Tras dos años marcados por la sequía, la caída de la producción y una subida de precios hasta niveles históricos, el aceite de oliva parece vislumbrar una salida a su crisis más profunda. Este símbolo de la dieta mediterránea y motor del campo español, recibe esta campaña con buenas noticias: todo apunta a que los históricamente altos precios del aceite de oliva no se van a repetir, al menos a corto y medio plazo.