Reportero especializado en banca y finanzas. Antes, estuvo en la agencia internacional de noticias Reuters, donde cubrió empresas y mercados europeos, y en el periódico El País, dedicándose a temas económicos. Italiano, pero ciudadano del mundo.

Una fuerte tormenta azota las carteras de la banca de inversión. La persistente incertidumbre geopolítica y el tira y afloja de Donald Trump en su guerra comercial llenan el horizonte de nubarrones y hacen que los inversores muevan ficha con extrema cautela, dando una patada hacia delante al cierre de las operaciones corporativas. En el primer semestre de este año, la actividad de fusiones y adquisiciones en España vio menores transacciones y, además, de menor tamaño comparado con el mismo período de 2024. Los ingresos percibidos por la banca de inversión en operaciones de M&A se redujeron un 41%, hasta 131,3 millones de dólares (112,2 millones de euros), la cifra más baja del primer semestre desde 2012, según datos de LSEG.

El Santander se ve capaz de seguir creciendo en España de forma orgánica, sin embarcarse en nuevas operaciones corporativas, al contar ya con el “tamaño adecuado”. “No veo la necesidad de hacer una adquisición en España en este momento”, afirmó ayer el consejero delegado del banco, Héctor Grisi, en una rueda de prensa con medios para presentar los resultados semestrales. “Tenemos un deber fiduciario de ver las oportunidades en los mercados en los que estamos. Ahora no vemos nada claro y realmente estamos concentrados en nuestro crecimiento orgánico, donde tenemos una gran oportunidad”, agregó.

El clima de incertidumbre global no frena el motor de Banco Santander. La entidad presidida por Ana Botín registró un beneficio atribuido de 6.833 millones de euros entre enero y junio, un 13% más frente al año anterior, cerrando el mejor semestre de su historia. Ante su buena marcha, abre la puerta a engordar el premio para los accionistas. El pasado febrero, con ocasión de los resultados anuales, prometió recompras de acciones de hasta 10.000 millones para el bienio 2025-2026. Una cantidad que ya no es un techo, sino un suelo, puesto que probablemente el banco generará más capital a lo largo del período y pondrá más buybacks encima de la mesa.

Nuevo relevo en el organigrama del Santander. El consejo del banco cántabro, a propuesta de la comisión de Nombramientos, ha aprobado este martes el nombramiento de Juan Olaizola como Chief Operating and Technology Officer (COTO, por sus siglas en inglés), en sustitución de Dirk Marzluf, con efectos a partir del 1 de septiembre y sujeto a las aprobaciones habituales, según apuntan fuentes financieras.

Unicaja seguirá su rumbo en solitario. Preguntado por si ve más margen de consolidación bancaria en el sistema bancario español y, concretamente, si ve complementariedad con Banco Sabadell, el consejero delegado de la entidad malagueña, Isidro Rubiales, fue tajante. "En nuestro mapa no está ningún escenario de participar en ninguna operación corporativa", afirmó este martes en la presentación de resultados semestrales del banco.

Unicaja obtuvo un beneficio neto de 338 millones de euros durante el primer semestre del año, lo que supone un aumento interanual del 15% y batir los 319 millones que proyectaba el consenso de Bloomberg. La entidad atribuye el empuje de la cuenta a la buena marcha comercial conseguida con las medidas implantadas de la mano del nuevo plan estratégico 2025-2027 y que elevan un 4% el volumen de negocio con clientes. Sus frutos le animan a mejorar hasta el 11% la rentabilidad proyectada para el actual ejercicio frente al 10% RoTE fijado a principios de año cuando presentó la nueva hoja de ruta.

Dentro de la transformación impulsada por Banco Sabadell en los últimos años, la entidad admite que no ha terminado de convertir su división de banca de inversión en el producto que desea. La compañía quiere crecer en operaciones como adquisiciones o emisiones de bonos en su nuevo plan estratégico trienal y para ello busca a un equipo de banqueros de inversión con el que hacer "todavía más rentable el negocio".

Tras más de un año con la opa de BBVA sobre la mesa, César González-Bueno (1960, Madrid) está viviendo un verano intenso. El Sabadell, el banco que pilota, acaba de presentar su nuevo plan estratégico trienal, en el que ha lucido el músculo financiero de su proyecto en solitario, con ambiciosas promesas de rentabilidad y dividendos. A la nueva hoja de ruta se sumarán la próxima semana dos juntas de accionistas clave para aprobar la venta de TSB y el macrodividendo de 2.500 millones relacionado; citas que pueden considerarse como un termómetro para medir el apoyo de sus propietarios ante la oferta no solicitada, a la que decidirán si acudir en septiembre. A la espera de ver su respuesta lanza una advertencia a los inversores: las sinergias han pasado a cero e integrar las plataformas de los dos bancos implicará una pérdida instantánea de 1.000 millones, impidiendo sacar el máximo partido de las cuentas de las entidades y contraviniendo así a la autonomía de gestión impuesta por la resolución del Gobierno.

Con una prima negativa que ya supera el 14,4% y al calor de una promesa de dividendos de 6.300 millones de euros hasta 2027, Banco Sabadell se ve fuerte a la hora de resistir la opa de BBVA. El consejero delegado de la entidad vallesana, César González-Bueno, que siempre se mostró convencido de la escasa probabilidad de éxito de la propuesta, fue este jueves tajante: "A estos precios es imposible que la opa salga". Más con unas sinergias que, a su juicio, son cero durante, como mínimo, tres años.