Salud Bienestar

La guerra comercial amenaza con otro dolor de cabeza para EEUU: el 95% del ibuprofeno que importa proviene de China

  • El 70% del paracetamol importado también llega desde China
  • EEUU sufre una gran dependencia de China en este sector
  • Pero los elevados aranceles contra Pekín complican más la situación
Imagen: Alamy

Detrás de los abruptos porcentajes de los aranceles decretados por EEUU contra China, el análisis pormenorizado de cada sector o de cada bien deja titulares de espanto. Especialmente crítico es el caso del sector farmacéutico, con EEUU siendo un importador de lujo de productos del ramo desde China. Para muestra, el mejor botón: casi todo el ibuprofeno que llega al país proviene del gigante asiático. Aunque Donald Trump lleva días rebajando el tono e instando a China a negociar para que los aranceles de tres dígitos que él mismo ha aprobado puedan relajarse, Pekín se está manteniendo firme y la solución no parece que vaya a llegar pronto. El dolor de cabeza está asegurado.

La cruda realidad es que el 90% de los insumos en medicamentos de venta con receta que se consumen en EEUU son importados, siendo China el vendedor de excepción. Esto es algo que ya se sabía y que desde la pandemia ha generado honda preocupación en el país. Sin embargo, la pugna arancelaria exacerba los temores. Buscando medir el pulso del momento a través de gráficos, el economista jefe del fondo Apollo, traza en un informe para clientes uno muy revelador que habla por sí mismo: el 95% del ibuprofeno, el 70% del paracetamol y el 40% de la penicilina que importa proviene de China.

Históricamente, los productos farmacéuticos han estado en gran medida exentos de regímenes arancelarios, incluso durante el auge de los conflictos comerciales entre EEUU y China entre 2018-2019. En aquel entonces, ambas partes comprendían los riesgos para la salud pública que suponía convertir los medicamentos en moneda de cambio política. Pero la dura retórica de este 'Trump 2.0' lo ha cambiado todo.

Esto pone en jaque una cadena de suministro tan extensa como indispensable. China es el mayor productor y exportador mundial de principios farmacéuticos activos, los compuestos químicos que hacen que los medicamentos sean eficaces. También representa una fuerza creciente en la exportación de medicamentos genéricos, dispositivos médicos y diagnósticos. En 2024, China exportó productos farmacéuticos por valor de 19.050 millones de dólares a EEUU.

Esta dependencia excesiva tiene consecuencias. Cuando la pandemia de covid paralizó las cadenas de suministro en 2020, los hospitales estadounidenses se vieron en apuros para obtener medicamentos básicos. La situación multiplicó los llamados a depender menos de China y acercar la producción de estos indispensables fármacos. Se instalaba un halo de proteccionismo que pavimentó el regreso de Trump a la Casa Blanca. De hecho, su política arancelaria de Trump pretende revertir esta tendencia, pero lo cierto es que la puede empeorar.

En el más corto plazo, las farmacéuticas estadounidenses sufrirán un aumento en los costes de los insumos. Estos costes reducirán los márgenes de beneficio o se trasladarán a los consumidores, lo que exacerbará un debate ya polémico sobre los altos precios de los medicamentos en el país. El daño también sería notable para una potente industria china que tiene en EEUU a su más lucrativo cliente y que busca seguir creciendo y expandirse.

"Dado que el 72% de las compras estadounidenses de principios activos farmacéuticos proceden del extranjero , los fabricantes nacionales de EEUU se enfrentan a una presión insuperable para localizar la producción en cuestión de meses, un plazo poco realista teniendo en cuenta la gran cantidad de capital y la complejidad normativa del sector. En consecuencia, los aumentos de precios de los medicamentos esenciales son inevitables y afectan de forma desproporcionada a las poblaciones con rentas bajas y a los pacientes que dependen de terapias crónicas (por ejemplo, la insulina)", advierten dos investigadores en un artículo publicado esta misma semana en la prestigiosa revista científica The Lancet, muy en boga durante la pandemia.

A escala mundial, alerta este paper firmado por Sijia Liua y Jialao Ma, los aranceles también amplifican las vulnerabilidades sistémicas. "Los países de renta baja y media se verán confrontados a una escasez exacerbada de medicamentos y a precios inflados, ya que estos países no pueden absorber las crisis de precios debido al aumento de los costes de suministro en varias etapas (acumulación de aranceles)".

Por ejemplo, como uno de los centros mundiales de medicamentos innovadores, si EEUU aumenta los aranceles sobre los principios activos importados, podría elevar indirectamente el coste de muchos medicamentos patentados (por ejemplo, los medicamentos contra el VIH en el África subsahariana), revirtiendo los avances en la reducción de la mortalidad, señala el estudio recogido en The Lancet. "Además, la política estadounidense debilita los marcos de preparación ante pandemias. La fragmentación del comercio impide la cooperación internacional en la vigilancia y contención de diversas enfermedades", rubrican los autores de la investigación.

Una década para relocalizar la producción

El telón de fondo es poco optimista. La mayoría de expertos coincide en que se necesitarían años (al menos una década) y miles de millones de dólares para que EEUU cuente con una sólida capacidad de producción de estos fármacos. Aunque congresistas y senadores han insistido el asunto, es complejo emprender un cambio a gran escala.

La opacidad de los datos de producción tampoco ayuda, pero hace pensar en una dependencia mayor de lo imaginado. Por ejemplo, India suministra una gran cantidad de medicamentos terminados a EEUU con ingredientes activos chinos. Recientemente, las empresas indias representaron alrededor del 40% de todas las aprobaciones de nuevos medicamentos genéricos en EEUU. Sin embargo, India es el principal comprador de principios activos de China, con el 70% de ellos provenientes de Pekín, lo que significa que muchos de los tratamientos terminados que las empresas indias venden en EEUU se elaboran con ingredientes chinos.

Los 'trucos' comerciales como se ha visto con tantos productos tecnológicos y el paso por Vietnam no operan aquí de la misma manera, señala el paper de The Lancet: "El alivio mediante la desviación del comercio, como el desvío de las exportaciones a través de la India o el Sudeste Asiático, es mínimamente efectivo, ya que estas áreas no cuentan con la producción escalable para competir con China".

Los autores del paper llaman a la sociedad global debe actuar con decisión: "Las organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, (de la que Trump ha sacado a EEUU) deben apoyar activamente las exenciones arancelarias para medicamentos esenciales y promover la diversificación de los principios activos farmacéutico. Sin acciones colectivas, la disrupción causada por los aranceles aumentará las desigualdades en salud y pondrá en peligro décadas de trabajo hacia la cobertura sanitaria universal". "Es necesario dejar de lado el proteccionismo para priorizar la seguridad sanitaria", sentencian.

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