Opinión

Visión a largo plazo, la verdadera clave para una jubilación inteligente

  • Apenas el 15,3% de los españoles ahorra a través de un plan de pensiones

Para muchos, la jubilación se percibe como una etapa lejana en nuestras vidas en la que podremos dejar de trabajar, tener tiempo libre y recibir una pensión pública que, tradicionalmente, ha garantizado una estabilidad económica y un nivel de vida equiparado a cuando nos encontrábamos en activo.

No obstante, el contexto macroeconómico actual indica que los mecanismos públicos de jubilación actuales no podrán sostener el sistema de pensiones tal y como lo conocemos. Con una población envejecida y la presión actual del sistema, es importante que empecemos a planificar financieramente nuestra jubilación. Porque la realidad es que es un problema que nos concierne a todos, de forma más o menos urgente, y que alcanzará un pico máximo de tensión en los próximos años cuando llegue la jubilación masiva de la generación del baby boom.

Aunque existe un interés creciente en la sociedad española por la inversión en términos generales, detectamos un importante hándicap de educación financiera cuando hablamos de cómo planificar correctamente nuestra jubilación. La tendencia ha sido recurrir a los activos inmobiliarios (los datos demuestran que el 50% del ahorro español se encuentra en ladrillo) como una hucha que romper y coger el dinero llegado el momento. Siendo honestos, debemos entender que el inmobiliario limita la diversificación y puede no ser la mejor estrategia para obtener interesantes rentabilidades de cara a nuestra jubilación, porque se encuentra altamente correlacionada con las posibles ineficiencias del mercado. Es decir, su rentabilidad depende en gran medida de a cuánto hemos comprado y a cuánto vendemos o alquilamos.

Por eso, es importante que acudamos a otros instrumentos financieros, en ocasiones mucho más adecuados, para lograr construir un patrimonio significativo que nos sostenga económicamente en esta etapa de nuestras vidas: los planes de pensiones.

Sin embargo, a pesar de su amplio potencial, los datos de Inverco demuestran que su penetración en la actualidad es bastante baja en España. Si bien es cierto que la modalidad individual es conocida ampliamente, apenas el 15,3% de los españoles ahorra a través de un plan de pensiones. Si analizamos el plan de empleo y el simplificado para autónomos, el panorama nos parece casi desolador. No es que exista poca contratación, es que el Observatorio de Caser revela que casi 75% de las empresas y autónomos directamente no conocen ni ha oído hablar de ellos.

Tenemos que entender que un plan de pensiones no es simplemente una cuenta de ahorro y no vamos a mentir: cuanto más joven se empiece, mejor. En este sentido, es importante acceder a productos que se ajusten a nuestras necesidades y preferencias de riesgo y liquidez, pero debemos prestar mucha atención a cómo está gestionado el patrimonio, ya que su rentabilidad depende estrechamente de la estrategia de inversión que siga su gestora.

Mientras algunas entidades optan por enfoques conservadores, con un alto porcentaje en renta fija, desde nuestro punto de vista la renta variable es, sin duda alguna, la gran vencedora en este producto de inversión. Este enfoque requiere paciencia y visión a largo plazo, pero la historia ha demostrado que los rendimientos obtenidos son sustancialmente más altos.

La campaña 2025 trae grandes novedades. A partir del próximo año, los partícipes de planes de pensiones podrán rescatar aportaciones con más de diez años de antigüedad, aumentando la flexibilidad de estos productos. Este cambio regulatorio presenta una importante oportunidad para aquellos participes que habían olvidado en un cajón sus planes, bien porque su entidad les estaba haciendo perder dinero o bien porque no estaban obteniendo una rentabilidad interesante, a que despierten de su letargo y tengan la posibilidad de migrar a otros con mejor desempeño y que les aseguren llegar a su jubilación con un buen patrimonio.

Por otro lado, un horizonte de inversión de diez años suele ser suficiente para que los planes, sobre todo los de renta variable, generen una revalorización destacada, lo que nos vuelve a recordar la importancia del enfoque a largo plazo. Aunque es clave, no es suficiente para obtener rentabilidades atractivas si la gestión del plan no es la correcta. Porque de poco sirve estar muchos años invertido en un producto que no está teniendo un buen rendimiento.

Aun así, es importante que recordemos que este nuevo mecanismo de liquidez es positivo para el producto, ya que permite al inversor disponer del dinero si lo necesita, eliminando una importante barrera de entrada para su comercialización y que tanto ha lastrado tradicionalmente las contrataciones.

Lo ideal es evitar retiradas anticipadas y mantener el plan hasta que nos vayamos a jubilar. De este modo, nos aseguramos un tipo impositivo más favorable y permitimos que el capital crezca de manera sostenida. Cuanto más tiempo permanezca el ahorro invertido, mayor será su capacidad de revalorización. Porque si tomamos las decisiones adecuadas ahora, como optar por un plan de pensiones que sea rentable (de verdad) y mantenemos nuestro compromiso de ahorro, nos aseguraremos que, cuando llegue el momento de retirarnos, podamos vivir sin preocupaciones y respaldados por un patrimonio que nos permita disfrutar esta etapa con independencia y seguridad financiera.

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