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El sector de aguas minerales, manantial de vida para la España Rural

¿Sabía que el agua mineral natural debe de ser de origen subterráneo y poseer unas características singulares que la hacen completamente diferente de otras aguas de consumo humano?

Su origen se inicia con el ciclo del agua de lluvia o nieve, que en su viaje circular va filtrándose por las diferentes capas geológicas, enriqueciéndose de minerales de una forma singular. Tanto es así que no existen en el mundo dos aguas minerales iguales, cada una presenta una composición de minerales única. Además, es importante destacar que en España para poder obtener la declaración oficial de "agua mineral natural" esa composición mineral del agua ha de ser estable, de forma permanente en el tiempo. Esto permite que el consumidor pueda elegir con total garantía el agua que mejor se adapte a sus hábitos de consumo en cuestión de salud, necesidades de hidratación o, simplemente, gustos.

Es un orgullo poder decir, desde la Asociación de Aguas Minerales de España (Aneabe), que, un año más, somos la bebida más consumida en nuestro país -con un consumo per cápita de 139 litros (persona/año), representando el 47,7% del consumo de bebidas (en volumen en 2024)- y que España se haya consolidado como cuarto mayor productor de agua mineral natural de la Unión Europea. Buenos datos, que responden -entre otras tendencias- al creciente interés del consumidor hacia productos saludables y 100% naturales, como es el agua mineral natural, que no necesita ningún tratamiento químico para su consumo y desempeña un papel esencial para una saludable hidratación.

Envasada a pie de manantial, en el corazón de la España Rural

Para garantizar la calidad y la pureza original del recurso la Ley establece que nuestras plantas envasen el agua mineral siempre a pie de manantial. Es por este motivo que las compañías de aguas minerales están ubicadas en los parajes naturales donde brotan los más de 150 manantiales autorizados que existen en nuestro país. En la mayoría de los casos, se trata de pequeñas localidades en el corazón de la España Rural: la mitad de las plantas envasadoras se encuentran en municipios de menos de 2.000 habitantes.

Hablamos de poblaciones que enfrentan importantes desafíos demográficos y retos socioeconómicos, casi en en clave supervivencia, (ocho de cada diez municipios españoles de menos de 5.000 habitantes perdieron población en la última década) y donde el sector de aguas minerales se ha convertido en un motor de desarrollo económico y social, tal y como recoge el reciente informe elaborado por Aneabe y la consultora Afi, titulado Importancia del sector de aguas minerales en el dinamismo económico del medio rural.

Más allá de la creación de valor y empleo de calidad -más de 30.000 empleos (directos e indirectos), con una facturación superior a 1.500 millones de euros en 2024- el sector de aguas minerales es un agente para la vertebración territorial de nuestro país porque genera bienestar allí donde se establece. Los datos no dejan lugar a dudas: los municipios con planta envasadora de agua mineral presentan un mayor nivel de renta y una mejor red de servicios básicos (respecto a las localidades sin planta), que son variables muy relevantes a la hora de fijar población, en comparación con pueblos similares, pero sin nuestra industria.

En concreto, el estudio refleja que, por ejemplo, en los municipios de menos de 5.000 habitantes y que cuentan con planta envasadora se cuadruplica la disponibilidad de centros de salud y se duplican los centros educativos y sucursales bancarias, respecto a los que no tienen planta.

Colaboración permanente con entidades sociales y ONGs

Más allá de crear valor y empleo estable y de calidad en la España Rural, me gustaría subrayar el compromiso social del Sector. La colaboración permanente de las compañías de aguas minerales con entidades sociales y ONGs ha permitido desarrollar iniciativas que marcan una diferencia tangible y significativa en la calidad de vida de muchas personas de nuestro país. Una amplia variedad de proyectos que van desde la reforestación, la concienciación ambiental, el emprendimiento femenino, el desarrollo digital de los pueblos, el cuidado de nuestros mayores, o la promoción del deporte y los hábitos saludables, entre otras acciones, marcan las aportaciones del sector en el ámbito social y medioambiental.

Así, durante 2023, tal y como recoge el Informe de contribución social y económica del sector de aguas minerales en España, las empresas de agua mineral españolas colaboraron con más de 170 organizaciones sociales, tejiendo una singular red solidaria (local y nacional) que pretende generar impacto positivo en el planeta y mejorar la vida de las personas.

Además, el voluntariado corporativo ya forma parte del ADN del Sector: más de 900 empleados dedicaron más de 7.600 horas a diversas iniciativas orientadas a apoyar causas solidarias y medioambientales. Esta participación es un ejemplo de cómo el Sector de aguas minerales puede ser mucho más que un motor económico: una llave de esperanza para personas con dificultades o en riesgo de exclusión social y un ejemplo de compromiso con la sostenibilidad.

No me puedo olvidar tampoco de la labor del Banco de Agua Solidario, impulsado por Aneabe y Cruz Roja, que, por ejemplo, repartió más de un millón de litros de agua mineral a los afectados por la Dana.

En definitiva, me encantaría que el lector de esta tribuna piense que cada botella de agua mineral que llega a sus manos, además de encerrar la pureza original del manantial y ser una pequeña porción de una fuente pura de salud, lleva también el trabajo y dedicación de muchas personas empeñadas en crear bienestar social y proteger la naturaleza. Un Sector que es un manantial de vida para la España rural.

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