se conecta a la toma de corriente del salpicadero, el antiguo espacio del mechero, nos permite comprobar cuando queramos las presiones de nuestros neumáticos y tener siempre la misma referencia, no la medición que ofrece el aparato de cada gasolinera.

Si tu coche no tiene compresor en el mercado existen infinidad de modelos, de diferentes tamaños, potencias y diseños. Uno con un precio de alrededor de 30 euros será suficiente para ajustar las presiones de un coche normal. Aunque los hay más potentes y sofisticados, la función básica que es darnos la medición de la presión y suministrar aire la cumple cualquier compresor de gama media o media-alta de poco más de 30 euros.
¿Cómo debo usar el compresor?
Es muy sencillo y solo tendrás que conectarlo a la mencionada toma del antiguo mechero. Es mejor que lo hagas con el motor del coche en marcha, para que durante el tiempo que esté en funcionamiento no descargue la batería. Lo siguiente es conectar la manguera a la válvula de nuestra rueda y en ese momento tendremos la medición de la presión y podremos realizar el correspondiente ajuste si está baja o alta, que también puede suceder, de acuerdo con las indicaciones del fabricante.
Por lo general tienen un ruido algo fuerte, pero no hay que asustarse, es normal porque se trata de un pequeño motor eléctrico que debe comprimir el aire para llenar los neumáticos. Un accesorio pequeño, que no ocupa mucho espacio en el maletero y que a la larga nos va a permitir ahorrar dinero y ganar en tranquilidad.