Una fuerte tormenta azota las carteras de la banca de inversión. La persistente incertidumbre geopolítica y el tira y afloja de Donald Trump en su guerra comercial llenan el horizonte de nubarrones y hacen que los inversores muevan ficha con extrema cautela, dando una patada hacia delante al cierre de las operaciones corporativas. En el primer semestre de este año, la actividad de fusiones y adquisiciones en España vio menores transacciones y, además, de menor tamaño comparado con el mismo período de 2024. Los ingresos percibidos por la banca de inversión en operaciones de M&A se redujeron un 41%, hasta 131,3 millones de dólares (112,2 millones de euros), la cifra más baja del primer semestre desde 2012, según datos de LSEG.