
El peso de los profesionales cualificados que buscan empleo fuera de sus países se ha desplomado en el último año y medio, un retroceso inédito en un escenario global en el que la falta de mano de obra especializada en sectores como las infraestructuras, el sanitario o el tecnológico había llevado a máximos la presencia de estos candidatos 'nómadas' en los procesos de selección. Pero desde agosto de 2024 la tendencia se ha dado radicalmente la vuelta, arrastrada por el enfriamiento de la economía, pero también un giro hacia políticas migratorias más restrictivas.
Un análisis de los clicks en las ofertas de empleo publicado por Indeed refleja un abrupto desplome de la demanda de puestos de trabajo en el extranjero que, para marzo de 2025, había retrocedido a niveles previos a la pandemia. La referencia a los datos de las plataformas digitales es especialmente relevante porque los profesionales que utilizan estos portales para buscar trabajo fuera se concentran en sectores de alta cualificación, y críticos para las economías de los países receptores, como la infraestructura, la sanidad o las tecnologías.
La autora del estudio, la especialista en políticas migratorias estadounidense Sneha Puri, señala que estos puestos "tienen un papel dominante en la configuración de las tendencias globales de los solicitantes de empleo" a través de portales de internet. Esto contrasta con la idea de una inmigración limitada a los puestos que requieren menor cualificación. No es que esto no exista, pero la búsqueda de empleo de estos trabajadores se hace por otras vías, por lo general a través del 'boca a boca' o por referencias directas.
El hecho es que los flujos migratorios 'cualificados' son una realidad al alza que ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo de tecnológico, y por ello mismo atraerlos se convirtió en una de las prioridades de políticas migratorias. Incluso en España, un país caracterizado por un gran peso de los servicios de bajo valor añadido, donde el hueco de vacantes por cubrir en el sector TIC, por ejemplo, compite con el que se produce en la hostelería o la construcción. Aunque aquí conviene precisar que el análisis no incluye datos desglosados para nuestro país.
Aun así, hay una cierta correlación entre ambos tipos de migraciones. Puri precisa que el porcentaje de candidatos extranjeros cualificados que acceden a las ofertas de los portales de empleo "se considera un buen indicador para predecir futuras tendencias migratorias".

La proporción del total de clics en las ofertas de empleo registradas por el metabuscador Indeed en un país determinado por parte de solicitantes de empleo con direcciones IP de fuera de ese país aumentó del 2,2% en marzo de 2020 (cuando ya empezaban a aplicarse las primeras restricciones a los desplazamientos por el COVID 19), a un máximo del 3,5% a mediados de 2023 que se mantuvo estable casi un año.
Sin embargo, este aumento se ha invertido totalmente desde entonces. Entre agosto de 2024 y marzo de 2025, el porcentaje se desplomó desde un 3,4% hasta un 'mínimo pospandémico' del 2,3%.
Menos ingenieros, médicos y programadores
¿A qué se debe este frenazo? Puri apunta a que el "cambio global hacia sentimientos más contrarios a la inmigración" fue incrementándose durante la pandemia, el interés de los solicitantes de empleo extranjeros se mantuvo "firme", reteniendo los máximos entre 2023 y finales de 2024, algo que la experta achaca a la recuperación económica posterior a la pandemia y el fin de las restricciones a viajar.
Este descenso del último año y medio puede atribuirse al enfriamiento de la economía, pero este también se inició en 2023 (coincidiendo con el impacto de la guerra en Ucrania) sin que frenara al talento nómada. A fin de cuentas, en los sectores clave seguían haciendo falta trabajadores cualificados.
Son precisamente estos puestos los que han registrado el mayor frenazo. los candidatos en arquitectura e ingeniería civil ha caído un 3%, igual que en medicina, seguidos de la oferta de candidatos en I+D+I, desarrollo se software y otros perfiles tecnológicos.
El análisis apunta a una correlación mayor con el endurecimiento de las políticas de inmigración en varios países y al aumento de la oposición pública a los trabajadores extranjeros, si bien el "ritmo y la cronología" de estas tendencias varían según los países. Así, por ejemplo, el descenso en Estados Unidos se acelera con la llegad de Donald J. Trump al poder.
Ello a pesar de que aproximadamente el 20% de la mano de obra estadounidense es de origen extranjero, si bien alrededor del 30% de los trabajadores de la construcción, el 26% de los médicos y cirujanos y el 40% de los auxiliares sanitarios a domicilio son inmigrantes.
El caso que se desmarca de esta tendencia es Alemania, que desarrolló una política migratoria pensada para atraer profesionales cualificados, pero no logró grandes resultados por el impacto económico de la guerra de Ucrania. Esto llevó a un estancamiento del mercado laboral, con un mayor número de vacantes mayor que el desempleados. Aunque también hay que precisar que en los dos últimos años el debate político germano también ha puesto el foco en el coto a la inmigración.
En todo caso, la autora remarca que el impacto de esta situación en los mercados de trabajo de los diferentes países, muchos de ellos con problema de falta de mano de obra, es incierto todavía. "A medida que los gobiernos sigan abordando los problemas nacionales a través de la política y la legislación de inmigración, los próximos años demostrarán si este descenso es temporal o representa un cambio a más largo plazo en las actitudes hacia el trabajo en el extranjero", concluye.
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