
Imagine por un segundo que una simple infección bacteriana fuese inmune a los antibiótico. Esta situación se conoce como resistencia antimicrobiana y hoy en día es una de las principales amenazas para la salud pública. Ahora científicos de la Universidad de Uppsala (ubicada en Suecia) han descubierto una nueva clase de antibióticos que muestran resultados positivos contra microorganismos resistentes a múltiples tratamientos. Han conseguido curar las infecciones del torrente sanguíneo en ratones.
La principal causa de la resistencia antimicrobiana es el uso inadecuado de los antibióticos ya que las bacterias generan mecanismos para combatir los tratamientos. También contribuye que los humanos estén expuestos a microorganismos en los alimentos, suelo, agua o aire.
Estos antibióticos se dirigen a la proteína LpxH. Esta la utilizan las bacterias Gram-negativas para sintetizar su capa más externa de protección ante el medio ambiente, conocida como lipopolisacárido. Esta capa la producen los microorganismos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado como "mas críticos" para desarrollar nuevos tratamientos. Este grupo incluye la Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae. Ambas han desarrollado resistencia a las terapias disponibles.
Los investigadores subrayan que dado que se trata de compuestos nuevos y la proteína a la que van dirigidos aún no se ha explotado en el campo de los antibióticos, a día de hoy no se producen resistencias. Además, si bien los resultados actuales son prometedores, será necesario un trabajo adicional considerable antes de que se pase a los ensayos clínicos en humanos.
La resistencia antimicrobiana causa la muerte de 700.000 personas cada año. Es más, se prevé que esta cifra aumente hasta los 10 millones en 2050. En el caso de España, se registran 150.000 infecciones anuales y el 13% fallecen, veinte veces más que las registradas por accidentes de tráfico.
La resistencia antimicrobiana también acarrea consecuencias económicas. El manejo de un paciente que padece un infección resistente en un hospital es más caro. De hecho, dependiendo de la bacteria puede llegar a valer hasta cuatro o cinco veces más. Y es que, el paciente tiene que estar más tiempo en el centro, utiliza más medicamentos y pruebas diagnósticas. Además, en 2050, provocará un disminución del 1,1% del Producto Interior Bruto (PIB) a nivel global, según el Banco Mundial.
El uso de los antibióticos en la ciudadanía en España está cambiando. Por un lado, el Plan Nacional Resistencia Antibióticos (PRAN) está dando sus frutos al reducir el consumo de estos tratamientos en humanos y animales. De hecho, ha disminuido un 17% y 69,5% respectivamente, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
Además, los médicos cada vez tienen mayor concienciación de los efectos negativos de su utilización en exceso. También que los pacientes necesiten receta para su dispensación limita su uso.