
La presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, ha defendido este martes el trabajo "riguroso, escrupuloso e independiente" del organismo en el análisis de la opa lanzada por BBVA sobre Sabadell, además de asegurar que ha escuchado a "todas las partes" implicadas y que los compromisos últimos planteados por la entidad vasca son suficientes para evitar los riesgos observados en temas de competencia.
"Tras un análisis en profundidad, la CNMC ha considerado que los compromisos propuestos por BBVA son suficientemente amplios, tanto desde el punto de vista geográfico como del número de pymes amparadas o por las condiciones y los plazos de vencimiento, y son proporcionados y suficientes para evitar que se materialicen los riesgos detectados para la competencia", ha explicado Fernández durante su comparecencia ante la Comisión de Economía, Comercio y Transformación Digital del Congreso de los Diputados. Se trató de su primera intervención pública sobre la operación después de que el organismo diera su luz verde hace dos semanas.
El proceso de análisis de la transacción ha generado varias críticas en torno a la actuación de la CNMC, tanto por parte del banco opado, que cuestionó la metodología adoptada por la institución durante sus estudios, como por las patronales que denunciaron su exclusión del examen llevado a cabo por el mismo organismo. Tras medir cuidadosamente sus pronunciamientos debido a que el expediente aún se encontraba en tramitación, Fernández aprovechó de su comparecencia en el Congreso para defenderse de los reproches y sacar pecho del rigor y de la independencia de la entidad que preside.
El regulador de competencia pasó la opa de BBVA a la Fase II el pasado noviembre, un escrutinio más profundo que permitió a las partes interesadas personarse y pronunciarse al respecto. La institución rechazó en su momento todas las personaciones, alrededor de 80, salvo la del propio Banco Sabadell, al no contar con un interés legítimo vinculado con el análisis de la concentración desde un punto de vista de defensa de la competencia.
Tras identificar riesgos para la competencia en el mercado de banca minorista, así como en el mercado de suministro y gestión de TPVs y en el mercado de cajeros automáticos, al principio de abril Competencia abrió un test de mercado para que algunas asociaciones empresariales evaluaran los compromisos planteados por el banco vasco. Después de cinco meses de análisis en Fase II, el pasado 30 de abril aprobó la operación con los remedies propuestos por la entidad presidida por Carlos Torres.
Fernández se defendió de las críticas levantadas por varias patronales que se dejaron fuera del test de mercado —entre ellos Foment del Treball y la confederación de empresarios gallegos— y destacó que el hecho de que una entidad no haya sido admitida como interesada no implica que no haya sido escuchada. "Todas las alegaciones y comentarios han sido analizados. En su caso, han sido acogidos o respondidos a la hora de valorar la operación", ha agregado. Ha insistido, además, en que el diálogo con las dos partes implicadas en la operación, BBVA y Sabadell, ha sido "constante e intenso", tal y como prevé la normativa de control de operaciones de concentración.
Voz a más de 58 entidades
En concreto, en el análisis de la transacción entre el primer test de mercado y el test para verificar el impacto de los compromisos propuestos por BBVA se ha requerido información y escuchado a más de 58 entidades y, algunas de ellas, en varias ocasiones, ha detallado Fernández.
"Banco de España, CNMV, Dirección General de Seguros, autoridades autonómicas de competencia, la ACO en Cataluña, la Autoridad de Defensa de la Competencia de la Comunidad Valenciana, la Autoridad Vasca de Competencia, 12 bancos tradicionales, 7 neobancos y bancos digitales, 6 asociaciones de consumidores, 6 fintech o sociedades de pago, 19 asociaciones de empresas y 8 aseguradoras", enumeró la presidenta del organismo.
Fernández recordó también los documentos aportados durante el expediente, incluyendo, entre otros, 7 informes económicos y 8 escritos de terceros que quisieron aportar al procedimiento pese a no haber sido requeridos, por un total de más de 11.000 folios de expediente.
La presidenta del organismo ha defendido el rigor técnico de la institución a la hora de poner bajo la lupa la transacción. "El fundamento y fin último de las funciones de la CNMC es proteger la competencia en los mercados en defensa de los consumidores. La CNMC emplea siempre un enfoque metodológico basado en precedentes contrastados, ya que tenemos una unidad de monitorización y vigilancia que nos distingue de los países de nuestros entornos", ha añadido.
Plazos adecuados
Entre los compromisos planteados por BBVA destacan el de no cerrar oficinas cuando no haya otra a menos de 300 metros, el mantenimiento de las condiciones comerciales para clientes particulares, autónomos y pymes en aquellos códigos postales problemáticos, es decir, donde el mercado esté más concentrado (unos 170); el mantenimiento del volumen de crédito total de las pymes cuya cuota de financiación agregada de BBVA y Sabadell sea al menos del 85% (una cuota que baja al 50% en Cataluña y Baleares); el mantenimiento del circulante a todas las pymes de Banco Sabadell y las líneas de crédito y las destinadas a la importación y exportación de todos los clientes autónomos de Sabadell.
La duración de esos compromisos será de tres años, prorrogable a dos en el caso del crédito a pymes. A este respecto, Fernández ha especificado que "siempre hay una inercia que hace que el cambio de una empresa a otro tarde su tiempo, además de haber un coste de cambio". "Queremos asegurarnos de que ese cambio se produzca de forma efectiva. Hemos considerado que tres años es un plazo que nos lo garantiza y en el supuesto de que no fuera así, lo que es dudoso, podríamos alargarlo por dos años más", ha señalado.
En respuesta a un diputado de Sumar, que consideró que tres años le parecía un plazo de tiempo insuficiente, Fernández aseveró que a fecha de hoy hay suficiente movimiento en el ámbito del crédito a pymes con otros operadores para poder aceptar unos compromisos así. "Ya se está produciendo una pérdida de cuota en Cataluña por parte del Sabadell en favor de otros competidores ya presentes, ninguno de ellos es BBVA. Por ejemplo, CaixaBank, que no podemos olvidar que está allí y compite".
El análisis de la operación está ahora en manos del Ejecutivo, que la semana pasada abrió una consulta pública para que la ciudadanía y los actores empresariales se expresen al respecto. El Ministerio de Economía, que cuenta con la opción de elevar la opa al Consejo de Ministros, tiene previsto emitir su dictamen el 27 de mayo. Si la operación sale adelante, la CNMC deberá monitorizar que las promesas asumidas por BBVA se cumplan y no pongan en riesgo la competencia bancaria, reiteró Fernández.