Los inversores no han esperado al lunes para irse de vacaciones, y su marcha se está notando en la volatilidad que está sufriendo el S&P 500. Este viernes los astros se han alineado para generar uno de los peores días de la bolsa de los últimos meses, en el caso del índice estadounidense, desde el pasado abril. Es habitual que, en días de poca negociación, los movimientos de los activos se amplifican. Si al poco volumen se le suma el mal dato de empleo que se ha publicado en Estados Unidos, y el temor al impacto de los aranceles que ha aprobado Donald Trump, junto a unas bolsas que cotizan en valoraciones elevadas, el cóctel para ver un día de fuertes caídas en el mercado está servido.