
El comercio mundial de mercancías como porcentaje del PIB mundial lleva cayendo cinco años consecutivos, concretamente desde 2012 hasta 2016. El auge del proteccionismo económico y las nuevas barreras podrían dejar entrever que este retroceso supone un punto de inflexión para la globalización. Sin embargo, los precios de las importaciones/exportaciones podrían haber jugado un papel más relevante del que se creía, reduciendo el valor de ese comercio.
Según destacan desde Bank of America Merril Lynch (BofA), "una parte importante del retroceso del comercio en términos nominales se debe a la caída de los precios de ciertos bienes, más que a una reducción de la cantidad que se comercia", destacan desde el banco estadounidense en una nota para clientes.
En términos de volumen, el comercio de mercancías no ha parado de crecer, según muestra el Organización Mundial del Comercio (OMC). Aunque es cierto que la elasticidad del comercio respecto a la elasticidad económica ha descendido, como muestra la OMC en su último informe anual. Mientras que antes de la crisis el comercio crecían a un ritmo superior al crecimiento del PIB mundial, ahora crece a un ritmo similar, pero sigue expandiéndose.
Un crecimiento inferior
Entre 1991 y 2008, el comercio internacional se expandió con fuerza, tanto es así que pasó de representar el 14,3% del PIB mundial hasta el 25,2% justo antes de que estallase la crisis financiera. En la actualidad se calcula que ha podido caer hasta el 21% de toda la producción mundial.
Desde BofA sostienen que durante los últimos cinco años, las importaciones y exportaciones nominales como parte del PIB han caído en EEUU y se han estancado en Europa, pero en términos reales han crecido en ambas regiones. En términos de volumen, el comercio ha seguido en expansión desde 2010, aunque a un ritmo inferior al promedio de las últimas décadas.
"Estas discrepancias se deben sobre todo a las fuertes fluctuaciones de los precios del petróleo. Cuando los precios del crudo se dispararon en 2008, el repunte nominal de las importaciones en el primer semestre de ese año fue importante", según señalan los economistas del banco estadounidense.
Desde 2014, el precio del petróleo ha jugado en contra del valor de las importaciones/exportaciones. Pero además, "el crecimiento nominal del comercio también se ha visto afectado por largos episodios de deflación de productos no petroleros".
La moderación o incluso caída de precios en algunos bienes comerciables, refleja el cambio de la estructura de producción mundial hacia mercados emergentes, donde los costes de los insumos (tierra y mano de obra) son menores. La globalización ha permitido que el factor trabajo compita a nivel mundial, lo que puede ejercer cierta presión a la baja sobre los salarios y, a la postre, sobre los precios finales de los bienes y servicios.
Y es que, aunque es cierto que el crecimiento real del comercio se ha ralentizado, "la desaceleración parece haber sido proporcional a un crecimiento mundial de la producción más débil y no necesariamente a un punto de inflexión en la globalización", sentencian estos expertos.
Por último, el informe de BofA cree que "otra razón para atemperar el pesimismo sobre la desaceleración del comercio mundial es que en términos de volumen está registrando un fuerte crecimiento en los primeros meses de 2017".
En los primeros cuatro meses de 2017, el comercio de bienes en términos de volumen está creciendo un 8% interanual, superando de forma holgada las proyecciones de crecimiento mundial del PIB proyectadas por el FMI.