Pese a que la mina pacense de Aguablanca (Monasterio) lleva casi diez años cerrada —estuvo operativa entre los años 2003 y 2015—, la demanda creciente de materias relacionadas con la transición energética, la digitalización y la seguridad ha devuelto el interés a minas que parecían ya agotadas. Alejandro Ayala, presidente de Río Narcea Recursos, de Cívitas y de Nanomate, ha estado años detrás de la reapertura de Aguablanca. Su propósito se vio reforzado el pasado mes de marzo, cuando el proyecto fue seleccionado por la Unión Europea como estratégico para impulsar y asegurar su cadena de suministro de materias primas. Ahora, su meta está más cerca que nunca.