
Canarias y Cataluña se han consolidado como dos de los destinos turísticos más importantes de la Unión Europea, posicionándose entre las cuatro regiones que atraen la mayor cantidad de turistas cada año. Según datos recientes, estas dos comunidades autónomas españolas, junto con la región de París y la costa adriática de Croacia, concentran el 12% de las pernoctaciones anuales en Europa, lo que equivale a 360 millones de noches de hotel de los 3.000 millones que los turistas pasan en todo el continente, según el estudio 'El impacto del cambio climático en la demanda del turismo en España', BBVA Research.

No obstante, el modelo turístico en España ha comenzado a mostrar señales de desgaste este año y parece acercarse a su límite máximo, el cual podría alcanzarse en los próximos años, seguido de una disminución en su crecimiento. Esto se debe, en parte, al impacto del cambio climático, que está influyendo en las preferencias de los viajeros, tanto nacionales como internacionales. De hecho, España podría perder hasta un 7% de turismo por el cambio climático. Según las conclusiones del informe del BBVA Research, el aumento de la temperatura global previsto de aquí a fin de siglo podría restar a España hasta un 7% del turismo, siendo Baleares la más perjudicada y Asturias la más beneficiada. Esta dinámica, afecta también al PIB dado que esta actividad aporta un 11,6% y da empleo al 9,3% de la población.
Luis Garvía, profesor de Finanzas de Comillas ICADE, advierte que una pérdida del 7% en el turismo podría ser "absolutamente desastroso" para el PIB de España. Explica que esta situación se debe a la alta dependencia que la economía española tiene del sector turístico, que antes de la pandemia representaba aproximadamente el 15% del PIB. Según él, "el sector servicios en general es el 60% de la economía española" y el turismo, al afectar a muchos otros sectores, podría desencadenar una crisis económica.
Que el turismo tenga un papel tan relevante en la economía española no es, en sí mismo, algo desfavorable; de hecho, es positivo. Sin embargo, el problema radica en su estacionalidad, ya que se concentra mayormente en los meses de verano, impulsado por el modelo de sol y playa en ciertas áreas costeras. Esta situación podría llevar al sector a alcanzar un límite a menos que se implementen medidas adecuadas.
Aunque el cambio climático afectará al turismo a nivel mundial, el caso de España resulta especialmente relevante. De hecho, se prevé que este año España alcance un récord histórico con la llegada de aproximadamente 100 millones de turistas extranjeros.
Garvía menciona varios factores que contribuyen a la disminución del turismo en España. Señala que "el aumento de temperaturas" y fenómenos como las "danas", que presentan una clara estacionalidad y afectan especialmente en septiembre, son preocupantes. Comenta también que "las inundaciones y todos esos efectos salvajes" son un reflejo de cómo el cambio climático está alterando las estaciones.
En relación a que Baleares es la región más perjudicada, Garvía explica que, a diferencia de Canarias, en Baleares "la estacionalidad es clara" y el turismo se concentra en el verano. "Si el cambio climático trastoca esto, lo van a sentir más precisamente por la dependencia que tienen del verano", añade. En contraposición, destaca que Asturias se beneficia porque su turismo no está tan marcado por el sol y la playa, sino que se enfoca en su riqueza forestal, lo que le permite ser más resiliente ante los cambios climáticos.
Por su parte, Javier Santacruz, economista y analista financiero, explica que si bien estas cifras presentan varias limitaciones, ya que se basan en hipótesis cuestionables. En su opinión, no es probable que se produzca una pérdida tan significativa en las Islas, como se había planteado, ni que todo el turismo se desplazara únicamente hacia el norte. Además, Santacruz señala que, en caso de que España perdiera un 7% de los flujos turísticos actuales, el impacto en la economía sería mayor que en años anteriores, ya que el turismo ha pasado a ser el principal sector económico individual del país. Subrayó que esto afectaría especialmente al sur, con un énfasis en el turismo de sol y playa, si su temporada se redujera a solo tres meses, lo cual generaría un daño considerable a la economía. No obstante, insistió en que no creía que la situación fuese tan extrema, dado que habría un desplazamiento del turismo, principalmente nacional, hacia el norte. También sugirió que podría haber una sustitución de turistas nacionales, que dejarían de visitar las zonas más cálidas y con menos lluvias, por turistas extranjeros que seguirían acudiendo a estas áreas durante esos periodos.
En esta misma línea, Francisco de la Torre, economistas e inspector de Hacienda destaca que en la cuestión del cambio climático hay muchas más dudas que certezas, quizás "la única certeza es que estamos alterando los equilibrios globales de la atmósfera, y no podemos esperar que no pase nada, ni, sobre todo, que no nos pase nada", asegura. "Si se cumplen los peores augurios, España saldría malparada por el cambio del clima y por la elevación del nivel del mar en las zonas costeras. Una caída del 7% del turismo supondrían una caída del 1% del PIB y del 1,5% del empleo. Los efectos regionales serían peores porque Baleares tuvo un sector turístico superior al 40% del PIB en 2019. Una pérdida como la que se estima de hasta el 60% del sector tendría un efecto devastador en Baleares, y con gran probabilidad, algo similar pasaría en Canarias. Habría otras comunidades que saldrían beneficiadas, pero el efecto neto sería negativo, muy negativo", asegura.
Con un tono más de preocupación, Carlos Díez de la Lastra, CEO de Les Roches Global Hospitality Education, afirma que cualquier pérdida en el turismo, por mínima que sea, tendría un impacto significativo en la economía española. En 2023, la actividad turística representó un 12,8% del PIB, el máximo registrado en la historia. "El turismo es el motor económico principal en España, afectando de manera transversal a sectores como la distribución, el transporte, el ocio y la cultura", explica. Además, señala que una disminución en el turismo impactaría negativamente las cifras de empleo, ya que el turismo es una de las principales fuentes de trabajo en el país. En cuanto a la posibilidad de una pérdida del 7% del turismo debido al cambio climático, dijo que la prioridad sería analizar las áreas más afectadas y desarrollar planes de acción con una colaboración público-privada, utilizando herramientas como nuevas tecnologías, prácticas sostenibles y la formación de líderes en sostenibilidad.

Según el informe, las provincias mediterráneas sufrirán una disminución media del 10% en la demanda turística para la década de 2090 en comparación con el periodo 2024-2030. Baleares será la más afectada, con una caída del 60% en verano y una ligera recuperación del 10% en otoño. Barcelona, en cambio, verá una disminución más moderada del 1,7%. Canarias también se enfrentará a una reducción del turismo, con una contracción del 3,2% en Santa Cruz de Tenerife y del 4% en Las Palmas, afectando tanto el verano como el otoño. En el caso de Baleares, el turismo representa alrededor del 35% del PIB, una cifra mucho más elevada que en otras regiones. "Baleares tiene una relación directa entre su geografía, su naturaleza y el tipo de turista que atrae", añade, destacando que los turistas, principalmente provenientes del norte de Europa, valoran especialmente este vínculo con la sostenibilidad. Cualquier cambio climático importante, sin duda, alteraría el ecosistema y afectaría a este tipo de turista.
En contraste, las provincias de la costa cantábrica, con temperaturas más suaves y abundancia de agua, experimentarán un aumento de la demanda turística, con un crecimiento promedio del 5,8%. Asturias liderará este grupo con un incremento del 6,9%, mientras que Pontevedra registrará un 3,2%.
Asimismo, el informe destaca diferencias claras entre el turismo rural y urbano en cuanto a su proyección futura. En el turismo rural, se prevé un aumento de la actividad en mayo y septiembre, especialmente en zonas montañosas, aunque habrá menos afluencia en invierno debido a la reducción de nevadas y el impacto en las estaciones de esquí. Sin embargo, ambos efectos podrían compensarse.
En cuanto al turismo urbano, se espera un fortalecimiento, especialmente en las provincias del norte, que verán mejoras durante todo el año, con picos en primavera y otoño, resultando en un impacto neto positivo del 0,48%. En las provincias del sur, aunque también se espera una recuperación en primavera y otoño, experimentarán una caída significativa de la demanda en verano. Aun así, el impacto neto será levemente positivo, del 0,11%.
En general, el turismo urbano se beneficiará del "efecto sustitución" frente al turismo de playa, ya que es menos afectado por el clima. Además, este tipo de turismo suele incluir actividades de interior, como visitas a museos, teatros y eventos culturales, lo que lo hace menos vulnerable a las condiciones meteorológicas adversas.
Díez de la Lastra también destaca que, actualmente, el turismo sigue en crecimiento y no se ha visto una disminución importante ni se espera a corto plazo. Comentó que "seguimos liderando como uno de los países que más turistas atraen en el mundo". Asimismo, menciona que, a pesar de las previsiones de una posible disminución, es difícil predecir un descenso en el corto-medio plazo. Sostiene que el sector del turismo es resiliente y ha demostrado su capacidad de readaptación ante desafíos, como lo hizo tras la pandemia. "El turismo se ha recuperado a niveles previos a 2019", indica, subrayando la importancia de apostar por la innovación y el talento para seguir siendo competitivos.
Francisco Quintero, director comercial y de Marketing de Landmar Hotels, señala que el cambio climático ya está influyendo en las preferencias de los turistas, y que esta tendencia continuará en el futuro. "Las preferencias de los turistas se ven influenciadas de manera significativa por el aumento de las temperaturas globales", afirma. Explica que esta situación ambiental hace que los viajeros busquen cada vez más destinos con climas moderados para evitar los extremos. En este contexto, asegura que "Canarias se posiciona como un destino clave durante buena parte del año, ya que su clima subtropical sigue ofreciendo temperaturas agradables, a diferencia de otras regiones afectadas por olas de calor más intensas". Según Quintero, es probable que, a medida que las condiciones climáticas se acentúen, los conceptos de "temporada alta" y "temporada baja" se equilibren, lo que permitirá una mayor estabilidad en la llegada de turistas a lo largo del año.
Además, Quintero subraya que los viajeros no solo buscan escapar del calor excesivo, sino que también priorizan destinos con confort climático constante. Esto, según él, convertirá a Canarias en un refugio turístico durante prácticamente todo el año. "En Landmar Hotels, vemos este futuro como un desafío que nos impulsa a seguir mejorando nuestra oferta y garantizar que los turistas encuentren en nuestras instalaciones el equilibrio perfecto entre ocio, bienestar y sostenibilidad", asegura, destacando su visión para la empresa.
Carlos Fluixá, CEO y cofundador de ECO-ONE, afirma que el sector hotelero español está apostando cada vez más por la sostenibilidad, lo que puede ayudar a reducir el impacto ambiental del turismo. Fluixá indica que, en regiones como Málaga y Mallorca, "la temporada se está alargando debido al cambio climático, lo que permite a los hoteleros rentabilizar más meses que antes permanecían cerrados". Sin embargo, reconoce que zonas como Andalucía, Baleares o Canarias, que dependen en gran medida del turismo, se verán fuertemente afectadas, por lo que seguir impulsando acciones de sostenibilidad es fundamental. Como ejemplo, menciona que en ECO-ONE han amueblado un hotel en Menorca con muebles de segunda mano y han implementado diversas medidas de sostenibilidad, desde cursos de concienciación hasta la eficiencia energética.
"El perfil del viajero que disfruta del turismo de sol y playa sigue prefiriendo este tipo de destinos", indica Eva Ruiz Zamora, coordinadora de Turismo de Sant Josep de sa Talaia. Afirma que, siendo España un destino turístico de referencia mundial, es esencial aplicar diversas políticas que reduzcan el impacto del cambio climático. Subraya que, además de la implementación de dichas políticas, es fundamental realizar un seguimiento continuo para evaluar su efectividad y realizar los ajustes necesarios que permitan mantener condiciones adecuadas para un turismo sostenible a largo plazo.

Respecto a la estacionalidad del turismo en España, Ruiz Zamora señala que los datos del INE muestran un aumento de turistas en el segundo y cuarto trimestre del año entre 2015 y 2023, aunque el verano sigue siendo el periodo de mayor actividad. Indica que esto no solo se debe al cambio climático, sino también a la apuesta por un turismo de calidad más allá de la temporada estival, como ocurre en Sant Josep de sa Talaia.
Además, Ruiz Zamora añade que, aunque otros destinos mediterráneos enfrentan la misma situación climática, España ha demostrado una capacidad asombrosa para adaptarse a los retos, y las administraciones públicas están promoviendo la desestacionalización con iniciativas atractivas, como el programa "Sant Josep es Música", que busca atraer turistas más allá del verano.
El sector incrementa un 2% los salarios
La Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares ha calificado de "preocupante" lo que consideran el "agotamiento" de la economía de las Islas. En su informe sobre la evolución económica correspondiente al segundo trimestre, se señala que el crecimiento fue del 2,8%, lo que representa una disminución en comparación con el 3% del trimestre anterior. Según la patronal, "las Islas pierden fuelle" tras un sólido comienzo de año.
Aunque todo indique que la temporada turística muestre signos de agotamiento (a pesar de que los hoteles han mantenido resultados similares al año anterior, beneficiándose de precios más altos), el empleo ha mantenido sus pronósticos en el sector. De hecho, el salario bruto anual medio en el sector turístico ha experimentado un ligero aumento del 2% entre enero y agosto de 2024, alcanzando los 24.215 euros. Sin embargo, esta cifra se sitúa un 11% por debajo de la media global de las ofertas de empleo en otras áreas. Según un análisis de InfoJobs, el 41,2% de las vacantes en el sector turístico fueron contratos indefinidos, mientras que el 25,7% eran de duración determinada. En términos de jornada laboral, la mayoría de las ofertas fueron a tiempo completo (53,8%), en contraposición al 25,9% que ofrecía jornadas parciales. Durante el periodo analizado, se publicaron 143.915 vacantes, lo que representa un 9% del total de ofertas en ese lapso.
En cuanto a las subcategorías del sector, la hostelería destacó con más de 76.800 puestos, equivalente al 53% del total; seguida de la restauración con 47.600 vacantes (33%), y el turismo general con más de 19.300 (13,41%). Las posiciones más solicitadas incluyen camareros, cocineros, y personal de recepción, con camareros liderando la lista.
La demanda de empleo en el sector turístico aumenta significativamente durante la temporada estival, con junio, mayo y abril siendo los meses con mayor número de ofertas, alcanzando hasta 20.900 vacantes en junio.
En el ámbito territorial, Cataluña, Canarias y Madrid encabezan la lista de comunidades con más vacantes, acumulando 32.000, 18.900 y 30.700 ofertas, respectivamente. Baleares también destaca, con casi 12.700 vacantes en el sector turístico, lo que representa el 31% del total de ofertas en la región.
En cuanto a los candidatos, se registraron 186.173 solicitudes en los primeros ocho meses del año, lo que supone un 8% del total. El perfil de los solicitantes es mayoritariamente femenino, con un 54,5% de mujeres y un 45,5% de hombres. La franja de edad más representativa es de 25 a 34 años, que constituye el 36% de los postulantes, seguida por jóvenes de 18 a 24 años, que representan el 26%.
El análisis refleja un panorama mixto en el sector, donde el ligero aumento salarial no compensa el desfase respecto a otras industrias, mientras que la demanda de empleo sigue en aumento, impulsada por la estacionalidad y la recuperación del turismo.
Recomendaciones para el sector
Respecto a las medidas que el sector debe adoptar, Garvía sugiere diversificar la oferta turística para no depender únicamente del turismo de sol y playa. "En lugar de los grandes cruceros que desgastan la zona, necesitamos opciones más sostenibles que aprovechen la diversidad de España", afirma. También resalta la necesidad de educación y de cambiar el enfoque hacia un turismo más sostenible, mencionando que "el daño que hacemos al medio ambiente hace que el sitio sea más sensible al cambio climático".
Además, el profesor señala que una reducción del turismo tendría un impacto directo en el empleo, dado que este sector emplea al 9% de la población. "Sería un desastre absoluto, ya que el turismo es uno de los sectores con peores condiciones laborales", concluye.
Díez de la Lastra, en cuanto a los sectores de la economía española que se verían afectados por una disminución del turismo, reitera que el turismo es el motor principal de la economía española y su influencia es transversal. Explica que "sectores como el transporte, la restauración, el ocio, e incluso la construcción, dependen del turismo". En términos de empleo, en 2023, se alcanzaron cifras récord con 2,67 millones de trabajadores relacionados con el turismo, lo que muestra la interconexión entre el sector y el resto de la economía española. Cualquier impacto en el turismo repercutiría directamente en casi todos los demás sectores, concluye.
Por su parte, Fluixá explica también que "la restauración, desde grandes cadenas hasta bares de barrio, el comercio, la cultura (como museos y teatros), y el ocio son sectores que también dependen del turismo". Esto refleja cómo economías tan dependientes del turismo, como la española, se ven vulnerables a cualquier disminución del mismo, especialmente por el cambio climático.
En cuanto al papel de las políticas ambientales, Fluixá expresa que desde ECO-ONE creen que aún es posible mitigar los efectos del cambio climático, aunque reconoció que la situación es preocupante. Señala que "si las empresas siguen implementando políticas ambientales a un ritmo acelerado, se podrá mitigar en parte el impacto", aunque no en su totalidad.
Kike Sarasola, presidente y fundador de Room Mate Hotels, señala que la subida de las tempertaturas puede influir en la elección de un destino, pero enfatiza que España sigue siendo el principal destino elegido por los turistas internacionales.Refiriéndose a ciudades como Venecia, que cobran 5 euros por visitar la ciudad, Sarasola se pregunta qué hacen con ese dinero, y expresa su deseo de que se reinvierta en el turismo mediante la adopción de medidas responsables que contribuyan a la conservación de los espacios y eviten que se conviertan en museos sin vida. Además, comenta que está cansado de que al hablar de sostenibilidad parezca que solo se habla de medidas climáticas, cuando, a su juicio, va mucho más allá. Cree que la conversación debe ampliarse a temas como los flujos de turistas para evitar la saturación, y que la sostenibilidad también tiene que ver con la convivencia y el respeto a los recursos, no solo el agua, sino también el espacio. Expresa su convicción de que apostar por un turismo de calidad es sinónimo de éxito, lo que implica establecer límites a la entrada masiva de turistas y poner en valor el trabajo, las ciudades y las personas que viven en ellas.
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